A estas alturas sabéis (o intuís) ya
que no soy muy amigo del cine español. Especialmente del actual. Es algo que me
supera: considero las temáticas muy manidas (salvo honrosas excepciones) y las
actuaciones, aunque en pantalla cumplan, en cuanto a voz son una vergüenza en
el 98% de las ocasiones, y eso es algo que no tolero. Así que por lo general,
intento huir del cine español, y cuando me acerco a él suele ser en las épocas
en que todavía había actores grandes de verdad (de la talla de Fernando Fernán
Gómez o el recientemente fallecido Alfredo Landa) que venían del teatro y
sabían hacer maravillas con su voz a la hora de interpretar.
Digo “por lo general” porque siempre
hay excepciones. Y Celda 211 es una
de ellas. Siempre, desde que la vi anunciada y supe de su argumento, tuve ganas
de echarle un ojo. Cuando vi los tráilers, me convencí todavía más. Y la parodia de José Mota, así como el
re-montaje del tráiler para hacerla parecer una comedia (que se emitió en los
Goya), no hicieron sino convencerme más aún. Y el otro día, por fin, dejé de
postergarlo más aún y me dispuse a verla.
La cinta, ganadora de unos cuantos
premios Goya y dirigida por Daniel Monzón, cuenta la historia de Juan Oliver
(Alberto Ammann), un funcionario de prisiones que visita la cárcel un día antes
de empezar a trabajar, y queda atrapado en ella durante un motín liderado por
Malamadre (Luis Tosar). A partir de entonces, Oliver tiene que hacer creer a
los demás presos que es uno de ellos, cosa que no resulta nada fácil.
El argumento, basado en una novela
homónima, promete. Si bien es cierto que el tema de los agentes dobles está ya
muy saturado en el cine, es una historia que bien llevada siempre puede dar mucho
jugo. Aquí, Monzón lo consigue, con un ritmo apabullante y manteniendo la
tensión hasta el último plano de la cinta; utiliza, además, un flashback para
desarrollar la historia (y varios más dentro de esta), pero sin revelar en el
primer momento cómo ha terminado todo.
Lo mejor de la película, sin duda, son
sus interpretaciones (y me encanta poder admitir esto en una película española,
cuando suele ser uno de sus puntos flojos). Siempre se destaca (y aún a riesgo
de pecar de pesado me veo obligado yo también a hacerlo) la bárbara
interpretación de Luis Tosar, que se come cada plano de la película llevándola
con puño de hierro. No solo tiene un personaje tremendamente agradecido, sino
que lo absorbe por completo, de tal forma que no hay absolutamente nadie que
pudiera interpretarlo aparte de él. También genial está Luis Zahera, e incluso
Antonio Resines hace una interpretación muy destacable (con otro personaje muy
agradecido). Incluso de interpretaciones con la voz, que es en lo que más
fallan los españoles, se defienden sin ningún problema (se nota aquí que
actores como Tosar o Zahera hacen teatro de forma habitual).
El desarrollo de la historia, por otra
parte, está muy bien llevado, con un final que no termina de gustarme (es
demasiado… “blando”, y no concuerda con el resto de la historia), pero que aún
así cumple en parte con las expectativas. Incluso la siempre necesaria historia
romántica entre dos personajes (en este caso Juan Oliver y su esposa Elena),
tiene aquí una segunda utilidad, al convertirla en el vehículo para terminar de
definir a un personaje y entender el giro que da. También en este aspecto son
un punto a favor los tintes cómicos que tiene la cinta, a pesar de tratarse de
un dramón en toda regla.
No todo es oro, sin embargo. Aunque la
ambientación carcelaria está muy lograda, la fotografía es un tanto floja, y
hay planos y escenas que no terminan de gustarme por la forma en que están
rodadas. La música, por otra parte, a pesar de ser del siempre genial Roque
Baños (que diría que es el John Williams de nuestro país… en cuanto a
influencia, al menos), pasa sin pena ni gloria, y no destaca lo más mínimo.
Hay, además, algunas interpretaciones
que me parecen demasiado forzadas, especialmente si la comparamos con la
naturalidad de los ya mencionados. Alberto Ammann se llevó un Goya como actor
revelación que considero que no merecía lo más mínimo, pues su interpretación
es cuando menos, muy mejorable. También Carlos Bardem, o Marta Etura están bastante deslucidos en la cinta, al igual que otros personajes como los compañeros funcionarios de
Juan.
Por otra parte, hay que decir que la
cinta roza lo increíble por momentos. Y digo increíble en el peor sentido de la
palabra. Malamadre no duda de Juan prácticamente hasta el último momento, al
igual que la mayoría de los presos, a pesar de que se pasa toda la película
dándoles motivos para lo contrario, y prácticamente gritando a los cuatro
vientos que es un infiltrado. Puede que sea problema de escenas eliminadas,
pero no es nada lógico que Juan hable delante de todo el mundo con los
funcionarios de la prisión, que estos le conozcan por su nombre y sepan no solo
cómo se llama su mujer, sino también qué aspecto tiene y donde está… y que
ninguno de los presos desconfíe de él al ser testigos de la escena. No tiene
ningún sentido.
En general, es una cinta muy correcta,
original en su desarrollo, con algunos aspectos sobresalientes y otros más
flojos, pero que cumple con creces con lo prometido. De lo mejor que he visto
en el cine español. Altamente recomendada.
Allez-y, mes ami!
Buenas noches, y buena suerte.
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LO MEJOR: sin duda, Luis Tosar, aunque
también Zahera o Resines están genial. La tensión que mantiene toda la cinta, y
cómo se desarrolla la historia, con ese giro magnífico acercándose el final. Y
los puntos cómicos que encontramos.
LO PEOR: el final en sí, un tanto
edulcorado (a pesar de que sigue siendo bastante trágico). La interpretación de
Ammann me parece muy floja, y hay escenas poco creíbles.
NOTA: 7,75/10. Original, contundente y
bien trabajada. Sin duda, merece la pena echarle un vistazo.
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No tengo muy fresca la película. Pero no me quedo el recuerdo de un final edulcorado. Quizá alguna interpretación secundaria si que sea algo floja, pero para nada lo hiciera mal Alberto Ammann, otra cosa es que Luis Tosar no le dejo hueco en la pantalla.
ResponderEliminarEl final es agridulce, cuando lo que te pide la cinta es directamente un final más amargo... Por eso me parece un poquito edulcorado.
ResponderEliminarY qué quieres que te diga, Ammann se me hizo muy insoportable. No creo que mereciera el Goya ni de broma. Luis Tosar no deja hueco en la pantalla a nadie pero hay secundarios de lujo (Zahera y Resines) y otros que no están a la altura (Bardem y Ammann).