sábado, 27 de septiembre de 2014

Cómo entrenar a tu dragón (2010)


"La mayoría de los sitios tienen ratones o mosquitos... nosotros tenemos dragones."


DreamWorks Animation, en su pugna eterna con Pixar, nos ha brindado grandes títulos. Hormiga Z, Ratónpolis, Spirit: el corcel indomable, Wallace y Gromit, Chicken Run, las sagas de Shrek, Madagascar o Kung Fu Panda... Todas ellas películas de una gran calidad, pero sin el carisma suficiente para dejar una huella tan honda como la que Cómo entrenar a tu dragón y su recién estrenada secuela nos han legado. Porque la saga que inició su andadura en 2010 y que ya prepara una tercera parte para 2016 es pepino máximo en toda su expresión.

La ya ex-compañía de Spielberg, con Dean DeBlois y su equipo a la cabeza, ha conseguido crear un mundo completamente nuevo y en continua expansión, capaz de crear historias de enormes y espectaculares proporciones, sin renunciar a un humor sobresaliente y con un apartado técnico de auténtico escándalo. Y eso, por citar una pequeña parte del conjunto...

La historia nos lleva a la recóndita Isla Mema, donde nuestro protagonista, Hipo, tiene más de un problema para convivir con sus compatriotas vikingos: su complexión es débil, su carácter, afable, y siempre acaba metido en líos, avergonzando sobremanera a su padre, Estoico, que para colmo es el jefe de la aldea. Para acabar con su imagen de mojigato enclenque, Hipo busca desesperadamente matar a un dragón, el mayor honor entre los suyos, y lo cierto es que casi lo consigue al alcanzar con un proyectil a un negro y escamado ejemplar, con el que acabará desarrollando una gran relación y al que llamará Desdentao. No obstante, a la hora de la verdad, Hipo descubrirá que ni él es capaz de matar dragones ni estos son tan malos como se los pinta, cambiando su vida y la de su nuevo amigo para siempre.



Lo que podemos apreciar de primeras en la cinta es su extraordinaria originalidad y buen hacer a la hora de contar la historia. Hipo, detrás de su aspecto enclenque y debilucho, guarda en su interior la fuerza más importante que puede tener un ser humano: el entendimiento y la serenidad para hacer amistad con unos bichos a los que se ha estigmatizado como ladrones, asesinos y auténticos peligros que deben ser exterminados en cuanto se presente la ocasión. Así, a través de nuestro protagonista, el dragón Desdentao, con el cual formará un vínculo inseparable, y un buen tropel de intuitivos y notables secundarios, aprendemos más sobre un mundo realmente llamativo y muy bien desarrollado.


Y es que la historia se desarrolla de forma extremadamente inteligente, rápida pero precisa, tocando todos los puntos que hacen falta para que el resultado sea redondo. El crecimiento de Hipo y su interacción con Desdentao y sus compañeros en la escuela de lucha, la turbulenta relación con su padre, las IMPRESIONANTES escenas de acción y otros trasfondos de la trama acaban encajando a la perfección, creando un conjunto ameno, realmente emocionante y de una enorme calidad.



Los personajes, por su parte, presentan diversos estereotipos que, no obstante, están realmente bien llevados y utilizan un humor inteligente y para todos los públicos. Especialmente maravillosos me parecen su prota, Desdentao, Estoico, Bocón (el herrero de la aldea e instructor de Hipo) o la bella Astrid, cuyo papel va mucho más allá del de ser una simple cara bonita. Son capaces, en todas sus formas, de hacernos reír, estremecernos y emocionarnos de forma simple pero efectiva, y ninguno se hace pesado o molesto. Es, pues, un reparto sobresaliente y sin altibajos.





Y en cuanto al apartado técnico, no recordaba cosa que lo superase hasta que vi la segunda parte este verano (y que tocará analizar en su momento). Los entornos son coloridos e hiperdetallados, las secuencias de vuelo, inolvidables y espectaculares, y las escenas de acción alcanzan unos topes de calidad en los efectos que quitan el hipo. Las muecas faciales y la personalidad de los personajes están magistralmente marcadas, y sólo puedo decir que, siendo un feroz crítico del 3D, esta podría ser una de las pocas películas (junto con Gravity y Cómo entrenar a tu dragón 2) en las que pagar un poco más por la entrada SÍ merece la pena. BRU-TAL.



Para completar la fiesta, la notable e inspiradora música de John Powell consigue dotar a las escenas más importantes de un trasfondo inigualable, los efectos de sonido son tan contundentes como geniales, y el doblaje al castellano está a muy buen nivel. Y cuando lo escuchas todo con un equipo 5.1, sólo puedes dejarte llevar y disfrutar del espectáculo...



Pero no son todos estos grandes detalles los que hacen de Cómo entrenar a tu dragón algo único. Es en el desarrollo, la trama y algunos de sus momentos, donde se aprecia la valentía y el buen hacer de Dreamworks en este proyecto. La historia es capaz de combinar momentos muy divertidos con otros realmente duros y oscuros, especialmente entre Estoico e Hipo y en las escenas de la batalla final. Es un relato tan gracioso como realista, hasta puntos que rozan la frontera entre la inocencia infantil y la crudeza adulta.





Pero no seré yo el que os muestre tales momentos. Para eso, mejor se os recomienda ver la peli (si no lo habéis hecho ya, y si es en 3D, mejor que mejor), y ya de paso, la segunda parte. Actualmente, se puede decir que Dreamworks Animation ha encontrado una gallina de los huevos de oro que no sólo es comercial, sino también original, de una calidad pasmosa y, como ya he dicho, está en continuo crecimiento (se espera su tercera parte para 2016). 



Y es que Cómo entrenar a tu dragón promete convertirse, si no lo ha hecho ya, en una de las sagas de animación más épicas de la historia del cine. Cierto es que hay aspectos que están más logrados en su secuela y que su tono a veces se muestra menos serio de lo que me gustaría, pero honestamente... pocos peros se le pueden poner. Es fresca, técnicamente gigantesca y se disfruta de principio a fin. Y después de verla, que os quede claro: todo lo que sabemos de los dragones... es mentira.



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LO MEJOR: su novedoso concepto, el desarrollo de la historia, su impresionante clímax, apartado técnico, personajes, música y uso del 3D. 



LO PEOR: para disfrutarla del todo, se hacen imprescindibles las gafas 3D. Algunos aspectos en los personajes secundarios que deben pulirse.




NOTA: 8,75/10. El mejor comienzo para una saga que ya ha encandilado nuestros corazones. Surcar los cielos nunca fue tan espectacular y divertido.



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