jueves, 23 de mayo de 2013

Vértigo (1958)



Q: Aquí estamos de nuevo, con la tercera entrega de nuestro ciclo Ebert. Esta vez, el clásico de Hitchcock: Vértigo.

SG: Yo reconozco que no sé demasiado sobre Hitchcock, a pesar de llamarme crítico de cine, lo cual es una vergüenza. Conozco algunos de sus títulos más famosos, como La ventana indiscreta o Psicosis, pero poco más... Así que la crítica se va a centrar única y exclusivamente por mi parte en esta cinta, sin entrar en su contexto. Eso, si quieres, te lo dejamos a ti.

Q: No creo que sea necesario contextualizar demasiado. Hitchcock es ampliamente conocido como el maestro del suspense, y en esta cinta, Vértigo, lo demuestra de nuevo.

SG: Estoy plenamente de acuerdo. Si hay algo que destacar en primer lugar de la película es la tensión que se genera casi desde el primer momento, pero sobre todo a partir de la segunda mitad. Lo cual, por otra parte, es lo habitual en una historia de detectives con cierto tinte de cine negro como la que nos presenta.

Q: La película, en efecto, está dividida en dos claras partes. Nuestro protagonista, un policía retirado debido a su acrofobia, es contratado por un viejo conocido para espiar a su mujer, que se está comportando de una forma bastante extraña. Y, como suele ser habitual en el cine de suspense, hasta ahí puedo leer.

SG: Destaquemos en primer lugar, que el policía, James Stewart, hace una interpretación fabulosa. Le odias a muerte, porque es bastante inaguantable, pero su interpretación no tiene pérdida. La mujer del conocido del policía (o sea, la mujer y punto), Kim Novak, por el contrario, es guapísima, pero digamos que bastante... inexpresiva.
Q: Como personaje femenino, creo que ambos coincidimos en que Midge, interpretada por Barbara Bel Geddes, es bastante más agradable.

SG: Y desde luego, hace una interpretación mucho mejor. Por cierto, a lo mejor es cosa mía, pero me parece a mí que Hannah Barbera se debió inspirar en ella para cierto miembro de los que acompañaban a Scooby Doo... Ejem...

Q: ¿Shaggy?

SG: Sin dudarlo. Físicamente, claro.

Q: Bien, el caso es que el argumento es sin duda apasionante y, pese a que la película es relativamente larga para ser un film de suspense, no se hace aburrida en ningún momento. Consigue lanzar “plot twist” tras “plot twist” para mantenerte pegado a la silla durante las dos horas. Vamos, lo habitual en Hitchcock.

SG: Personalmente, me parece que la primera mitad es quizás demasiado lenta... Ojo, no se hace para nada pesada en ningún momento. Pero tarda un poco en arrancar. Luego, claro, lo compensa con creces en la segunda mitad, que es trepidante y que, como dices, está llena de un “plot twist” tras otro. Los de los últimos minutos son ya una delicia.

Q: Estoy de acuerdo. La primera mitad, la que dedica a perseguir y espiar a la rubia de turno, es algo más lenta. Pero el resto es genial. El caso es que no hay muchas pegas que ponerle a la película.

SG: No, la verdad. Incluso los aspectos que me podían chirriar más Hitchcock los resuelve de forma muy satisfactoria. El consabido romance entre dos personajes, por ejemplo, que parece obligado en el 98% de las películas del universo, aquí funciona bastante bien porque es una de las piezas importantes que resuelven todo. ¿Me equivoco?

Q: Sí, claro que funciona bien porque no es un romance al uso. Mis inconvenientes con la película vienen por las motivaciones de algunos personajes, en concreto de la señorita Novak, pero no puedo entrar muy a fondo en ellas porque arruinaría por completo la cinta.

SG: Ahí tengo que darte la razón en parte... Hay explicaciones plausibles a su forma de actuar, aunque un poquillo cogidas por los pelos. A quien no termino de entender yo es al marido... pero tampoco aquí puedo entrar sin arruinar la sorpresa del final.

Q: ¿Por qué no entiendes al marido? Consigue su objetivo haciendo que nadie se percate de nada. Es el personaje más listo de la película.

SG: Eso sin duda. Pero... ¿Por qué tenía ese objetivo desde el primer momento? Ya entraremos en ello cuando no haya delante lectores a los que podamos destripar la historia.

Q: ¿Por qué no iba a tenerlo? ¿Acaso necesita una excusa para ****** a ******?

SG: Si no hay excusa lo hace por puro rencor... Algo que no termina de cuadrarme con un plan tan elaborado. ¿Dinero? ¿Motivaciones de otro tipo? Que yo recuerde, en la película no se explican, aunque a lo mejor me perdí ese momento.

Q: Da igual. Sus motivos tendría.

SG: El caso es que, aparte de las motivaciones de los personajes, solo le veo un punto negativo a la película, que para mí es la música. Vale que cumple con los cánones de todo thriller o película de suspense... Pero no aguanto esa música. Aunque eso es ya más cosa mía, supongo.

Q: Claro que es cosa tuya, y estas equivocado. La música es de Bernard Herrmann y es una banda sonora clásica. Yo mismo la escuché hace unos días, aparte de la película, y sigue sosteniéndose. Así que no, tu opinión es mala y te deberías sentir mal.

SG: Sinceramente, me parece la misma música que podemos encontrar en cualquier película del género. Más pulida, más construida, quizás... Pero con originalidad cero. Quizás porque ha sido muy imitada, no lo sé. El caso es que no me gusta, pero no digo que sea mala, y no me siento mal porque no obligo a nadie a compartir esa opinión. Dejando eso al margen... Creo que más pegas no se le pueden poner a la cinta. En cuanto a lo visual, la fotografía es una maravilla. Y ahora que recuerdo... la restauración...

Q: La restauración es muy buena. ¿No?

SG: En la imagen sí. Es más, me atrevo a decir que es una de las mejores restauraciones con que me he topado. Pero te recuerdo quién insultó a los restauradores por el sonido de la película...

Q: Bah, falso.

SG: El caso es que, hay que decirlo, la restauración del sonido deja bastante que desear. No solo por algunas escenas sin doblar (dudo que sea cosa nuestra, habiéndola visto en copias diferentes cada uno), sino también por la mezcla y los niveles de los diálogos y la música, que estaba bastante mal. Pero aparte de eso, y del tema ya comentado de cierta lentitud al arrancar y motivaciones extrañas en los personajes... creo que la película está impoluta.

Q: No sé si eran exactamente dos copias distintas, ejem, ejem... Pero la mezcla de los diálogos no son culpa de los que hicieron la película, fue culpa de los españolitos que lo colocaron todo después de doblarlo, imagino. Pero sí, es una película perfectamente correcta. Pulgar arriba, ¿no?

SG: He de matizar que la culpa es del montaje final. El estudio de doblaje se ocupa de doblar los diálogos y enviarlos a la productora, nada más. Pero por otra parte, sí, un pulgar arriba más que indiscutible por mi parte.

Q: La culpa es obviamente de Zapatero.

SG: Obviamente. O de Franco. El caso es que hasta la semana que viene (o cuando sea) nos despedimos... Toca “Apocalypse Now”, ¿no?

Q: Si. Así que nos veremos pronto con el clásico de Coppola. ¡Hasta luego!

SG: Yo aviso de que esta semana iré subiendo varias críticas de todas formas. ¡Hasta pronto!

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