"Si controlamos el agua, controlamos la negociación"
Cuando salgo sonriente de una sala de cine, me es difícil contener mi alegría. Mi alegría al haber contemplado un producto cinematográfico que me ha impresionado, que desprende calidad a raudales y que da un nuevo giro de tuerca al género. En el caso de Snowpiercer, mi impresión inicial, increíblemente buena, se ha ido diluyendo un poco mientras he ido desgranando la peli y pensando con claridad (los exámenes, malditos ellos, que te privan de neuronas), observando que hay cositas que podrían estar mejor.
¿Quiere decir eso que la nueva obra de Bong Joon-ho (The Host) sea decepcionante? En absoluto, porque cumple, y mucho, lo que promete, con una entretenida e inteligente mezcla de géneros que ha dado como fruto una de las cintas revelación del año. Pido disculpas, por cierto, por traer tan tarde la crítica (hace ya cosa de dos meses que se estrenó la peli), pero entre exámenes y ocupaciones varias, casi no he tenido tiempo para escribir. Y ya lo echaba de menos.