“- ¿Y ellas?
- Buscan esperanza.
- ¿Y tú?
- Redención”
Los 80
están de moda en Hollywood. Es un hecho más que palpable, y del que hemos
hablado aquí en un sinfín de ocasiones. El enorme aluvión de secuelas o
remakes, que se han acelerado en este 2015 (y en los años venideros, al
parecer), ha dejado títulos que han ido desde lo respetuoso para con el
original y elogiado por el público, hasta lo terriblemente esperpéntico.
Sin
embargo, ninguno de esos títulos, da la impresión, ha provocado un efecto
comparable al de Mad Max: Fury Road,
un atípico caso donde, después de cuatro títulos y 36 años, George Miller ha
continuado al frente de la saga que le llevara a la fama; no solo en eso es
característica esta nueva entrega de Rockatansky y compañía, sino también en el
hecho de que la entrega ha cosechado unas críticas fabulosas allí donde pisaba
(hay malas críticas, claro, pero ese 98% que tiene en Rotten Tomatoes, y que es
idéntico al que tiene la segunda entrega, no se consigue fácilmente).
La
premisa no se complica demasiado, y tira de los patrones de lo anterior (que no
hace falta haber visto para ver esta, dicho sea, pues funciona en cierto modo
como remake de la segunda entrega): Max es un ex-policía en un mundo postapocalíptico
donde la gasolina es el bien más preciado, y él se dedica a huir de bandas de
carroñeros y a verse atormentado por las voces de su pasado.
Dicho mundo le encuentra con personajes a cada cual más pintoresco y bestial (literalmente), en una
lucha sin cuartel por sobrevivir. La sociedad ha desaparecido, priman las
reglas de lo salvaje, y las ciudades se estructuran en torno a la pobreza de
unos cuantos y la vida más rica de otros. Y desiertos, muchos desiertos.
En ese
sentido, y con clichés un tanto tópicos (el antihéroe que va por libre pero que
al final se sacrifica por el bien de otros; la “tierra prometida” que es una
leyenda en ese mundo y a la que los compañeros del héroe aspiran…), no deja de
recordar a otras cintas distópicas del género, como puedan ser la mismísima y
denostada Waterworld, o las más
recientes El libro de Eli, La carretera, o Downstream (un tanto decepcionantes, dicho sea). Y, por su puesto,
a la propia Mad Max: el guerrero de la
carretera.
El
acierto de Mad Max: Fury Road está en
que sabe manejar esos tópicos (el de la tierra prometida, por ejemplo) de manera fantástica en un mundo donde el guión,
aunque esté muy bien hilado, es lo de menos. Si, hace un buen reflejo (muy
inspirado en este caso en Mad Max: más allá
de la cúpula del trueno) de la ciudad dominada por el déspota Immortan Joe,
de los seguidores del culto enfermizo a su persona, y de las pasiones y bajezas
de todos los que se topan con ello, pero no es esa la clave de la película.
La
clave de la cinta está en la acción. Miller ofrece dos horas de escenas de
acción brutales e ininterrumpidas, una tras otra, en las que uno no puede dejar
de preguntarse por qué un futuro donde la gasolina escasea parece soñado por
Michael Bay. Las persecuciones están rodadas con un buen pulso que resulta una
delicia para el espectador, y que hacen que el metraje parezca durar la mitad
de lo que dura.
Y es
que, con ese recurso, no hay manera de despegarse de la butaca, y en más de un
momento, en los breves momentos de calma entre una persecución y otra, uno
tiene que respirar profundamente tras haber contenido el aliento y apretado la
butaca hasta tener los nudillos blancos.
No es
solo el buen hacer de las escenas de acción (por cierto, rodadas de manera
REAL, sin CGI, en un 90% de la película… sí, lo que veis explotar está
explotando de verdad) lo que da la clave, sino sobre todo el hecho de que nos
importa lo que les pasa a sus protagonistas: se ha destacado mucho, y con
razón, la enorme fuerza de Imperator Furiosa, interpretada por una soberbia
Charlize Theron, que se parangona de igual a igual (que no superior ni
inferior, otro gran acierto) con Max; sin embargo, me resulta incluso más
interesante el papel de Nicholas Hoult (cada día me gusta más el chico) como
Nux, uno de los fanáticos seguidores de Immortan Joe, y la evolución que tiene
el personaje.
Hay
que decir que no todo son bondades. Si en un aspecto la original (mejor dicho,
la segunda entrega) supera a esta sin mucha discusión, es en la figura del
protagonista. Ojo, Tom Hardy interpreta a un fantástico Max Rockatansky, y es
muy digno relevo al personaje al que deseamos ver en la siguiente entrega; con
todo, y por bueno que sea, no puede parangonarse al Max de Mel Gibson (con esa
mecha canosa en el pelo alborotado, la voz de Constantino Romero) que tanto se
cabreaba cuando alguien tocaba su coche (algo que aquí se echa un poco de menos
también) y que tanta madera tenía de antihéroe que pasa de todo.
También
es verdad que puedo entender que no sean para todo el mundo los monumentos al
derroche y al exceso que destila toda la película. Ese encanto tan ochentero de
los vehículos tuneados cutremente, ese ver a un guitarrista con un instrumento lanzallamas colgando de unos cables en un coche y tocando en mitad de una persecución (cosa que también se grabó tal cual de manera real, por cierto)…
bueno, qué demonios, no quiero entenderlo, para mí son uno de los puntos más
bestiales de la película: aunar el encanto ochentero y el exceso del cine de acción con la epicidad y espectacularidad de nuestros días es sencillamente insuperable.
Siguiendo
con ello, la banda sonora es una delicia. Junkie XL consigue una partitura
acorde con la brutalidad y la tensión de esa acción ininterrumpida, y es uno de
los responsables de que cada plano se disfrute como si fuera el último. Hay
piezas que ayudan a convertir algunas de las escenas en, directamente, historia
del cine de acción (a la tormenta de arena me remito).
Reconozco
sin pudor que, a diferencia de Jurassic World, cuyo tráiler he defendido contra viento y marea, Mad Max: Fury Road siempre me escamó, a pesar de que a ambas se le criticaba lo mismo (algún absurdo aparentemente poco acorde con la saga, repetir la premisa...). Me
daba la impresión de que utilizaría la misma fórmula que la segunda y la
tercera entrega, y no me atraía en exceso, a pesar de la buena pinta del
tráiler. Luego escuché las críticas y se me abrió el apetito un poco más,
aunque imaginé que exageraban. Y luego vas y te topas con esto.
Con
esto que es, ni más ni menos, que George Miller volviendo al terreno que mejor
domina. Que el cine de acción demostrando una buena salud y unas cotas de
calidad tan sorprendentes que pocos críticos han sido capaces de resistir y no
rendirse a sus pies. Que una película que no solo supera sin dificultad a la
primera y tercera entregas de la saga, sino que, mirada en perspectiva, iguala
y quizás supera a esa impresionante Mad
Max: el guerrero de la carretera.
Te
topas con un film que, probablemente, sea la mejor revisión de una franquicia
ochentera que se haya hecho en nuestros días. Pocas se me ocurren igual de buenas, si es que se me ocurre alguna (habrá que ver qué nos deparan, este mismo año, Jurassic World, Star Wars: The Force Awakens, o Terminator: Génesis).
No sé
por qué seguís leyendo esta crítica, en lugar de correr a verla. O conducir a
verla, como queráis.
Allez-y,
mes ami!
Buenos
días, y buena suerte.
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¿Tengo que ver esto?: es
una de las mejores películas de acción que hayamos visto en muchos años. Sí,
tienes.
¿Cuál es el mejor momento?: las persecuciones, en general, que es como decir “todo”. Si
tengo que elegir un solo momento, diré que la primera persecución en el cañón,
con lo que le ocurre a Nux, y la última (tras atravesar el cañón), que me ponen
muchísimo los pelos de punta.
¿Dónde debería ver esto?: en un
desierto postapocalíptico desolador. Y si no, en el cine, desde luego, con pantalla y audio acordes con la grandiosidad que destila.
Me ha gustado, ¿dónde hay más?: tienes toda la saga detrás para revisar, aunque el rollo de
la primera sea muy diferente. Desde luego, la segunda es una obra maestra
imprescindible (me resulta difícil decir si es mejor que esta, las veo las dos
muy al mismo nivel). Hay más cosas del rollo distópico, pero que combinen de
manera tan fantástica postapocalipsis y acción, ni una sola (aunque hubo
intentos muy curiosos… rollo La carrera
de la muerte del año 2000 y similares).
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Tráiler (en español)
Tráiler (en español)
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