“I will fight for
those who cannot fight for themselves”.
No se ha estrenado todavía en
España, pero en las últimas semanas no se ha hablado de otra cosa entre los
medios especializados: DC ha logrado, por fin, hacer una gran película. Y no
solo es buena, sino que Wonder Woman es
para muchos la mejor película de la casa de Kal-El desde los tiempos de El caballero oscuro. ¿Es esto así?
¿Están justificados tantos halagos?
Respuesta corta: sí. Ya podéis
dejar de leer e ir al cine. Pero por si necesitáis motivos para ello, y como yo
tengo que ganarme un inexistente sueldo que me pagaría a mí mismo, pues vamos a
desarrollar ese “sí”.
El personaje de Wonder Woman no
debería resultarle extraño a nadie. Es el personaje femenino más conocido de
DC; forma parte de la Liga de la Justicia; su alter-ego (Diana Prince) es una
derivación de su naturaleza como Diana, princesa guerrera de las amazonas de
Themyscira Diana; tiene brazaletes
indestructibles y un soberbio lazo que obliga a quien lo toca a decir la
verdad; y en general, reparte hostias como panes.
Para más señas, Zack Snyder ya lo
introdujo en Batman v Superman: Dawn of Justice, en lo que fue considerado de manera unánime como uno de los
grandes aciertos de la polémica cinta. Encarnada por Gal Gadot, y precedida por
su archiconocido tema, irrumpió en el universo DC con una fuerza sin
precedentes, que no se queda atrás aquí, en absoluto.
Pero bueno, a la historia. La cinta nos presenta a la protagonista en el presente recibiendo de manos de Bruce Wayne una fotografía (que ya apareciera en BvS) en que la vemos con un escuadrón de soldados de primeros de siglo. Diana se retrotrae entonces en un flashback que nos lleva a ver su infancia, el relato de su nacimiento (por bondad de Zeus, o algo), su encuentro con un soldado inglés (Chris Pine) que lleva la guerra a las costas de Themyscira sin quererlo, y su posterior cruzada por acabar con la Gran Guerra, para lo cual su idea es matar a Ares, que es el que está detrás de todo. No preguntéis mucho.
No quiero hacer spoilers al
respecto de la cinta, así que intentaré resumir de manera sucinta los aciertos
y errores. Para empezar, destaco muchísimo dos cosas, en que mejora con
respecto a otras cintas de DC: el reparto y la dirección. Si bien es habitual
que el cine de superhéroes goce siempre de intérpretes archiconocidos, aquí se
apuesta más por nombres una combinación de casi-olvidados y eternos
secundarios, pero que resultan de una solidez apabullante: desde Connie Nielsen
como la reina Hipólita, hasta la siempre genial Robin Wright como la general
Antíope, pasando por unos siniestros Danny Huston y Elena Anaya, unos
simpáticos Saïd Taghmaoui y Ewen Bremner, y un loquesea Remus Lup… David
Thewlis. Y, por supuesto, con la pareja protagónica que son Gal Gadot y Chris
Pine.
Como digo, el nivel del reparto
no es lo sorprendente en sí, sino lo bien escogidos que están los intérpretes y
lo bien medido de sus personajes. Jamás se cae en el error de perder el foco en
Diana, y Gal Gadot aprovecha cada instante que está en pantalla, pero
apoyándose muy bien en los secundarios. Eso, claro, es mérito de la historia, y
también de la dirección que mentaba antes. Lejos quedan los altibajos de BvS o
la torpeza inconexa de Suicide Squad: aquí el timón lo toma la estadounidense
Patty Jenkins (la directora del clasicazo Monster), que logra un ritmo fluido,
ni lento ni frenético, que construye a la perfección la narrativa.
Es cierto que eso no se podría
lograr si no se gozara de un guión sólido. Pero, igual que acierta con el
reparto y la directora, DC acierta aquí también con el guión, a cargo de dos
historietistas (Allan Heinberg y Geoff Johns) que no solo son más asiduos a las
viñetas que al cine, sino que también han trabajado líneas argumentales del
personaje en papel en años recientes.
Esa aproximación (y aquí vienen
los peros) no está libre de peligro. Wonder
Woman es magnífica, pero no perfecta, y alguno de los fallos están en una
historia que, por ejemplo, se obsesiona demasiado con incluir la narrativa
mitológica de los dioses olímpicos, de forma un tanto forzada en ocasiones y
que, de hecho, llega a engañar deliberadamente al espectador en lo concerniente
a un giro del final. Eso, como apunte objetivo; de manera más subjetiva, como
historiador centrado en mitología, he de decir que lo que hacen esos señores
con la mitología griega es absolutamente denigrante.
Es una pega la de ese hartazgo
que, en cierto modo, podríamos extender hacia algunos tópicos comunes y el
estilo. Por la parte de tópicos, hay demasiado del cine bélico de las grandes
guerras que se repite aquí: desde el paseo por la trinchera hasta el
francotirador apostado en el campanario de la iglesia en mitad del pueblo. Se
les da un giro con Wonder Woman, claro, pero no deja de resultar un tanto
repetitivo a ese respecto; del mismo modo, produce un cierto hartazgo lo
recargado de algunas batallas (especialmente la última), excesivamente tocadas
por la impronta de Zack Snyder que tan presente está en DC. No es que sea un
error, pero llega un momento en que pierde la gracia.
Hablando de gracia, otro punto extra
para la cinta es su valentía a la hora de apartarse un poco de la gravitas que
estableció Nolan como único camino posible (aunque tampoco tiene miedo de
lanzar finales agridulces y momentos duros). Si Suicide Squad lo intentaba con
ese tono gamberro a lo Deadpool o Guardianes de la Galaxia (que no funcionó,
claro está), Wonder Woman toma una postura más clásica, más cercana a lo que
suele ser Marvel, con un humor ligero muy sutil y comedido, mayormente en torno
a los equívocos de Diana al descubrir el mundo exterior.
De ahí, por cierto, se puede
establecer un paralelismo con la presentación que hiciera el MCU de dos de sus
Vengadores: Thor (en ese tono cómico) y sobre todo Capitán América, en la cinta de 2011 que quizás sea la más similar a esta en el subgénero… aunque más allá del hecho de encontrarnos
ante un protagonista muy longevo, que vivió una gran guerra, es bastante fuerte
y usa un escudo en una película marcada por los colores grises, pues no se
parecen en exceso.
Como digo, los elogios están
totalmente justificados. Wonder Woman rompe moldes porque, sin construir una
película perfecta, logra traer una cinta de DC que da una vuelta a los tópicos
y sellos de la casa y construye un personaje femenino terriblemente interesante
y de gran fuerza, apoyado en un gran reparto, una dirección sólida y una buena
narrativa en que desarrollarlo.
Por no hablar de un gran apartado
visual, una acción impresionante (puntos quisquillosos mentados aparte) y una
banda sonora icónica. Y digo por no hablar, porque si hablo estoy seguro de que
se me escapará el decir que no soporto el tema del personaje de Wonder Woman y…
Mierda. Ya lo he dicho. Al cuerno dos páginas de crítica.
No, en serio, el problema es mío.
Es un temazo, muy pegadizo. Excesivamente pegadizo. De ahí que no pueda con él.
Y poco más. Por una parte, DC
puede descansar con la satisfacción del trabajo bien hecho. Por otra, ya no
podrán escudarse en que hay una conspiración contra ellos, pero hey, es lo que
hay, se siente.
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¿Tengo que ver esto?: Si te gusta
el cine de superhéroes, o los personajes femeninos apabullantes, pues sí.
¿Cuál es el mejor momento?: No
tengo la menor duda al respecto: la primera vez que Diana actúa como Wonder
Woman y cruza la tierra de nadie entre dos trincheras (por algún motivo ALGUIEN QUISÓ QUITARLA DE LA PELÍCULA). Toda la escena de dicho
asalto es brutal. Aunque cierto sacrificio cerca del final está muy bien
llevado también.
¿Dónde debería ver esto?: ¿Tienen
pantallas de cine en Themiscyra?
Me ha gustado, ¿dónde hay más?: Me
pones en un compromiso. Por ambientación, ser película de origen y ciertas
características del personaje, Capitán América: el primer Vengador. Por estilo
cinematográfico, quizás Batman v Superman: Dawn of Justice (aunque es
inferior), o se comenta que Man of Steel (especulo, no la he visto). Pero en general es
bastante única en sí misma, y no vas a encontrar ninguna cinta del género que
se le asemeje. Por ahora. Esperemos que eso cambie pronto.
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