lunes, 13 de mayo de 2013

Downstream (2010)



"It's amazing to see people track into the unknown to look for something that they're not sure about. It's a bit risky, don't you think so?

Hemos oído decir mil veces que para hacer una buena película solo hace falta una buena idea… Y es una afirmación con la que estoy en parte de acuerdo. Solo en parte.

Para rodar una buena cinta, además de una buena idea, hace falta saber llevarla a término. Hace falta un guión sólido, unas interpretaciones correctas, unos detalles cuidados y sobre todo, un buen ojo a la hora de dirigir. Y muchas veces, la línea que separa una buena película de una película con buenas ideas es muy fina.

En esa línea se sitúa Downstream, la ópera prima como director de largometrajes (venía de realizar tres cortos) de Simone Bartesaghi. La trama nos sitúa en un futuro distópico y post-apocalíptico, donde las reservas de combustibles fósiles prácticamente han desaparecido, provocando el colapso del mundo conocido. Es aquí donde Wes (Jonathon Trent) se embarca en la búsqueda de Plutopia, una supuesta ciudad utópica alimentada por energías renovables, como las que proponía su padre (como siempre, uno de los primeros científicos en alertar del problema, al que nadie hace caso y terminan por asesinar). En el viaje le acompañan su perro y, un tanto a regañadientes, una chica llamada Sara (Elizabeth Roberts), de las pocas que aún vagan en un mundo en el que las mujeres brillan por su ausencia... lo cual supone un peligro más para el viaje.

La idea, sin duda, es prometedora. El problema llega a la hora de desarrollarla. Por una parte, en cuanto a la ambientación, no tengo pegas: es magistral. Sin embargo, carece por completo de originalidad: es una mezcla entre Mad Max (Wes parece el guerrero de la carretera por los cuatro costados) y el mundo del videojuego Rage… Compartiendo las tres obras, por otra parte, tramas (o destinos) que guardan cierta similitud.

Ese no es, sin embargo, el mayor problema. El mayor problema lo encontramos en la narración, por un lado demasiado lenta y casi carente de sorpresas que mantengan la atención del lector. Las hay… pero no demasiadas. Eso sí, hay que reconocerlo, cuando llegan pueden tenerte el corazón en un puño. Hay una secuencia al final que, amén de muy buena, es durísima, y totalmente inesperada…

Por otro lado, hay un fallo puramente técnico, en cuanto a la fotografía de la cinta. Al estar codirigida esta por los dos guionistas, se nota demasiado la mano de tres directores detrás de la película, por sus diferentes puntos de vista. El estilo de Simone, con las escenas postapocalípticas, es arriesgado pero efectivo: pantallas partidas por la mitad o en diagonal, planos detalle muy cercanos (en cierta manera, me recuerda a Arronofsky en Réquiem por un sueño, pero más exagerado)… El estilo de los otros, sin embargo, que descubrimos en los flashbacks, muestra una falta de experiencia que hace flojear el resultado final (esos recuerdos parecen sacados de un telefilme de sobremesa de fin de semana de las que emiten en Antena 3, que no suelen ser precisamente un dechado de virtudes). Esas escenas son propias de la narración de alguien a quien claramente le gusta el cine y que tiene una buena idea… pero no el talento para plasmarla en imágenes.

Los personajes, asimismo, pecan un poco de ser personajes tipo, con algunas honrosas excepciones (como el barman, que además de soltar algunas frases geniales, es un hombre apasionante), y con una profundidad inesperada en el protagonista que no se revela hasta los últimos momentos. Las interpretaciones no son magistrales, pero sí bastante correctas, y no hay muchas pegas que poner al respecto.

Para cerrar, habría que hablar del apartado musical… que la verdad, no sé decidirme entre si es bueno o malo. Nunca me habría imaginado caminar por un mundo post-apocalíptico con música country y trovadores folk de fondo, aunque bien mirado, le dan un toque de road movie a la cinta que no queda nada fuera de lugar.

En general, como digo, es una película con buenas ideas, pero que no sabe llevarlas a buen puerto. A la mediocridad o la falta de originalidad de algunos aspectos se une la falta de experiencia en otros, lo que resta calidad al producto. El hecho de tener tres directores me parece un fallo garrafal; es más, la última cinta que vi con ese mismo número de mentes detrás de la cámara ya me pareció que flojeaba por su cierta inconsistencia (estoy hablando de Sin City, que aunque es una gran película, podía haber sido mejor de dirigirla solo un cerebro), y aquí ese problema se acentúa muchísimo más, llegando a suspenderla.

Allez-y, mes ami!

Buenas noches, y buena suerte.

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LO MEJOR: la ambientación, las ideas, la profundidad de algún personaje y el final.

LO PEOR: esa inconsistencia narrativa y en la fotografía que además de distraer es realmente deficiente.

NOTA: 4,75/10. Roza el aprobado, pero sin alcanzarlo. Es interesante echarle un vistazo por dos motivos: en primer lugar, porque los aspectos en los que tiene éxito son buenos y merecen la pena; en segundo lugar, porque los errores que se cometen son un perfecto ejemplo de lo que no hay que hacer. No aprueba, pero su visionado tampoco es una pérdida total de tiempo.

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