Continuamos con mi lista de favoritas del año, pasando ya esta vez al top 10 de imprescindibles. Si no habéis leído la primera parte, la tenéis aquí.
10 – Boyhood
Abro
el top 10 con una película que Pablo, después de verla hace pocos días, dice
que pondría en su top 5, incluso en su top 3, y pide disculpas por no haberlo
hecho antes. El increíble experimento de Richard Linklater, rodado en poco más
de una treintena de días durante 12 años, nos muestra la historia de un chaval
(Ellar Coltrane) desde que tiene cosa de 6 años hasta que cumple los 18. Y no
hay más. No hay una historia con planteamiento, nudo y desenlace: es un retrato
de la vida de una persona en el proceso de crecer, que nuestro compañero
Quixote (que también quiere muchísimo a esta película) me definió como “nuestra
vida, si hubiéramos tenido muchos padres borrachos”. Y no le hace falta más. Es
buena, es larga pero con ritmo, tiene un guión sin artificios pero con momentos
muy bien escogidos, y con actuaciones geniales (sobre todo la de Ethan Hawke,
pero también la de Patricia Arquette). Preciosa, única y uno de los
experimentos que más recordaremos del cine de los últimos años.
No
sabía en qué lugar del top 10 la metería, pero tenía que caer. Ya nos contó Adrián como James Gunn fue capaz de desempolvar unos personajes de Marvel
bastante desconocidos para el público general (pero vitales en esta fase dos de
la productora, y que en el cómic están viviendo un curioso momento con Venom como miembro del grupo en representación de Los Vengadores) para construir una de las películas… mejor dicho, LA película de
superhéroes más divertida que se haya visto. Un blockbuster vibrante, en
general bien actuado (aunque hay un malo que… meh), cargado de una banda sonora
ochentera fabulosa, y con momentos inolvidables. Mi favorita indiscutible de
Marvel, y la de muchos. Y con razón, pues coge a personajes que no conocíamos
de nada y nos los presenta como si fueran viejos conocidos de toda la vida.
We’re hooked on a feeling.
8 – Her
Fue
Pablo el encargado de contarlo aquí, pero todos los del blog disfrutamos y
salimos del cine emocionados con esta cinta de Spike Jonze que se llevó un
merecido Oscar por el guión en que nos narraba la historia de Joaquin Phoenix
en un futuro no muy lejano en que interpretaba a un escritor de cartas
románticas que terminaba enamorándose de la inteligencia artificial que le
acompaña en su vida. Tierna, peculiar, bien actuada (lo siento por Scarlett
Johansson, pero me gusta más siendo solo una voz que cuando pone la cara en
pantalla), bien resuelta y con mucho hacer a la hora de llegar a los
espectadores. No triunfó en los Oscar, pero será recordada, hacedme caso.
7 – A propósito de
Llewyn Davis
La
última película de los hermanos Coen no es, desde luego, para cualquier
público. La historia es deprimente, el guión cíclico, el protagonista muy poco
cercano, y la música folk algo que por bueno que sea no a todo el mundo gusta.
Ello no quita para que sea una película magnífica, loosely based en la vida de
un músico del género que podría ser la de cualquiera, y que muestra los
entresijos y la dureza del mundo de la música en una narración que da poca
esperanza, y que toca la fibrilla sensible. Por supuesto, magnífica la
actuación de Oscar Isaac, para muchos discutible el valor del guión, y para
todos indiscutible que su banda sonora es una de las mejores que hayamos oído
en el cine en mucho tiempo.
6 – Relatos salvajes
La
única española que se cuela (no por odio mío, este año me ha gustado en general
el cine español, con apuestas como Dioses y perros, o La isla mínima… pero es que me ha gustado más el de otros países) ni siquiera
es patria, sino que es sobre todo argentina, país que tiene más peso en esta
coproducción. Y se nota, por la forma de narrar una cinta muy inspirada por el Un día de furia de Joel Schumacher, que
nos muestra el punto límite al que algunas personas llegan en su vida diaria,
cuando aguantan más de la cuenta. Un reparto muy bien escogido (puntos extra
para mi querido Ricardo Darín) que trae varias historias de rabia, furia, odio,
amor y lo que haga falta, con un sentido del humor un tanto negro, y un buen
hacer envidiable.
5 – Dallas Buyers Club
Comienzo
mi top 5 con una película que, de hecho, ha estado en el top 3 en todo momento
cuando pensaba en este artículo, y que solo en estos instantes en que escribo
(de hecho, casi revisando la lista a posteriori) ha caído un par de discretos
puestos. La película que supuso el triunfo actoral de la pasara ceremonia de
los premios de la Academia (con estatuilla para Matthew McConaughey y Jared
Leto) tocaba de manera más o menos ficticia y por tano más o menos real (algunos
dicen que menos) la vida del vaquero Ron Woodroof, que contrajo SIDA en un
momento en que la enfermedad estaba todavía más estigmatizada que hoy, y que
básicamente guerreó contra la industria farmacéutica y el gobierno para ayudar
a los que estaban en su situación y ganar un dinerillo. Mucha gente cercana,
incluido mi compañero Pablo, opina que la cinta se desmonta si le quitas los
actores; personalmente, discrepo, y por eso está tan alta: creo que es una
película destacable tanto en dirección como en guión, y con una profundidad en
la historia que la hace merecedora de ser una de las grandes apuestas del
pasado año. Para más datos, consultar el cariñoso y extenso artículo que le
dediqué en Encadenados.
4 – 20.000 días en la
tierra
Tenemos
aquí una película que las salas y el público pasaron muy por alto, pero que me
atrevo a decir es uno de los mejores documentales sobre música de la historia
del cine (de hecho, espero haceros una crítica pronto, igual que de la siguiente cinta). 20.000 días en la tierra no
es un documental al uso (como lo serán más los también del año pasado dedicados
a Paco de Lucía o Antonio Vega) sino que, dedicado al muy particular (por no
decir raro de cojones) Nick Cave supone un viaje a su mundo interior. En lugar
de realizar un recorrido por su vida o su carrera, nos sitúa en su día 20.000
de vida en la tierra, construyendo un día ficticio en que se muestran imágenes
de archivo, recuerdos de juventud, conversaciones con el psicólogo y otros
artistas (la mismísima Kylie Minogue, por ejemplo), el proceso de grabación y
su forma de ver las cosas, todo ello hilado, sobre todo, en torno a su último
disco (el genial Push the sky away).
Como matiz final, una de las frases que más me gustó del documental, y solo por
la cual merece casi la pena ponerlo en esta lista: “para hacer una canción buena lo importante es el contrapunto. Pones a
un bebé en una habitación y luego, no sé, a un psicópata mongol. Y miras a ver
qué pasa. Luego pones a un payaso. Y si eso no funciona, disparas al payaso”.
Nick Cave ha hablado.
3 – El congreso
La
película que abre el podio fue tan ignorada como la anterior entrada de la
lista, y es igual de comprensible, e igual de poco perdonable. De hecho, yo la vi en un pase de prensa en
los primeros compases del año (allá por marzo, o algo así), pero no se estrenó
hasta finales de agosto, y durante todo ese tiempo estuve pensando en cómo
hacer una crítica. La cinta de Ari Folman nos plantea una historia que toca una
parte de docudrama realista (con Robin Wright haciendo de sí misma… no
figurada, sino literalmente, pues es ella, con su pasado y su carrera), pero
que pronto se vierte en ciencia ficción y una animación bellísima y muy bien
trabajada. Es una distopía peculiar, difícil de entender y que plantea una
visión muy curiosa del futuro del cine. Recomendada a más no poder, y
tristemente olvidada.
2 – Interstellar
Solo
hay dos películas de toda la lista en las que coincido incluso en el orden con
Pablo. Y es normal, dada la similitud de nuestros gustos, que ambos pongamos en
el segundo puesto el último largometraje del visionario / insufrible (según
quién lo mire) Christopher Nolan. Una película de la que mi compañero ya ensalzó todas sus virtudes, pero que yo casi prefiero definir con la frase que
compartí con él, con Adrián y con otros a la salida de su visionado en cine: “acabamos
de ver la polla de Nolan durante tres horas. Y joder, me encanta su polla”.
Calificada de manera exagerada tal vez como “el 2001 de nuestra generación” (y
digo exagerada porque, si bien es comparable, cierto es que la de Kubrick es
bastante mejor… normal, joder, la de Stanley es fácilmente una de las mejores películas de la
historia del cine), el futuro distópico que nos muestra permite construir una
historia a caballo entre la aventura espacial y la ciencia ficción, con un
papel increíble de nuevo (tercera vez en la lista... y segunda en el top 5) de McConaughey, unos
secundarios de lujo, un trasfondo brutal, una banda sonora que pone los pelos
de punta, un guión muy bien construido, una dirección de matrícula y una
ambición solo comparable a su buen hacer y al gran asesoramiento científico de
Kip Thorne (homenajeado en la misma película). Tiene secuencias tremendamente
sentimentales, y pocas veces he salido de un pase en el cine tan emocionado
como aquí. De hecho, probablemente fue la película que más me estrujó el
espíritu el año pasado, con la única excepción de…
1 – El viento se
levanta
Valga
decir que guardo el mismo cariño a esta película que a la anterior, y mi único motivo real para poner la última (y aquí de verdad: última,
porque estamos convencidos de que no hará más) película de Miyazaki por delante
de la de Nolan es simple y llana justicia. Del inglés todo el mundo habla, pero
el japonés no solo ha sido mucho más ignorado, sino que perdió el Oscar de
animación a manos de Frozen (aunque
luego se llevara el Oscar a su carrera como consolación) en lo que es uno de
los grandes tongos de la historia de los premios en este milenio (lo siento, es
así). La sensibilidad de la cinta de Ghibli para narrar la historia de Jiro, un
constructor de aviones en que pugnan su amor por la aviación con el saber que
está creando máquinas de guerra, es ejemplar, y la película constituye un
alegato constante en la lucha por los sueños. Probablemente la cinta más madura
(que no la más adulta, son cosas diferentes) de Hayao lleva la animación
japonesa a nuevas cotas de esplendor, goza de uno de los grandes personajes de
la historia del estudio (¡hola, Caproni!), y tiene algunas de las escenas
también más duras que se hayan visto en una película de Miyazaki. De hecho,
esta vez sí, salí con lágrimas en los ojos de la sala, tanto por lo que había
visto, como por saber que nunca volvería a ver algo así. Desde luego, y como
conté en la crítica que le dediqué en Encadenados (para mí uno de los mejores análisis que haya escrito jamás... Pablo hizo otro magnífico aquí), sin
ser la mejor del japonés sí que es la mejor despedida a su carrera, y una
película que no dejará indiferente a ningún fan de su cine. Y para mí y muchos
otros, sin duda merece con creces la medalla de oro de 2014.
Y con esto cerramos. Como siempre, sabéis que es una lista plenamente subjetiva, de favoritos, y no tanto de mejores, y estamos encantados de conocer vuestra opinión al respecto.
Allez-y,
mes ami!
Buenos
días, y buena suerte.
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