viernes, 12 de junio de 2015

3º día del Festival de Cine Alemán. About a Girl, Somos Jóvenes, Somos Fuertes y Tour de Force

Los hombres somos muy extraños. Cuando va bien los gitanos son graciosos. Cuando no son unos sucios extranjeros. Lo primero es la comida.

Hemos tenido un tercer día de festival muy intenso con sesión triple de cine. Y cine muy diverso entre sí. Desde una comedia negra sobre la juventud, un drama muy potente sobre unos incidentes neonazis y para terminar un alegato a la vida a través de la amistad.


About a Girl me ha dejado un poco dividido. La primera mitad me ha encantado. Se ha mostrado cínica y con un humor ácido y mordaz. Una joven de quince años algo extraña falla en su intento de suicidio. Su familia se vuelca con ella pero con más ahínco y voluntad que acierto para evitar que vuelva a hacerlo y que la internen en un hospital psiquiátrico.
 
La protagonista consigue crear con su actuación un personaje divertido pero a la vez oscuro, en constante conflicto con el mundo, en una actuación magistral de la imberbe Jasna Fritzi Bauer. Los demás, especialmente la abuela, son perfectos acompañantes. La dirección de Mark Monheim es bastante buena, con una gran calidad en los planos y en los movimientos de cámara además de dotar al film una gran capacidad de ritmo.



Pero en la segunda mitad estropea de manera considerable su muy buen trabajo anterior. Abandona ese maravilloso humor negro y se pasa a un romanticismo ñoño que no pega con la primera mitad y que no termina de ser creíble.




La segunda película de la tarde es Somos Jóvenes, Somos Fuertes, posiblemente una de las mejores que se pueden disfrutar durante el festival. En 1992, la ciudad de Rostock está sumergida en una profunda crisis económica y sufre un brote neonazi. Una multitud provoco graves disturbios frente a un centro de asilo de inmigrantes gitanos y vietnamitas.

El autor divide su largometraje en dos mitades. Una es en blanco y negro y trata de las últimas horas antes de la revuelta. Se centra en un grupo de jóvenes cínicos y desesperados que a falta de otra cosa que hacer se dedican a deambular por ahí y cantar consignas nazis. La segunda mitad ya es en color y se centra en la revuelta. Es muy espectacular e incluye todo tipo de acciones incluso relaciones sexuales. En eso me recuerda a Quadrophenia.

Tampoco se olvida de las víctimas con la historia trágica de una familia de inmigrantes vietnamitas. No son meros comparsas en la trama, muñecos que sufren los golpes sino que también tejen una historia entre ellos. Algo más accesoria es la historia de un político que es padre de uno de esos chicos, que solo sirve para dar un matiz más político al film.



La dirección está a cargo del hijo de inmigrantes afganos Burhan Qurbani que realiza un trabajo verdaderamente impactante, aunque no perfecto. No me termina de matar la estética en blanco y negro y el comienzo es demasiado lento. A cambio, la tensión es palpable y creciente, ayudado por la banda sonora. Sin embargo el final podría ser más agresivo en contenido para equipararlo a la forma, ya que finalmente apenas hay muertes.

Las actuaciones son buenas sin excesivos alardes. El protagonista no me ha terminado de gustar por ser algo soso excepto en una escena, eso sí espectacular en una discusión frente a un periodista. Y tampoco su mejor amigo porque sobreactúa demasiado.



Para terminar el día está Tour de Force. Es una película más amable pero no por ello menos dramática. Un joven de 36 años sufre ELA y decide ir a Bélgica con sus amigos en bici para poder morir antes de ver el deterioro fatal de su cuerpo.

Es en ocasiones una comedia fresca y en otras un drama intimista. El director, Christian Zübert, consigue mezclarlos con atino y le queda una película simpática que se convierte en un canto a la vida, porque la muerte solo es la otra cara de la moneda.



Las actuaciones son bastante solventes y la protagoniza otra vez Florian David Fitz, el mismo que el de Las Mentiras de los Vencedores, bien escudado por el resto del reparto en un buena obra coral.


¿Tengo que verlas?: Son las tres muy buenas películas, pero la mejor de todas es Somos Jóvenes, Somos Fuertes.

¿Cuál es el mejor momento?: Lo mejor de About a Girl son cuando la protagonista imagina la muerte de quienes le rodean. De Somos Jóvenes, Somos Fuertes destacaría los primero minutos de la revuelta. Destacaría de Tour de Force el final.

¿Dónde debería verla?: About a Girl la deberías ver en terapia. Somos Jóvenes, Somos Fuertes en plena revuelta o una manifestación de Falange. Tour de Force en una carrera ciclista o en la hora de la siesta, el horario del Tour por excelencia en nuestro país.

Me han gustado, ¿dónde hay más?: About a Girl me ha recordado a una película que pudimos disfrutar el año pasado en el festival, Querida Courtney. Ya he mencionado Quadrophenia con relación a Somos Jóvenes, Somos Fuertes, aunque son películas de temática bastante diferentes. Con respecto a Tour de Force la relacionaría con Mar Adentro siendo películas muy diferentes en el tono pero si hablan del mismo tema

No hay comentarios:

Publicar un comentario