"La selva ya no es un lugar seguro para ti. Sólo los hombres pueden protegerte ahora"
En 1967, Wolfang Reitherman dirigió para Disney la última producción que tito Walt pudo ver antes de estirar la pata. Y lo hizo con elegancia, trayéndonos personajes frescos y carismáticos, canciones extremadamente pegajosas y una historia (basada en el libro homónimo) de la que sacar felices lecciones de vida. Y todo eso sin contar con la presentación de uno de los mejores villanos de toda la factoría, el temible Shere Khan. De modo que, con el paso del tiempo, no le ha costado mucho convertirse en un clásico instantáneo.
Ahora, casi 50 años después, Disney ha cambiado mucho. Tiene muchos más ingresos, ha comprado infinidad de marcas y tiene una crisis de creatividad sonrojante. Maléfica, Alicia y su próxima secuela, Cenicienta o la futura Dumbo (WTF?) son ejemplos de la batería de "remakes" que parece no tener fin, pero que nosotros, gustosos y felices, aceptamos ir a ver al cine aun sabiendo que poco o nada aportarán respecto a las originales, salvo una presunta "profundidad" en los personajes o cambios completamente innecesarios y sin venir a cuento.