sábado, 29 de abril de 2017

Alien³ (1992)


"Llevas tanto tiempo en mi vida que ya no recuerdo nada más"

Jorge: Hasta ahora, había cierto acuerdo. Aunque algunos puristas rechazan la cinta de Cameron, la mayoría coinciden (coincidimos) en que tanto Alien como Aliens merecen la pena, cada una a su manera. Ahora bien, con Alien³ comienza la división: el punto más bajo de la saga para muchos (la mayoría), una obra mediocre, pero no tan terrible como su secuela, Alien: resurrección (para otro grandísimo número de gente, aunque algo menor), y una gran película solo comparable o incluso (sic) mejor que Alien, para gente con un criterio un tanto peculiar. Adrián y yo no somos extraños a ese enfrentamiento y representamos los dos primeros grupos de gente: él cree que es la peor de la cuatrilogía central, y yo creo que es una caída que no haría sino caer más bajo. Cuenta a qué nos enfrentamos, Adri.


Adrián: Nos enfrentamos a un sinsentido que no hacía falta rodar. Es un monstruo de Frankenstein de diversas ideas que colisionan en un film que mezcla sectas religiosas, cárceles, sexo sin sentido, autopsias, cortes de pelo y embarazos no deseados. Todo un cóctel molotov que es resultado de una redacción del guión realmente traumática.


domingo, 16 de abril de 2017

Aliens: el regreso (1986)


“Aléjate de ella, ¡puerca!”

Adrián: Segundas partes no son buenas dicen. Bueno, pues James Cameron no piensa eso, sobre todo si le pones marines. Y… ah, hola, estaba imaginándome Avatar 2. Todos tenemos hobbies raros. De hecho, no sé si saldrá. Pero no nos desviemos, que vamos a hablar de otra secuela dirigida por Cameron y en la que salen marines. ¿Cuál puede ser?

Jorge: Volver o no volver, esa es la cuestión. Si es más dado al alma soportar los dardos y piélagos de la ultrajante fortuna de un mundo sin secuelas de Alien o, haciéndoles frente, pues montarnos una segunda parte en la que en el espacio todo el mundo pueda oír ya los gritos y la testosterona, y los Aliens dejen de ser un monstruo único y terrorífico para pasar a ser la diana en un juego de apuntar y disparar. La delicia de todo FPS espacial, vaya. Y no se me malinterprete: digo eso en el buen sentido, porque la vuelta de tuerca de Cameron a la saga (siempre se le dieron bien las segundas partes: ahí está la casi perfecta Terminator 2 y… y… ¿Pirañas 2? Erm… Sí) es una delicia.

A: Ahí está la clave. Ridley Scott había rodado una obra maestra insuperable. No sé si tenía por ese entonces planes de secuela, precuela o algo similar, pero lo que pasó fue que el testigo lo recogió James Cameron, que acababa de rodar la primera entrega del robot asesino que es Arnold y escribir el guión de otra secuela llena de testosterona como es Rambo: Acorralado II. Podemos adivinar que el terror sutil pero mortal de la primera desaparecería y se sustituiría con marines, Ripley en su faceta más heroica y un porrón más de bichos. Y si doy mi opinión, a Dios gracias.

jueves, 6 de abril de 2017

Yo, Robot (2004)


“-Los seres humanos tienen sueños. Los perros también, pero tú no. Solo eres una máquina. Una imitación de la vida. ¿Puedes componer una sinfonía? ¿Puedes convertir un lienzo en una hermosa obra de arte?

-¿Puede usted?”

No sería muy descabellado afirmar, creo, que Alex Proyas es el director de ciencia ficción a que más atención estoy dedicando últimamente. No hace demasiados meses revisioné por tercera vez esa joyita que es El cuervo, con mi hermana. Hace pocas semanas, vi por fin la brillante obra de culto que firmó con Dark Star, y ayer mismo veía su última cinta, unos Dioses de Egipto que eran un despropósito tan entretenido como absurdo.

Hoy le ha tocado el turno a Yo, Robot, una de mis películas favoritas desde que soy chico, y que la última vez que vi (con mi hermana, again), me llevó a un análisis más profundo del que hice en el primer visionado. Análisis que, al parecer, no comparto con casi nadie ahí fuera, donde la mayoría de críticas la tachan de “blockbuster superficial” (hmmm, no), “sin ningún rastro de Asimov en ella” (ehhhhh…) o “cinta mediocre sobre el poder y la avaricia” (wait, what?). He decidido dejar de hacerme mala sangre leyendo reseñas y lanzar la mía. Vamos.

La trama: el detective Spooner es un poli muy torturado de la vida que es ya perro viejo y esas cosas (Will Smith) y desconfía muy muchísimo de los robots en un mundo futuro donde estos son cada vez más numerosos y habituales. La muerte del Dr. Lanning (James Cromwell), padre de la robótica y conocido de Spooner lleva sus sospechas hasta el androide de nueva generación Sonny, y desata una carrera así como con mucha prisa para desentramar un plan maligno de esos de dominación mundial, o rebelión de robots, o cosas así en general. Ah, y están por ahí la doctora Susan Calvin (Bridget Moynahan) y el CEO genérico malo Lawrence Robertson (Bruce Greenwood). Oh, y Shia LaBeouf sin dar mucho asco (solo un poco).

lunes, 3 de abril de 2017

Ella en mi cuerpo y Él en el mio (2006)



"Un poeta maricón... ¿Quién lo hubiera dicho?"
 
Quixote: ¡Saludos y saludas, lectores y lectoras! O algo. Por azares de la vida, los tres redactores aquí presentes hemos visto una película tan maravillosa, tan bien acabada, que no hemos podido resistirnos a hacer una crítica en plan menage a trois.

Adrián: Yo la verdad es que he llegado tarde. Más que nada porque todavía seguía dormido tras irme de juerga. Pero el espíritu de George Best y el del rap me ha hecho levantarme para poder apreciar la posiblemente mejor película de la historia.

Jorge: Pero de qué estamos hablando exactamente. Que yo estaba aquí jugando al Super Mario Advance 4 cuando un dios olmeca me ha convocado en una pausa entre cambios de sexo a adolescentes y cosas. Pero ponenos en situación, Quixote.

domingo, 2 de abril de 2017

The Fighter (2010)


¿Eres como yo? ¿Lo bastante bueno como para pelear con Sugar Ray? Yo nunca pude ganar. Pero tú tienes que hacer algo más. Tienes que ganar un título. Por ti, por mí, por Lowell. Es tu momento. ¿Entiendes? Aprovéchalo. Yo tuve mi oportunidad y no la aproveche. ¿Vale? Ahora sal al cuadrilátero recuerda toda la mierda que has tenido que tragar. Toda la mierda que hemos tragado todos estos años y suéltala en el ring cuando salgas. El combate es tuyo
 
Pocos deportes han sido tan cinematográficos como el boxeo. Tenemos ejemplos de todo tipo: desde biopics como el de Ali protagonizado por Will Smith o Toro Salvaje de Martin Scorsese y actuado por Robert de Niro, a dramas ficticios como Million Dollar Baby de Clint Eastwood.

En Yo Me Bebo Tu Batido somos conscientes de ello y por eso tenemos pensado hacer un ciclo de cine sobre boxeo. Esperamos ser capaces de hacerlo –la constancia nunca ha sido nuestra gran virtud– al igual que pensamos seguir con nuestro repaso a la saga de Alien. Pero bueno, dejemos los planes de futuro y centrémonos en la crítica de The Fighter.