lunes, 30 de enero de 2017

Comanchería (2016)


He sido pobre toda mi vida. También mis padres. Es como una enfermedad que se pasa de generación a generación. Infecta a todas las personas que conoces. Pero no lo hara a mis hijos.

La victoria de Donald Trump no ha surgido de la nada. Los exabruptos del nuevo presidente estadounidense han sido correspondidos por una América que debe de ser analizada más allá de la ignorancia y el racismo que rezuman sus palabras. No hay que olvidarse de la desesperación y de la pobreza en la que está sumida gran parte de la población. 
 
Comanchería – al principio iba a llamarse también así en inglés pero al final paso a denominarse Hell or High Water - no es un simple western o una película de atracadores de bancos. Es un retrato inteligente de Estados Unidos, en un ambiente que recuerda a las novelas de Steinbeck, donde los bancos se han hecho dueños de todo y el individuo apenas puede hacer nada contra ellos. O eso parece.

jueves, 19 de enero de 2017

Julieta (2016)


Quise que viviéramos lejos de la culpa. Y a pesar de mi silencio, te la contagié como un virus.

Hay quienes, Dios sabe la razón, creen que Almodovar es un gran cineasta. Tanto en su comedia como cuando se centra en obras trágicas. Cuando el manchego estrena algo, sea lo que sea, lo convierte en el acontecimiento cultural mediático del año hasta un punto que es insoportable. Por supuesto tiene sus detractores, entre los que me incluyo y creo que casi todos los redactores de este blog.

Una de mis peores experiencias fílmicas fue verme enterita junto a Jorge, Pablo y algunos desdichados más – las desgracias es mejor verlas en compañía - Laberinto de Pasiones. Un horror a juego con su carrera musical. Pero bueno, hace mucho tiempo de eso, y Pedro ha ganado dos Oscars, prestigio y la enemistad de Carlos Boyero. Además, tengo buen recuerdo de Volver, estoy seguro que no voy a ver la estupidez de Los Amantes Pasajeros, y Almodóvar ha cimentado su carrera con dramas femeninos como Julieta. Puede que no vaya tan mal la cosa.

lunes, 9 de enero de 2017

American Crime Story: The People vs O.J. Simpson (2016)


No me puedo imaginar a O.J. Simpson matando a Nicole. Yo le conocí una vez en un evento benéfico de golf. Era un tipo encantador.

O.J. Simpson fue uno de los grandes jugadores de fútbol americano. Pero si es conocido por el imaginario social no es por su carrera deportiva, sino por protagonizar uno de los juicios más mediáticos de la historia. Veinte años después, podemos recordarlo en la miniserie The People vs O.J. Simpson que ha sorprendido a todos y que fue capaz de arrasar en los Emmys, derrotando a Fargo, y más recientemente ha triunfado en los Globos de Oro.

Y no es para menos, es un trabajo realmente fantástico. Ryan Murphy es el productor que estuvo metido con cosas tan diversas como Glee o American Horror Story, y suma otra serie de éxito a su currículum: American Crime Story. Un éxito tanto en premios como en crítica y que tendrá su continuación en una segunda temporada centrada en los sucesos posteriores al Katrina en Nueva Orleans.

miércoles, 4 de enero de 2017

La Guerra Fría a través del cine (V): Campamentos de verano en el Infierno



Hasta este momento hemos recogido las películas de acción basadas en la venganza, con un tono rayano en lo propagandístico y conducidas por un protagonista masculino de gran presencia física. Sin embargo, la celebración de la violencia y del mundo militar también encontró vías más sutiles para su expresión en dos películas clave: Oficial y Caballero (Taylor Hackford, 1982) y Top Gun (Tony Scott, 1986). 

Los niveles de testosterona y la violencia quedan ligeramente rebajados para dar prioridad a un elemento casi impensable en las películas que hemos descrito anteriormente: el romance. Si bien Rambo II incluye una historia amorosa, ésta no adquiere la misma transversalidad en el relato que en estas dos películas. Aquí el romance es un recurso narrativo que ayuda a seducir a un espectador que puede constatar las virtudes del ejército. 

martes, 3 de enero de 2017

Assassins Creed (2016)


Aunque otros hombres sigan ciegamente la verdad recuerda: nada es verdad. Aunque otros hombres se dejen coartar por la moral o la ley recuerda: todo está permitido. 
 
Los videojuegos es una de las asignaturas pendientes del mundo del cine, ya sea porque Uwe Boll se dedicó a destrozar toda saga que tuvo en la mira de su fusil, porque los que llevaron el proyecto de Super Mario deliraban o porque la saga Resident Evil se fue diluyendo con el tiempo. Alguna película de aventuras decente ha salido de Tomb Raider y Prince of Persia, pero todavía no ha habido una película de videojuegos que realmente les hiciera justicia.

Ahora llega el turno a Assassins Creed, una de las sagas que más ha marcado a los jugadores en los últimos años. Los fans quedaron totalmente impresionados por el combate a través de la historia entre templarios conspiradores y asesinos encapuchados, los viajes a través de la memoria genética, la exploración de ciudades con gran encanto como Florencia, Roma, Jerusalén, Londres, París o Constantinopla; los combates ágiles, las maniobras acrobáticas de parkour y una trama compleja. La pregunta es, ¿han sido capaces de trasladarlo a la gran pantalla?