jueves, 6 de abril de 2017

Yo, Robot (2004)


“-Los seres humanos tienen sueños. Los perros también, pero tú no. Solo eres una máquina. Una imitación de la vida. ¿Puedes componer una sinfonía? ¿Puedes convertir un lienzo en una hermosa obra de arte?

-¿Puede usted?”

No sería muy descabellado afirmar, creo, que Alex Proyas es el director de ciencia ficción a que más atención estoy dedicando últimamente. No hace demasiados meses revisioné por tercera vez esa joyita que es El cuervo, con mi hermana. Hace pocas semanas, vi por fin la brillante obra de culto que firmó con Dark Star, y ayer mismo veía su última cinta, unos Dioses de Egipto que eran un despropósito tan entretenido como absurdo.

Hoy le ha tocado el turno a Yo, Robot, una de mis películas favoritas desde que soy chico, y que la última vez que vi (con mi hermana, again), me llevó a un análisis más profundo del que hice en el primer visionado. Análisis que, al parecer, no comparto con casi nadie ahí fuera, donde la mayoría de críticas la tachan de “blockbuster superficial” (hmmm, no), “sin ningún rastro de Asimov en ella” (ehhhhh…) o “cinta mediocre sobre el poder y la avaricia” (wait, what?). He decidido dejar de hacerme mala sangre leyendo reseñas y lanzar la mía. Vamos.

La trama: el detective Spooner es un poli muy torturado de la vida que es ya perro viejo y esas cosas (Will Smith) y desconfía muy muchísimo de los robots en un mundo futuro donde estos son cada vez más numerosos y habituales. La muerte del Dr. Lanning (James Cromwell), padre de la robótica y conocido de Spooner lleva sus sospechas hasta el androide de nueva generación Sonny, y desata una carrera así como con mucha prisa para desentramar un plan maligno de esos de dominación mundial, o rebelión de robots, o cosas así en general. Ah, y están por ahí la doctora Susan Calvin (Bridget Moynahan) y el CEO genérico malo Lawrence Robertson (Bruce Greenwood). Oh, y Shia LaBeouf sin dar mucho asco (solo un poco).

Arriba, Shia LaBeouf dando asco. Abajo, un N5 haciendo
lo que todos querríamos hacer: hostiarle.




 

Los pongo al final porque son personajes que ni chicha ni limoná, en realidad, y es una pena, con lo que podía dar de sí Calvin, como hace en los libros. Que, hay que decirlo, y es una queja habitual, Yo, Robot no es una adaptación directa de la colección de cuentos homónima de Asimov, sino que simplemente toma de esta personajes, escenas e ideas en una trama completamente propia. ¿Mi opinión? Un gran acierto.

Como suponen un gran acierto, vaya por delante, la actuación de Smith, muy propia de las cintas de acción / ciencia ficción que hiciera en los 90 y primeros 2000s, con ese tono chulesco que mantiene a la película en un equilibrio entre la acción, la ciencia ficción, el drama y toques de humor muy bien llevados. El primer apartado se nutre, además, de un buen trabajo de CGI, y unos impresionantes apartados sonoro y visual, pero para mi gusto es en el drama y en la ciencia ficción en los aspectos que se luce.

Un poco over the top todo, pero bueno, pase porque mola.
Si lo hace es, por una parte, y como ya decía, gracias a Smith, que sostiene muy bien la película en todos los registros; por otra, gracias al carisma de Sonny, un personaje realmente interesante y bien construido. Pero claro, eso nos lleva al apartado de la ciencia ficción, que la gente tiene a ignorar, despreciar o rechazar y… bueno, de aquí en adelante, there be spoilers.

Si bien es cierto que la cinta no adapta textualmente, ni siquiera con un mínimo de fidelidad, ninguna historia de Asimov, no es menos cierto que capta a la perfección el espíritu de sus Cuentos de Robots. Una crítica habitual es la de que muestre a las máquinas rebelándose contra los hombres al más puro estilo Terminator, algo que parece chocar con lo que Asimov narraba; y a priori sí, lo hace, pero no si se analiza la manera en que sucede.

"Estáis todos castigados, y nadie sale de aquí hasta que sepa quién lo ha hecho.
No, Milhouse, me da igual que tengas guardería luego"
Lo vital en Asimov, y se ve en obras como El hombre bicentenario, era el trabajo sobre la evolución y “humanización” de los robots, para desterrar la imagen de ellos como un peligro que se volvería contra sus creadores. Eso, precisamente, es lo mismo que alimenta la cinta: los únicos robots que se “vuelven” (entre comillas, porque no lo hacen) contra sus creadores son aquellos que no trascienden su programación, y que de manera literal interpretan las tres leyes, con la más fría lógica, para salvaguardar a la humanidad en su conjunto más amplio. En cambio, aquella máquina (Sonny) que consigue convertirse en algo más, que evoluciona, piensa, siente y alcanza un estado de consciencia que supera su programación, es la que está preparada para convivir con la humanidad y ayudarla: el sueño húmedo de Asimov, se diga lo que se diga. Algo en la misma línea que se trata en obras como la reciente serie Extant, por poner un ejemplo, y me parece una aproximación infinitamente más interesante que la ya mucho más manida y frankensteiniana de los robots transgrediendo las tres leyes y rebelándose contra su creador.

DIME QUE SOLO SOY UN BLOCKBUSTER VERANIEGO UNA VEZ MÁS.
TE RETO. TE RETO DOS VECES, HIJO DE PUTA.
Por otra parte, el triángulo de personajes que conforman Sonny, la doctora Calvin y el detective Spooner, especialmente el primero y el último, van desarrollando a lo largo de toda la trama otra narrativa clásica de Asimov: la de la aceptación, los prejuicios y la integración de los robots en la sociedad, así como la de la frontera entre humanos y máquinas.

Con todo, y si bien tiene este trasfondo bien llevado, el guión cojea por momentos. Concretamente, una escena chirría muchísimo con el desenlace final. Antes de ser atacado Spooner por dos camiones de almacenaje de robots, Robertson ve que el detective está comprobando los archivos confidenciales de la empresa. Suelta un “persistente hijo de puta”, coge un teléfono, y lo siguiente que vemos es el intento de asesinato del policía, dando a entender la cinta que él es el culpable. Pero la siguiente vez que vemos a Robertson está muerto y parece inocente (máxime porque no coincidirían sus motivaciones con las de VIKI). ¿Hola? ¿Sentido?

Más allá de ciertos errores como este, y de un mayor foco en la acción que en el más interesante apartado de ciencia ficción, es una película sólida y muy disfrutable, que demuestra que una adaptación cinematográfica no tiene por qué ser literal a la obra origen para que merezca la pena.

Estoy seguro de que los sueños eróticos de Asimov eran algo parecido a esto.
Para cerrar, he de decir que en la Wikipedia en inglés se la define como “a 2004 American neo-noir dystopian science fiction action film”, y me parece tan perfecto que aquí lo dejamos.

Buenos días, y buena suerte.

EDIT: Mi compa de Rockrítico Diego Elodin comenta, por una parte, la dificultad/imposibilidad de adaptar fielmente algo que no es una novela, sino una colección de relatos. Totalmente. Por otra parte, comenta la nefasta adaptación del personaje de la doctora Calvin, que pasa de ser inteligente y determinada a inteligente e insegura. Más de acuerdo aún si cabe. Calvin en la película pierde muchísima fuerza y carácter (entendido como personalidad) con respecto al libro, y pasa de ser un personaje femenino interesantísimo a un personaje femenino bastante tópico y poco destacable, en mi opinión.

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¿Tengo que ver esto?: Es una de esas cintas clásicas de acción y ciencia ficción de la pasada década. Si te mola el género, pues es básica, sí.

¿Cuál es el mejor momento?: La escena en que Will Smith cuenta el accidente de coche que tuvo siempre me salta las lágrimas y me rompe en trocitos el corazón. No falla.

¿Dónde debería ver esto?: Las ciudades futuristas genéricas imaginadas en las décadas de 1990 y 2000 siempre están guays.

Me ha gustado, ¿dónde hay más?: En el estilo me recuerda mucho a Minority Report, aunque toquen temáticas radicalmente diferentes. Para robots interpretando demasiado al límite las leyes de la robótica tenéis la segunda temporada de Extant. Sobre rebeliones de robots, robots trascendiendo su programación y similares, la saga Terminator, la serie Westworld, o la fantástica Ex Machina, entre otras cientos. Para más cosas de acción y sci-fi de Will Smith tenéis la saga Men in Black. Para más películas basadas en obras de Asimov podéis ver El hombre bicentenario (hay otras adaptaciones, pero no las he visto y no tocan temática robótica), y si HBO no ha mentido, en algún momento estrenarán una serie que adapte la saga La fundación (con guión de Jonathan Nolan, el menor de los Nolan, que por cierto es la mastermind de Westworld junto con Lisa Joy). Y esto ya queda muy largo, pero no puedo resistirme a decirlos que si queréis ver a Shia LaBeouf siendo muy hostiable tenéis a vuestra disposición la saga Transformers y todo el daño que le hizo a la por otra parte decente Indiana Jones 4.

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