Hace cosa de un año me metieron en un grupo de Whatsapp que prometía ser una sociedad secreta de discusión musical, pero que pronto se reveló como una madriguera de esnobismo y negatividad. Y de un consumo desaforado de sustancias, pero eso es aparte. Hablo de esto porque Tarantino ha sido la última vaca sagrada en ser sacrificada sobre su altar, habiéndose pronunciado frases como "mojón de buey", "el mayor mierdón que he visto este año" y "prefiero ver Torrente". Más allá del criterio de este particular grupo de personas, que seguramente sólo fingen ser más hipster de lo habitual, sí que hubo una reflexión algo menos frívola sobre el cine de Tarantino, cuando alguién se preguntó: "¿qué peli de Tarantino tiene trama?"
Si entendemos como trama aquello que guía a los personajes hacia una conclusión, es verdad que muchas son meramente una sucesión de escenas. Pulp Fiction sería la máxima expresión de ello, pero también Reservoir Dogs, y Malditos Bastardos hasta cierto punto. Pocas veces hay una narrativa que se propulse hacia adelante, y no sólo porque nuestro querido Quentin adore la metaficción, el flashback y la no linealidad, recursos que por supuesto aparecen en Érase una vez en... Hollywood en distinta medida, si no porque incluso cuando no están éstos, a los personajes de sus historias simplemente les pasan cosas, sobreviven (o no), y vuelven a su vida como si tal cosa.