viernes, 29 de enero de 2016

The Hateful Eight (2016)


"¿Ahora crees en Jesucristo? Estás de suerte, porque te voy a mandar a conocerle".


El puto Quentin lo ha vuelto a hacer. El de Tennessee vuelve a hacer una obra que solo saldría de su genial y loca cabeza llena de katanas y balas. Pocos han tenido la suerte de haber hecho lo que les ha dado la gana durante su carrera y Tarantino es uno de esos elegidos. Debutó con una película de atracadores sin atraco para luego rodar una obra maestra en la que batió todo lo cool que tenía a mano. Desde concursos de bailes a matones citando versículos de la Biblia pasando por escenas tórridas en un sótano. Luego hizo homenajes a diversos géneros como el blaxploitation en Jackie Brown, las artes marciales en Kill Bill, la serie B en Death Proof y al cine bélico en Malditos Bastardos. En esta última se comprueba que no le importa cambiar los hechos históricos si eso le jode una buena escena. Para Tarantino no hay normas, solo hay que fijarse en los letreros de sus películas. Por poder, puede escribir el guión de la comedia romántica como en Amor a Quemarropa, aunque eso sí, metiendo tiroteos y artes marciales. Porque quien tiene talento, tiene carta blanca para rodar lo que le plazca.

Para entender a Quentin hay que meterse en la mente de un loco, amante de la sangre y educado en un videoclubs rodeado de películas japonesas y de vaqueros. Este último género lo ha dejado para su madurez creativa, en la que Tarantino ha decidido convertirse en Sergio Leone. Pero para ello no le basta con una maravilla como Django Desencadenado. Necesitaba más para afianzarse en la leyenda del viejo oeste y no ser solo uno más que vistió botas con espuelas y sombrero.

The Hateful Eight (me niego a usar la traducción española), es una película menos redonda que su predecesora. Pero aún así se basta por ella sola a nuestra fascinación. La sinopsis es sencilla: el mayor Marquis Warren (Samuel L.Jackson) se encuentra perdido en una ventisca sin caballo y con tres cadáveres de fugitivos cuando se encuentra con una diligencia que pertenece a otro cazarrecompensas (Kurt Russell). Este hombre tiene en sus manos a una forajida que sigue viva porque a su captor le gusta honrar a su apodo, la Horca. Ellos son los primeros que unirán sus destinos mientras se refugian en la mercería de Minnie.




Allí no hay espacio para los héroes. La pequeña estancia de madera está repleta de canallas sin escrúpulos. Todos son una panda de hijos de mala madre, sin excepción. Un hijo de un renegado que no soportó la derrota del Sur en la Guerra de Secesión (Walton Goggins). Un coronel sureño (Bruce Dern). Un verdugo (Tim Roth). Un cowboy (Michael Madsen). Pero señores, ahí el rey del rebaño de los badass es Samuel L. Jackson. Quentin sabe que nadie recita sus diálogos como él. Sin embargo, los Oscar han vuelto a olvidar a este gran actor. Pero le da igual, es demasiado cool para ellos. En esta ocasión se permite superar a su célebre discurso en Pulp Fiction con un monologo cargado de crueldad y mala hostia que, literalmente, es la polla.

La otra gran interpretación de la película pertenece al único personaje femenino de la película. Que sea mujer no quiere decir que no sea una bastarda. Su presencia maligna está presente en todo el metraje a pesar de estar encadenada. Jennifer Jason Leigh no era la primera opción, ese honor le pertenecía a otra Jennifer que también está nominada, pero resulta la elección perfecta. Ha conseguido una nominación al Oscar más que justa y ganada con el sudor y la sangre de su frente. El resto del reparto está a la altura aunque reconozco que Michael Madsen me pareció desaprovechado.




Tarantino sigue fiel a su estructura de capítulos, como si esto fuera un libro y no una película. De hecho parece más cercano al teatro que al cine. Todos los recursos tarantinianos están presentes incluyendo sus famosos flashbacks. Decía antes que el de Tennessee utiliza las reglas como le da la gana. Tanto las del cine como las de la física. Porque la sangre tiene que inundar la habitación al precio que sea. No hay que dejar que la realidad estorbe nuestros delirios violentos.

La primera parte se hace algo lenta e incluso hay momentos donde el interés decae. Me gusta la parte de la diligencia – muy bella fotografía a cargo de Robert Richardson- en la que se van construyendo los personajes. Es en la posada donde todo se vuelve todo algo coñazo hasta que Samuel L. Jackson cambia todo.




Porque ahora el misterio y el suspense se hacen patentes. Y como pasó en Reservoir Dogs, toda la tensión llega junto a la violencia, tanto verbal como a punto de pistola. Que le den por el culo a los moralistas que piensan que esas escenas no están justificadas. Ellos no saben apreciar una gran vorágine de sangre y violencia y ellos se pierden ese placer.

Por supuesto, no me olvido de Morricone, quien vuelve a optar al Oscar con una gran banda sonora. Muchas de esas canciones marcan claramente la historia, especialmente esa lánguida "Noche de paz" tocada al piano mientras Samuel L. Jackson le cuenta una curiosa historia al general sureño.

El guión, que ha sufrido todo tipo de peripecias, es del sello de Tarantino. Todas las historias y sucesos, algunos aparentemente sin importancia, se van uniendo para dar vida a la obra. Se logra que el espectador se convierta en uno de esos ocho odiosos, obligándole a estar alerta y preocupado sobre el resto como si su vida dependiese de ello. Además, va descubriendo los hechos al mismo tiempo que los personajes y es víctima de todos los giros que da el director.

No es lo mejor de Tarantino. Pero nadie me quita que haya vuelto a disfrutar como un psicópata en la sala del cine. Y esperemos que rompa su promesa y no se quede en solo diez largometrajes.

-------------------------------------------------------------------------------------------------------------

¿Tengo que ver esto?: Sí, pero para iniciarte con Tarantino te aconsejaría más Pulp Fiction o Malditos Bastardos.

¿Cuál es el mejor momento?: El discurso de Samuel L. Jackson

¿Dónde debería ver esto?: En una cabaña incomunicada por la nieve y manchada de sangre

Me ha gustado, ¿dónde hay más?: Las más parecidas a está película son Reservoir Dogs y Django Desencadenado. Si quieres algo similar pero no de Tarantino te recomendaría Fargo, tanto la película como la serie.

1 comentario: