viernes, 28 de febrero de 2014

La Jungla: un buen día para morir (2013)


-"Tal vez se te caiga el pelo.
-¡Ja! ¿El pelo? Como no sea el de los huevos..."


Hubo un tiempo no muy lejano en el que molaba ver a Bruce Willis dándose de ostias contra todo tipo de terroristas, contrabandistas o personajes de poca monta. De hecho, molaba muchísimo. Recuerdo con desmedido cariño haber visto las tres primeras entregas de La Jungla de Cristal (con un bajón pronunciado aunque perdonable en la cuarta) y disfrutarlas como un cosaco gracias a una mezcla de acción trepidante, currados diálogos (a La Venganza me remito) y un Willis soberbio en su papel, y que hizo de John McClane uno de los héroes de mi infancia.

Pero esos tiempos han quedado tan atrás... ains, tan atrás. No sé a santo de qué, el otro día decidí verme la última entrega de la saga para completar el visionado de todas las pelis. Y aunque me esperaba algo bastante horrendo después de ver más de un trailer y de leer alguna crítica... la abominación superó ampliamente mis expectativas. Niños, niñas y humanos de toda condición, ¿estáis realmente preparados para desenterrar la ponzoña y dejar que salga a la superficie? ¿Creéis que podéis aguantar los horrores que esconde una de las MIERDAS CINEMATOGRÁFICAS (con mayúscula y nótese el énfasis) más grandes de 2013? Si tenéis eggs, averiguadlo... estáis avisados.



La historia nos ocupa poco después de los sucesos acaecidos en La Jungla 4.0. John McClane ha hecho las paces con su hija y se siente feliz y chachi piruleta y pollas en vinagre. Pero hay un pequeño problema: su otro vástago, Jack McClane (Jay Courtney), con el que no se habla desde hace eones, se ha metido en un buen lío en Rusia en un complot que involucra a políticos, terroristas, científicos barbudos y hasta al FBI, al que le gusta meter las narices en todo. Y McClane padre, aunque viejo y achacoso después de que la edad le haya pasado factura, se decide a ayudar a su pequeño rebelde, dando paso a una trama llena de giros estúpidos, personajes estúpidos, frases MUY estúpidas y diálogos de besugo.



Para no hacer sufrir más al lector, creo recomendable no mencionar al resto del plantel de esta cosa. Sólo diré que si tu vida dependiese de sus interpretaciones, eligieses rápido la forma de morir. John Moore, un director del que no has oído hablar (ni yo, hasta que me topé con esto) ha conseguido lo que muchos creían impensable en los 90: matar a John McClane. Pero en todos los sentidos, ya puestos: con persecuciones terriblemente ridículas y limitadas a cosas que explotan o que se destrozan por las calles de Moscú (y con la policía rusa disfrutando tan ricamente del espectáculo), una de las recreaciones del Chernobyl nuclear más absurdas e idióticas que recuerdo y unas conversaciones padre-hijo que dan vergüenza ajena. 

¿Pensáis que esto es malo? PUES ES PEOR. Sí, mucho peor porque, de hecho, estos "diálogos" entre Bruce Willis y... como se llame el otro actor tienen los poquísimos puntazos de la peli que, durante breves segundos, te hacen añorar los buenos tiempos que esta saga tuvo una vez. El resto de interacciones, interpretaciones y conversaciones de los integrantes de esta cosa son, sencillamente, el HORROR, y me hacen preguntarme una y otra vez: ¿¿¿en serio estos tíos eran conscientes de lo que iban a estrenar en los cines??? ¿¿¿De verdad??? Añade a todo esto unos giros de guión que harían que Nolan se colgase de un puente, unos terroristas que no paran de soltar tópicos MUY patéticos durante toda la peli y un Bruce Willis que, angelito mío, quiere pero no puede. 

La acción, por su parte, sí que tiene algún que otro momento trepidante, pero no pasa de la manida y sobreexplotadísima fórmula (aquí llevada hasta el extremo) de explosiones, cosas quemándose y pim, pam, toma lacasitos. Y los ángulos de visión lucen espectaculares en ocasiones y en otras entorpecen la tensión y el buen hacer técnico de forma terrible, inmisericordie. Para colmo, John Moore cree (y le tengo que dar la razón al hijo de la gran puta) que la fórmula para hacer dinero es meter al máximo número de canis posibles en una sala gracias a momentos de acción sencillamente patéticos. Hay, de hecho, escenas durante la ya mencionada persecución por una atestada Moscú que son y serán la mofa de este género durante siglos. Y milenios. Y eras glaciares.



En cuanto a sonido, los efectos sí que brillan a un buen nivel y son lo mejor de la peli, contrastando con una banda sonora incalificablemente mala y a un doblaje ínfimo en el que ni siquiera Ramón Langa se salva. A fin de cuentas, es lo que tiene doblar a Bruce Willis haciendo mierda: acabas comiéndotela. 

Así que, para terminar (aleluya) de analizar este subproducto que no hace ni el más mínimo honor a la saga a la que pertenece, me gustaría hacer llegar a todos los participantes de La Jungla: un buen día para morir mi más sincera enhorabuena: sin su trabajo, tesón y determinación, nunca podría haber tenido el honor de ser la primera película que suspendo en este blog. Lo malo es que sea parte de una de las mejores sagas de acción de todos los tiempos. Ahí es cuando os deseo cosas malas, muy pero que muy malas y que harían llorar al pequeño Timmy. A los lectores, lo dicho: huid de ella, quemad el DVD si os la regalan y llorad conmigo, porque estamos de luto: John McClaine ha sido vilmente asesinado.

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LO MEJOR: los efectos de sonido, algún que otro momento mínimamente épico y alguna que otra frase del amigo Bruce.

LO PEOR: todo lo demás.


NOTA: 3/10. Y que conste que demasiado le estoy poniendo a este aborto de la naturaleza. Pocas veces este género ha caído tan bajo.

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1 comentario:

  1. La verdad es que Langa está flojo... De hecho, no ya por el personaje y los diálogos, sino que en sí, está de lo más flojillo (si no lo que más) que le he escuchado jamás. Y aunque te metas con el pobre Bruce Willis, no tiene la culpa de nada: ya ha demostrado recientemente en "Los Mercenarios 2" que sigue siendo uno de los actores de acción más jodidamente geniales de la historia. Y punto. Lo que pasa es que aquí le dan el mismo papel de "jaja, estás viejo, vamos a reírnos de ti toda la puta peli" que le dieron a Harrison Ford en "Indiana Jones 4". Y eso es caca, señores guionistas. Caca, malo. No se hace.

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