-No me importaría tirarme a tu
pierna.
-Pensé que te había convertido en
una criatura racional.
-Una criatura racional todavía
tiene deseos.
-Pronto nos ocuparemos de eso.
-¡No! ¡No me quites mis deseos!
-¿Por qué no?
-La vida no tendría valor sin
deseos. ¡Galletas! ¡Tirarme cosas!
Si podemos
decir algo de esta película es que los ingredientes son casi
insuperables. Pocas veces se pueden juntar a tantos titanes de la
comedia en un solo film. El cada vez más aclamado Simon Pegg, los míticos Monty
Python y el ya fallecido Robin Williams se juntaron para hacer una
película que promete más que lo que da.
Empecemos con la
sinopsis que es bastante similar a la comedia protagonizada por Jim Carrey y Morgan
Freeman, Como Dios. Simon Pegg interpreta a un profesor aburrido de
la vida llamado Neil y enamorado de su vecina de abajo (Kate
Beckinsale). Todo esto cambia cuando el consejo intergaláctico (Voces de los Monty Phyton)
discute si destruir la Tierra o no. Para ver si son dignos deciden
realizar una prueba y dar poderes ilimtados a una persona al azar.
Podría ser Donald Trump, Mariano Rajoy o, dios no lo quiera, Eduardo
Inda. Pero no, finalmente es el bueno de Neil quien es elegido.