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jueves, 6 de diciembre de 2018

La Balada de Buster Scruggs (2018)


-La incertidumbre... se necesita en algunas cosas de este mundo. Mirar hacia delante es la única certeza que tenemos. Creo que la certeza en lo que podemos ver y tocar rara vez está justificada. ¿De los tiempos remotos, qué certezas han sobrevivido? Y aún así nos esforzamos en crear más. Deseamos apoyarnos en ellas. La certidumbre es el camino fácil.

Poco a poco Netflix va cambiando el mundo desde la rutina de pareja al mundo del cine, que está en ebullición debido a las ambiciones de la compañía de ser respetada no solo por sus series de producción propias sino por sus películas. Tienen dinero, éxito, un público fiel y compran todo lo que pueden (Annihilation es el ejemplo con más éxito) y tras haber llegado a los Oscars, ahora van a los festivales de prestigio con Roma de Alfonso Cuarón, un gran nombre que se una a la lista de cineastas de prestigio en nomina con la gran N como Martin Scorsese o los hermanos Coen.

Los Coen son uno de los grandes creadores de cine contemporáneo. Pocos han conseguido ser tan personales, creando un estilo propio que a la vez se ha ido adaptando a multitud de géneros; y por otro lado han tenido reconocimiento popular con obras que han marcado la cultura popular como Fargo o El Gran Lebowski. A los Coen les gusta honrar sus influencias y una de ellas es el western, al que ya se aproximaron con Valor de Ley, e incluso se podría considerar No es País para Viejos otro ejemplo. Y ahora vuelven a hacerlo en todo un homenaje a este género cinematográfico como es La Balada de Buster Scruggs.


jueves, 13 de julio de 2017

El bueno, el feo y el malo (1966)




“¿Sabes que tu cara se parece a la de uno que vale 2.000 dólares?
- Sí, pero tú no te pareces al que los va a cobrar.”

Y cerramos esa trilogía que inspiró con poca sutileza la creación del protagonista de La torre oscura de Stephen King con la que es considerada por muchos la mejor película de la saga, el mayor exponente del spaghetti western y, según Tarantino, el gran logro de la historia del cine: El bueno, el feo y el malo.

Digo que es así considerada por muchos (es la mejor valorada por el público en Rotten Tomatoes, y la crítica solo tiene 1 punto por encima la primera entrega), pero no por mí; es más, para mí es, sin muchas dudas, la más floja de las tres.

Si habéis empezado a leer este párrafo en lugar de dispararme a bocajarro bajo el Sol de mediodía asumo que os puede la curiosidad por saber a qué se debe mi opinión. Vaya por delante una cosa: me parece una gran película. Cuando digo que es la más floja de las tres lo único que estoy diciendo es que creo que está sobrevalorada en comparación con sus predecesoras, lo que no cambia que sea un western fantástico y un magnífico exponente del género. Sobre eso que no queden dudas.

La cuestión es que, como apuntaba en la reseña anterior, vuelven aquí Clint Eastwood (como el Hombre sin Nombre, aquí apodado “Rubio” o “El Bueno”) y Lee Van Cleef (aquí Sentencia, “el Malo), a los que se une Eli Wallach (Tuco, “el Feo”): los tres son pistoleros abocados a la búsqueda de un botín de oro escondido que chocan entre sí mientras la Guerra Civil estadounidense tiene lugar a su alrededor.

miércoles, 12 de julio de 2017

La muerte tenía un precio (1965)


“Cuando acabe la música, recoge el revólver, y dispara si puedes… Inténtalo.”

Es tan socorrido el dicho “segundas partes nunca fueron buenas” como numerosos los ejemplos que lo desmienten por completo. Desde El Padrino II hasta El Imperio contraataca, hay decenas de ejemplos de películas míticas que se vieron perfectamente igualadas, cuando no mejoradas, por su secuela. Ese es, exactamente, el caso de La muerte tenía un precio, segunda cinta de la Trilogía del Dólar que comencé a reseñar el otro día.

Leone, Eastwood y Morricone vuelven a reunirse en una entrega en la que el Hombre sin Nombre (aquí apodado “el Manco”) se nos presenta como un cazarrecompensas que le sigue la pista a un bandido conocido como “el Indio” (Gian Maria Volonté) con una jugosa recompensa en su cabeza. No es el único que va tras él, sin embargo, pues el coronel Douglas Mortimer (Lee Van Cleef) también está interesado en cobrarse esa panoja, con lo que ambos se deciden a colaborar.

martes, 11 de julio de 2017

Por un puñado de dólares (1964)


“Si alguien armado con un revólver se enfrenta con quien lleva un rifle, el que tiene el revólver es hombre muerto”

No es un género que reseñemos en exceso por aquí, pero si tenemos que buscar un paralelismo comercial con lo que hoy supone el cine de superhéroes, ese papel lo ocuparía en un marco clásico, sin duda, el western.

Dominado ampliamente por las producciones estadounidenses y figuras como el tándem John Ford / John Wayne, entre los años 50 y 70, y especialmente en la década de los 60, hubo un auge de las producciones europeas, caracterizadas por un tono más sucio y seco, y con su propio tándem heroico: Sergio Leone y Clint Eastwood son el alma de ese spaghetti western a que puso banda sonora el magnífico Ennio Morricone.

Por un puñado de dólares es la cinta que abre la Trilogía del Dólar, sin duda la saga más reconocible del subgénero, e incluso del western en general. La trama es casi insultante por tópica y simple, más aun sabiendo que es una adaptación no oficial del Yojimbo de Kurosawa (que se querelló contra ella, de hecho): un pistolero sin nombre (Clint Eastwood) llega a un pueblo asediado por el conflicto entre dos bandas de familias rivales, los Baxter y los Rojo. Y, con el único afán de ganar dinero, y una nobleza de intenciones que se ocupa de ocultar bajo esa fachada, el pistolero mantendrá vivo el conflicto a base de bien.

lunes, 30 de enero de 2017

Comanchería (2016)


He sido pobre toda mi vida. También mis padres. Es como una enfermedad que se pasa de generación a generación. Infecta a todas las personas que conoces. Pero no lo hara a mis hijos.

La victoria de Donald Trump no ha surgido de la nada. Los exabruptos del nuevo presidente estadounidense han sido correspondidos por una América que debe de ser analizada más allá de la ignorancia y el racismo que rezuman sus palabras. No hay que olvidarse de la desesperación y de la pobreza en la que está sumida gran parte de la población. 
 
Comanchería – al principio iba a llamarse también así en inglés pero al final paso a denominarse Hell or High Water - no es un simple western o una película de atracadores de bancos. Es un retrato inteligente de Estados Unidos, en un ambiente que recuerda a las novelas de Steinbeck, donde los bancos se han hecho dueños de todo y el individuo apenas puede hacer nada contra ellos. O eso parece.

viernes, 29 de enero de 2016

The Hateful Eight (2016)


"¿Ahora crees en Jesucristo? Estás de suerte, porque te voy a mandar a conocerle".


El puto Quentin lo ha vuelto a hacer. El de Tennessee vuelve a hacer una obra que solo saldría de su genial y loca cabeza llena de katanas y balas. Pocos han tenido la suerte de haber hecho lo que les ha dado la gana durante su carrera y Tarantino es uno de esos elegidos. Debutó con una película de atracadores sin atraco para luego rodar una obra maestra en la que batió todo lo cool que tenía a mano. Desde concursos de bailes a matones citando versículos de la Biblia pasando por escenas tórridas en un sótano. Luego hizo homenajes a diversos géneros como el blaxploitation en Jackie Brown, las artes marciales en Kill Bill, la serie B en Death Proof y al cine bélico en Malditos Bastardos. En esta última se comprueba que no le importa cambiar los hechos históricos si eso le jode una buena escena. Para Tarantino no hay normas, solo hay que fijarse en los letreros de sus películas. Por poder, puede escribir el guión de la comedia romántica como en Amor a Quemarropa, aunque eso sí, metiendo tiroteos y artes marciales. Porque quien tiene talento, tiene carta blanca para rodar lo que le plazca.

Para entender a Quentin hay que meterse en la mente de un loco, amante de la sangre y educado en un videoclubs rodeado de películas japonesas y de vaqueros. Este último género lo ha dejado para su madurez creativa, en la que Tarantino ha decidido convertirse en Sergio Leone. Pero para ello no le basta con una maravilla como Django Desencadenado. Necesitaba más para afianzarse en la leyenda del viejo oeste y no ser solo uno más que vistió botas con espuelas y sombrero.

sábado, 25 de enero de 2014

Lo mejor del 2013 (II)

Comenzamos ayer con la lista de lo que para mí había sido lo mejor que vieron nuestras pantallas españolas en 2013... Concluimos ahora con ese top 5 que, a mi juicio, toda persona con un gusto remotamente similar al mío debería ver.


5 – Rush


Oh, Rush, esa gran e injustamente olvidada. ¿Por qué no se habla más de ti? ¿Quién le ha comido el coco a la crítica para que ensalce tanto a Capitán Philips mientras a ti te deja de lado?

sábado, 27 de julio de 2013

Django Desencadenado (2012)



“¿A quiéh coño llamas bola nieve, mozo cuadra?”

(Dado que una crítica de esta película sería por completo subjetiva e inútil, y no alcanzaría ni a asomarse a la maestría de la cinta, hemos decidido plagiar a los redactores de JotDown cuando hablaban de Prometheus y dejar nuestra crítica en manos de la conversación que habría tenido lugar si Quentin y Tarantino hubieran discutido sobre esta película antes de hacerla. Porque soy un vago y porque quiero).

T: ¡Eh, Quentin!

Q: ¡Coño! ¿Y este loco a caballo quién cojones es?

T: Cálmate, Quentin. Soy tú en el futuro. O sea, tú eres yo en el pasado. Antes de hacer la película, vamos.

Q: Que eres… ¿quién?

T: Que soy Tarantino, coño. Que he venido a visitarte desde un futuro donde ya se ha estrenado Django Desencadenado. Y vengo a echarte una mano con el guión.

viernes, 13 de abril de 2012

El hombre que mató a Liberty Valance (1962)



Hablar de John Ford es hablar del western americano por excelencia. Y es que el director estadounidense de La diligencia se preocupó durante toda su carrera por cultivar un estilo propio y característico que le encumbró como el mayor maestro del género (bueno, tenemos también a Sergio Leone, pero él ya con un spaghetti western más “moderno”), y uno de los mejores directores de su tiempo. Y aunque fue La diligencia la película con la que logró su mayor éxito, El hombre que mató a Liberty Valance es sin duda una de las cintas más impactantes que dirigió en su vida.