miércoles, 30 de julio de 2014

La letra escarlata (1995)



“—Que Dios me ayude, ¡os amo!
—Que nos ayude a ambos, yo también os amo”

Tiene algo esta película que me hizo sentir la necesidad acuciante e imperiosa de reseñarla. No sé qué. Tal vez el hecho de que me reía mucho viéndola, aún sabiendo que no debería (pues se trata de un dramón romántico-histórico que no veas), al tiempo que me daba mucha penica todo lo que ocurría. Sentimientos muy encontrados.

El caso es que según iban apareciendo los créditos iniciales, y sin saber de qué iba (intuía que sobre el adulterio, por el título, pero no tenía ni idea de qué historia narraba, o en qué época nos encontrábamos, o nada), le dije a mi hermana: “es una peli de Roland Joffé. Habrá temas religiosos, crisis de fe, y pobres indios sufriendo, fijo”. Y, efectivamente, no me equivocaba.

lunes, 28 de julio de 2014

El truco final (El prestigio) (2006)



“La sociedad solo tolera los cambios de uno en uno, señor Angier. La primera vez que cambié el mundo, dijeron que era un visionario. La segunda vez que lo hice, me pidieron amablemente que me jubilara”

Si en las últimas críticas me dedicaba a defender que algunos directores “de los de toda la vida” siguen haciendo obras que merecen mucho la pena, en esta mi cometido será ligeramente diferente: el de defender el trabajo de los nuevos directores. Y es que aunque comprendo las quejas esas de que el cine de hoy no vale niente, no las comparto. Si hiciera un top 5 de mis directores favoritos, que no los mejores, habría dos que estrenaron su primer largometraje hace exactamente 16 años: uno es Aronofsky, con Pi; el otro, el genial Nolan, con la no menos genial Following.

sábado, 26 de julio de 2014

Las aventuras de Tintín: el secreto del unicornio (2011)



“—¿Qué tal su sed de aventuras, capitán?
—Es insaciable”

Defendía en mi crítica anterior a aquellos directores míticos que aún hoy siguen haciendo cine que merece la pena, y adelantaba que dedicaría esta reseña a Spielberg. Hombre que ya ha aparecido por aquí en más de una ocasión y que, obviamente, no necesita la menor presentación (si alguien no conoce a Spielberg y su filmografía ya me dirá qué demonios pinta en un blog de cine, especialmente en uno como este).

Spielberg es, básicamente, Dios. Sería difícil citar a un solo director que haya mantenido una carrera durante 44 años en la que la gente (tanto crítica como público) adore la gran mayoría de sus 29 películas. Bueno, tirando al cine clásico, encontraríamos varios ejemplos. Pero a partir de los años 60-70… poquitos.

jueves, 24 de julio de 2014

Salvajes (2012)



“La filosofía de Ben es esencialmente budista: no jodas a nadie. Lo bueno es que así elimina el 99% de los malos rollos en este negocio. Y en cuanto al 1% restante… bueno, ahí entra Chon. La filosofía de Chon es esencialmente belicista: no jodas a Ben”

Últimamente me enfrento mucho, mucho, mucho, a esas críticas que dicen que el cine de hoy está acabado, que no hay ideas… Lo de siempre de “todo tiempo pasado fue mejor”, vaya, si bien justificado en estos tiempos por el auge imparable de constantes remakes, reboots, reinicios y continuaciones de sagas y demás. Que siempre ha habido (mirad, por ejemplo, Tarzán), pero que ahora proliferan mucho por esa nostalgia de los ochenta.

Así y todo, no hago más que defender el valor del cine actual, y recordar que no solo hay directores más o menos nuevos que merecen la pena (Nolan, Aronofsky, Duncan Jones…), sino que incluso los que llevan toda la vida en esto siguen haciendo cosas geniales. Y es algo que quiero destacar tanto en esta crítica como en la próxima que suba, dedicada a Spielberg. De momento, es el turno de Oliver Stone y su Salvajes.

miércoles, 23 de julio de 2014

El amanecer del planeta de los simios (2014)


Yo creía que los simios éramos distintos a los humanos. Ahora veo lo mucho que nos parecemos”

No vamos a descubrir América al decir que una de las películas más reconocibles de la historia es el Planeta de los Simios (1968), protagonizada por Charlton Heston. A su vez se han sumado las secuelas, los comics e incluso dos series. Tras el poco éxito que tuvo el remake de Tim Burton en el año 2001, los simios fueron desterrados de la gran pantalla durante diez años hasta que se estrenó El origen del Planeta de los Simios. A pesar de la desconfianza que provocaba, resultó tener éxito y ser más que una precuela realizada con el único propósito de conseguir dinero. De hecho, preparó el terreno para el desarrollo de su propia segunda parte, que es la que ha salido el pasado viernes en las carteleras: El amanecer del Planeta de los Simios, de la que puedo confirmar que es el segundo gran blockbuster del verano tras X-men:Días del futuro pasado.

martes, 22 de julio de 2014

El abuelo que saltó por la ventana y se largó (2013)



“—He sabido por el señor Harry S. Truman que ha cambiado usted el curso de la Historia.
—Bueno, eso no lo sé. Pero menuda juerga nos corrimos…
—¿Podría hablarme de ello?
—Claro. Verá, empezamos a tomar unos chupitos de tequila y entonces…
—No, quiero decir antes de eso.
—¿Antes? Estuvimos todo el rato con el tequila.
—Entenderá que me refiero a su trabajo.
—Ah, eso. Bueno, ahí no podía beber, no. Habría sido muy arriesgado. El tequila sube mucho, ya sabe…”

Me gusta el cine sueco. No he visto demasiado, la verdad, pero las pocas veces que me he acercado a ello (sobre todo con Bergman), me ha dejado satisfecho. Es una escuela con mucha personalidad, muy reconocible, y que tiene una manera especial de contar las historias. Una manera que, además, conecta mucho conmigo.

No solo eso, sino que también tienen un sentido del humor entre absurdo e inteligente que adoro. Y eso es algo que se ve muy bien en esta película, basada en el best-seller de Jonas Jonasson, y que ha llegado con mucha fuerza al resto de Europa (en nuestro país se ha estrenado ya también hace bien poco).

jueves, 10 de julio de 2014

Zipi y Zape y el club de la canica (2013)


Nuestro símbolo será la B de victoria.

Vayamos al grano, la película es tan execrable como el error gramatical de la cita con la que abro esta crítica. Se veía de lejos, de hecho, la he visto forzado por un “no hay huevos” en facebook. Pablo, servidor de este blog, aguantó solo quince minutos. Yo fui demasiado temerario y me negué a ceder como si fuese un soldado espartano en las Termópilas. Lloré sangre, grité como un desquiciado mental (mi madre me preguntó al día siguiente que a quien insultaba) y sentí que cierta parte de mí murió. Maldita sea, vi como mi infancia la violaban unos productores de cine ávidos de negocio Yo fui uno de esos críos que crecieron con Mortadelo y sus difrazes, el torpe botones Sacarino y los traviesos e irreductibles Zipi y Zape. Como pueden entender no me gusta que me toquen, no digamos ya que defequen como es el caso, en mis viejos camaradas de la infancia, que fue la época más feliz de mi vida, o eso dice mi psicólogo.

De hecho, hoy he estando ojeando algunos de esos tebeos, y mientras pasaba las hojas con aire nostálgico, me encontré con una historia corta en la que Zipi y Zape rodaban una película, su propia película, que consistía en como "jugaban" con un compañero. Quien dice jugar es que ese compañero recibía más bulling que el niño de La Amenaza Fantasma. Es algo infantil, con un tinte inocente y sobre todo travieso. Niños que solo querían que su padre les comprara una bici pero que nunca la conseguían porque no podían dejar quienes eran, unos diablos que en ocasiones llamamos niños. Eso, que es la base de todos sus tebeos, no hay ni un atisbo en toda la película de Oskar Santos. Sí. Oskar, no es una erata.