“I like it when the red water comes out…”
No
huyáis. Sé que la sola mención de esta webserie bastará para que algunos no
quieran acercarse al blog nunca más, sobre todo cuando empiece a afirmar mis
motivos para creer que el protagonista es, en el fondo, muy achuchable y digno
de lástima, pero… ¡eh! ¡Eh! ¿Dónde ha ido todo el mundo? En fin. Me quedaré
acariciando esta cuchara oxidada…
En
2004 (si bien no sería hasta un año más tarde que el éxito sería rotundo) un
señor de ideas un tanto siniestras que respondía, y sigue haciéndolo, al nombre
de David Firth, creó una serie animada en flash que se convertiría en una
sensación en la red: la inquietante, extraña, onírica, desagradable, malrollera
y única Salad Fingers.
La
historia sigue a… una especie de… ser… humanoide… verde… ¿cosa? Que,
básicamente, está un poquito traumatizado de la cabeza, tiene delirios
extraños, visiones, ataques de ansiedad, episodios psicopáticos, y fijación por
las cosas oxidadas, la sangre y todo lo que pueda resultar asqueroso a un
espectador normal. Vamos, lo típico.