“The only thing that scares me is being forgotten. I can survive most things, but not that.”
Voy a ser claro desde el primer
momento. Como con cualquier adaptación de un medio a otro, hay dos maneras de
analizar esta serie: por sí misma, o en relación al libro de Neil Gaiman que
adapta. Si lo que buscáis es el primer análisis, probablemente os decepcione
esta reseña, porque siendo American Gods probablemente
mi novela favorita (si es que puedo escoger solo una), por necesidad he de
tomar el segundo camino. Brevemente puedo apuntar que la serie es magnífica,
pero no me puedo quedar ahí, y al desarrollar eso tengo necesariamente que
hablar del libro (intentaré que sin spoilers).
Como carta de presentación, creo
buena idea ver el tráiler y enfrentarte a la serie sin leer más al respecto,
pero para quien quisiere ir virgen, el resumen: Shadow Moon (Ricky Whittle) sale
de prisión tras cumplir varios años de condena y pasa a trabajar como
guardaespaldas/chico de los recados del misterioso Señor Wednesday (Ian
McShane). No sabe muy bien dónde se ha metido, pero poco a poco se dará cuenta
(muchísimo más tarde que el espectador) de que está en el epicentro de una
batalla sin cuartel entre las fuerzas más poderosas que rigen (y son regidas
por) los designios del ser humano.
Empecemos hablando de lo bueno,
que es mucho: el reparto es una absoluta maravilla. No es ya que sean
intérpretes de enorme nivel, sino que están perfectamente escogidos. Whittle, a
quien recientemente vi comerse el show en The
100, es un Shadow excelente, como lo es el inmenso Ian McShane, pero no son
los únicos, ni por asomo: Emily Browning y Pablo Schreiber, como Laura y Mad
Sweeney, se convirtieron (con razón) rápidamente en favoritos de los fans,
Bruce Langley y Crispin Glover manejan genial a los antagonistas, y Yetide
Badaki, Demore Barnes, Orlando Jones y Omid Abtahi son unos secundarios
soberbios. Por no hablar del placer que es ver en pantalla a Gillian Anderson
(la versatilidad hecha actriz), Peter Stormare (es Czernobog. No le interpreta.
Lo es) y Jeremy Davies (muero de amor con su cameo como Jesus).
Más allá del reparto, el espíritu
del libro está captado a la perfección. No es (y resulta algo de agradecer) una
adaptación literal: si bien algunas escenas las traslada palabra por palabra, y
lo hace muy bien, en general hay un juego de malabares por encajar la compleja
narrativa del libro, cargada de personajes, subtramas secundarias y relatos
cortos, en la serie de manera unificada. Algo que se hace, reitero, sin olvidar
el significado de la historia que hay detrás y lo que se quiere contar.
En el proceso, la serie añade
también algún que otro personaje, elimina otros, o cambia la manera en que
suceden las cosas. Y si bien es cierto en el algunos casos lo hace bien (por
ejemplo, los personajes del Chico Tecnológico y Media están MUY bien tratados y
adaptados a lo que es hoy), en otros no me termina de gustar lo que se hace: el
caso más evidente es el de Laura Moon y Mad Sweeney, que no solo comparten la
subtrama más importante de la serie, sino que lo hacen alterándose por completo
tanto sus apariciones en el libro (donde ambos completaban sus arcos sin
haberse cruzado en el menor momento) como la relación que mantienen ambos
personajes con Shadow. Y eso es algo que, en el caso de Laura especialmente, me
gusta cero y menos, porque destroza mucho la relación.
Del mismo modo, algunos de esos
cambios llevan al que para mí es el gran problema de la serie, y el que hace
que, siendo esta muy buena, el libro sea considerablemente mejor: el ritmo. Y
digo esto en dos sentidos, uno absoluto y otro relativo. En lo absoluto, se me
antoja que la narrativa tiene un ritmo muy precipitado, que cuenta
apresuradamente cosas que podría haberse tomado con mucha más calma. Y en lo
relativo, hay algo en que siempre ha destacado Gaiman, que es la sutileza con
que van entremezclando los elementos reales y fantásticos, hasta que te tiene
inmerso en un universo de pura fantasía al que no sabes cómo has llegado; la
serie, sin embargo, tiene aproximadamente la misma sutileza que el capitalismo justificando
su explotación: o sea, ninguna.
Por otra parte, ¿qué demonios han
hecho con el Hombre Búfalo? ¿Por qué se reduce tanto la importancia de las culturas nativas americanas (por ahora, al menos, ni tan siquiera en el protagonista se insinúa)? ¿Y qué necesidad hay de cambiar el papel de la Casa
de la Roca, que es el punto de inflexión del libro, o de la historia del djinn?
Por no hablar de algo que no diré porque sería hacer un spoiler muy bestial,
pero que tiene que ver con Mr. World y con otro de los personajes (testimonial
en la serie) que aparecen. A ver cómo manejan eso, porque un cambio en ese
sentido sí que podría cargarse el espíritu de la obra.
Dicho esto, ya mento que no todos
los cambios o añadidos son malos, en absoluto. Me gusta mucho la mayor
presencia de Jesus en la serie, que se me quedaba corta en el libro (aunque
entendiera el porqué), las preciosas escenas en el más allá egipcio, o la
actualización de personajes como el Señor Nancy (rejuvenecimiento incluido). Y me gusta también que, en
general, a pesar de algunos puntos clave, hayan sabido qué tocar y qué no: las
escenas de Bilquis o el sexo homosexual (explícito, a Odín gracias) se tratan
sin la menor vergüenza pero también con elegancia. Como debe ser, vaya.
Además, goza la serie, no solo
del ya mentado magnífico reparto, sino de la ayuda de una banda sonora magnífica
que acompaña y deja momentos preciosos. Es todo ello lo que, como decía al
principio, hace que sea una serie magnífica, aunque mejorable en lo que a
adaptación se refiere.
Solo ha sido la primera
temporada, y quedan por venir al menos otros ocho capítulos, si no 16. Por lo
pronto, puedo confirmar que, si bien la he disfrutado, estoy seguro de que la
habría disfrutado más si no hubiera leído el libro. Eso sí, no me arrepiento, y
lo aviso de antemano: si tenéis intención de leer el libro, hacedlo antes de
ver la serie, o esta os destrozará alguno de los aspectos que convierten a American Gods en la gran obra de Gaiman.
Dicho queda.
Buenos días, y buena suerte.
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¿Tengo que ver esto?: Considero que sí. Pero si te interesa
el libro, léete el libro antes.
¿Cuál es el mejor momento?:
La primera escena en el Más allá egipcio o el guiño a Bowie son una delicia,
pero en general, diría que el séptimo capítulo, "A Prayer for Mad Sweeney", es no solo el mejor de toda la primera
temporada, sino también el que tiene el relato mejor adaptado de todo el libro,
por ahora. Y es absolutamente precioso.
¿Dónde debería ver esto?: La
Casa de la Roca, o cualquier otra atracción de carretera. Quién sabe si no
encontrarás ahí el verdadero alma de los Estados Unidos.
Me ha gustado, ¿dónde hay
más?: Es una cuestión complicada. El equipo creativo es el mismo que hizo Hannibal. El nombre de la recientemente
estrenada The Handmaid’s Tale también
suena mucho, aunque no sé qué habrá de equiparable más allá de ser ambas
adaptaciones muy aclamadas. Basado en obras de Gaiman tenemos la serie Neverwhere para la BBC (que vino antes
que el libro, de hecho, y que luego se adaptó en radio), Stardust en cine, o los guiones que escribió para Doctor Who (“The Doctor’s Wife” y “Nightmare
in Silver”) y para la adaptación cinematográfica de Beowulf de Robert Zemeckis.
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