"-Hay dos
lobos que están siempre luchando. Uno es la oscuridad y la
desesperación. El otro es la luz y la esperanza. La pregunta es:
¿cuál de los lobos gana?
-El que tú alimentas".
-El que tú alimentas".
El
mundo se ha llenado de mensajes apocalípticos que no paran de
anunciar el fin del mundo ya sea a través de una pandemia, un
desastre climático, la superpoblación o una invasión zombie. En
el mejor de los casos un oscuro gobierno controlará a la sociedad a
través del miedo. Son sobre todo los jóvenes quienes abrazan con
pasión el nacimiento de esta nueva temática, sólo hay que ver que
casi toda la narrativa o películas juveniles van por estos
derroteros ya sea Los Juegos del Hambre, Divergente o El Corredor del
Laberinto.
Siguiendo
esta tendencia pero en sentido contrario ha nacido Tomorrowland. Brad
Bird, autor de entre muchas otras cosas de Los Increíbles, no tiene
miedo al futuro oscuro que no paran de anunciarnos los profetas. Él
ve en sus sueños futuristas una ciudad luminosa llena de maravillas
y, sobretodo, llena de soñadores. Porque si de algo está llena la
película es de gente con sueños, ideas y esperanza.
La
película se centra en la lucha entre la esperanza y la resignación.
Solo hay que ver la cita con la que abro la crítica. A lo largo del
metraje se llena de metáforas sobre este conflicto. Casey llega a
replicar al personaje de Clooney que es difícil tener ideas y muy
fácil rendirse. Es un canto a los luchadores, a los que llegan hasta
el final por los sueños incluso en las peores situaciones. A pesar
de que el discurso cae al final en un exceso de candidez y ñoñería,
tampoco olvida la cruz de la moneda, representada por el gobernador
Nix (Hugh Laurie).
Las
principales virtudes de la obra son las visuales. Brad Bird hace un
trabajo impecable en el que derrocha mucha imaginación y
creatividad. La fotografía es una maravilla que retrata un mundo
realmente luminoso y esperanzador. Como curiosidad, gran parte del
rodaje fue en Valencia, concretamente en los edificios de la Ciudad
de las Artes y las Ciencias. Tampoco hay problemas en representar el
lado oscuro de las cosas.
Otro
gran punto fuerte de la obra es la gran banda sonora que acompaña al
metraje compuesta por Michael Giacchino, quien ya trabajo con Brad
Bird para Los Increíbles, Ratatouille y Misión Imposible: Protocolo
Fantasma.
Pero
la flaqueza reside en el guión. Está escrito por dos hombres, el propio
Brad Bird que se termina excediendo en el optimismo, y Damon
Lindeloff, uno de los creadores de Perdidos y guionista de Prometheus.
Posiblemente haya que acachar a este último los agujeros de guión
que hay en la trama aunque sean menos flagrantes que en la película
de Ridley Scott. Estos errores afectan sobre todo a los villanos. En
ocasiones persiguen y disparan a los protagonistas y en otras se
dedican a pasear por la ciudad mientras hablan con cierta
camaradería.
Los
personajes no son brillantes pero consiguen dar la talla. Las
actuaciones igual, aunque a la protagonista la he visto bastante
sosa. Clooney está con el piloto automático y quien hace algo más
meritorio es Hugh Laurie, sobre todo en uno de sus discursos finales.
En
definitiva, es una película familiar para todos los públicos que
promete bastante pero sin embargo chirría en la trama, aunque sin
termina de descarrilar. Es un soplo fresco de optimismo que
desgraciadamente puede que no llegue a afianzarse en la memoria
colectiva.
¿Tengo
que ver esto?: Promete pero sin dejar de ser una buena película
no se convierte en algo imprescindible.
¿Cuál
es el mejor momento?: Cuando Casey descubre la ciudad futurista.
¿Dónde
debería ver esto?: En una ciudad futurista, lo más parecido
parece ser Valencia.
Me
ha gustado, ¿dónde hay más?: Las películas más similares que
se me ocurren son La Máquina del Tiempo o la mítica Regreso al
Futuro.
Trailer
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