“Yo
creía que los simios éramos distintos a los humanos. Ahora veo lo
mucho que nos parecemos”
No vamos a
descubrir América al decir que una de las películas más
reconocibles de la historia es el Planeta de los Simios (1968),
protagonizada por Charlton Heston. A su vez se han sumado las
secuelas, los comics e incluso dos series. Tras el poco éxito que
tuvo el remake de Tim Burton en el año 2001, los simios fueron
desterrados de la gran pantalla durante diez años hasta que se
estrenó El origen del Planeta de los Simios. A pesar de la
desconfianza que provocaba, resultó tener éxito y ser más que una
precuela realizada con el único propósito de conseguir dinero. De
hecho, preparó el terreno para el desarrollo de su propia segunda
parte, que es la que ha salido el pasado viernes en las carteleras:
El amanecer del Planeta de los Simios, de
la que puedo
confirmar que es el segundo gran blockbuster del verano tras X-men:Días del futuro pasado.
Tiene
todo lo que se le pide, e incluso diría que supera las expectativas
creadas en la anterior película. Tiene acción y entretenimiento,
pero también aporta una gran base dramática. Los simios han crecido
y multiplicado al igual que lo hicimos nosotros según la Biblia,
mientras nosotros, tras desatarse la gripe de los simios – les
sonará, cambien simio por porcina o aviar – recorremos el camino
inverso. Solo quedan un puñado de habitantes que han sobrevivido a
la epidemia y a las guerras, apiñados en colonias buscando volver a
a su antiguo modo de vida a pesar de las pérdidas sufridas. La
tregua es frágil, más cuando necesitas la electricidad de la presa
que está donde se han instalado Cesar y los monos.
El
tema central es si dos culturas tan opuestas y tan hostiles entre sí
pueden convivir en paz. Cesar, el jefe de los simios que protagonizó
la anterior película , lo intenta por el bien de los suyos, no
quiere que se derrame sangre sin necesidad y por el recuerdo de su
antiguo dueño. Pero Koba, el otro gran simio de la tribu, quiere
exterminar a quien considera su enemigo. El centro del problema moral
está en los simios, que han alcanzado un gran nivel de humanidad. El
cambio en los simios es significativo, pasando del “Un simio no
mata a otro simio” como lema, hasta quebrar esa ley sustituyéndola
por el fin justifica los medios.
Andy
Serkis se luce de nuevo bajo el rostro digital de Cesar, que ya no es
el joven mono buscando su lugar en el mundo, sino un padre de familia
con un pueblo bajo su cuidado. Vuelve a abrir el debate si un actor
que encarna a un personaje digital merece poder optar al Oscar. Toby
Kebell también hace un gran papel al encarnar a Koba. Por la parte
de los personajes humanos, cumplen sin más, excepto Gary Oldman, que
a pesar de un papel secundario con su presencia y la fuerza de sus
discursos otorga una gran fuerza a los combates.
La
acción es brillante, con combates en los bosques, en ciudades
apocalípticas y una gran batalla, con cargas de caballería
incluidas. Matt Reeves, colega de J.J. Abrams con el que realizó la
serie de ciencia ficción Felicity, logra
conjugar la espectacularidad visual y la épica. El trabajo tras la
cámara es sensacional y el ritmo está más compensado que en la
primera entrega. El guión es más que correcto y la banda sonora, realizada por Michael Giacchino, ganador del Oscar por Up, tiene también un buen nivel
En
definitiva, uno de los grandes taquillazos del verano. Pero que no es
un producto que busca dinero a toda costa. Tiene una historia, unas
ideas para reflexionar, un par de buenas actuaciones y acción
trepidante, un cóctel que asegura éxito y cine bien hecho.
Lo
mejor: Andy Serkis. Lo trabajada que está la historia.
Lo
peor: Los humanos podrían alcanzar más profundidad.
Nota:
8
Y, tras una semana y pico, comento. Estoy bastante de acuerdo contigo en todo, aunque también tengo que disentir en que la historia está currada, ya que por un lado tenemos estereotipos más que vistos (mono loco sediento de poder) y otros que podrían estar mejor aprovechados, como el hijo de César. Lo bueno es que si te has visto la primera película, puedes encajar mejor las piezas en cuanto al villano. A los humanos, como bien dices, les falta profundidad, y no solo eso: a veces parecen de quita y pon, son bastante planos y no dicen demasiado... y yo personalmente le habría dado algo más de chicha al personaje de Gary Oldman. Por lo demás, técnicamente es espectacular, la trama pica y cumple lo que promete, César/Serkis es ya un icono... un blockbuster efectivo y muy entretenido.
ResponderEliminarLo de los humanos (sin haber visto esta aún), yo lo entiendo a la perfección. Están recorriendo el camino de la saga original, donde en la primera película los humanos era, efectivamente, de "quita y pon" (con la posible excepción, a ratos, de la chica, y de Charlton Heston, claro está). En las siguientes los humanos tenían más personalidad e importancia, pero porque eran una suerte de precuelas-secuelas (se metieron en movidas muy raras) que te mostraban cómo se llegó a ese punto. Miradlo de este modo: a medida que avance esta saga, si la continúan, los simios estarán más humanizados; y los humanos serán más animales sin personalidad ni desarrollo (como se muestran siempre los animales cuando aparecen en grandes contingentens: tiene personalidad de grupo, no individual). De ahí la cosa.
ResponderEliminarNo sé qué tal quedará, eso sí, ya digo que no la he visto. Pero en la saga original venía a ser más de lo mismo y quedaba bastante bien precisamente por ese contraste con la sociedad de los simios, mucho más compleja y desarrollada.
No por ser tópicos ,no deja de ser un blockbuster, la historia deja de tener un mínimo de curro. De hecho me gusta el juego político que había entre Cesar, su hijo y Koba.
ResponderEliminarEl personaje principal de los humanos debería destacar más, Gary Oldman se lo come en un par de escenas que le dan. Y tiene recorrido para hacer algo más.