![]() |
“Por muy dura que nos parezca la vida, mientras haya vida hay esperanza.” |
Los Oscar de este año han apostado fuerte por los biopics. A veces los vemos como una moda pasajera que puede molestar más o menos, pero que como género en sí ha albergado a más de un título sobresaliente (Una mente maravillosa, Ghandi, Amadeus o Ed Wood... entre otros muchos) aunque también nos ha dado una buena cantidad de productos mediocres, para qué nos vamos a engañar (La red social, Patch Adams o la recientemente fallida Diana). Por eso, es normal que cuando Hollywood nos vende la moto tendamos a temblar y a rehuir del producto de forma justificada.
En el caso de La teoría del todo, por suerte, hay muchos elementos que la aúpan como una interesante y cuidada producción, a pesar de que como película no sea capaz de dar el do de pecho a la hora de llamar la atención e imponer su estilo. Y sin embargo, esta biografía de dos horas del genio Stephen Hawking consigue alcanzar un nivel más que aceptable, algo de lo que tienen mucha culpa sus intérpretes.