miércoles, 16 de marzo de 2016

Calle Cloverfield 10 (2016)




La que aquí empiezo va a ser una de las críticas más breves que se han escrito en este blog, pero la razón está completamente justificada. Hace unos días que fui al pase de prensa de Calle Cloverfield 10, la última sorpresa de J. J. Abrams desde la producción. Y mis impresiones fueron muy positivas, con un título casi redondo y que te mantiene en tensión durante los 100 minutos de metraje.

Como no quiero arruinaros en nada la experiencia, voy a procurar decir lo mínimo acerca de la trama. En los tráilers sucesivos apenas entendíamos de que iba el asunto, aunque podíamos ver a un John Goodman MUY IMPONENTE y a su protagonista, Mary Elizabeth Winstead, pasando por algún que otro momento incómodo. Pero os puedo asegurar que la campaña ha merecido la pena y que, cuando vayáis al cine (os obligo), todo euro que gastéis estará muy bien invertido.

Las únicas pistas que voy a dar acerca del meollo hacen a que nos encontramos a una especie de 'spin-off' de otra lejana producción de Abrams que vio la luz en 2008, Monstruoso. En el caso de que no hayáis visto esta cinta, os recomiendo encarecidamente que no caigáis en la tentación, ya que es mucho más disfrutable ir al cine sin tener ni idea de lo que vais a presenciar. Pasando a la trama, una joven sufre una accidente de coche y, al despertar, se encuentra encerrada en una habitación y custodiada por un misterioso personaje. Éste, no obstante, le dice que en realidad ha salvado su vida de un inminente ataque químico y que no debe salir de su zulo bajo ningún concepto si quiere sobrevivir. Hasta aquí puedo comentar...


Eso sí, puedo garantizaros varias cosas: pocas veces estaréis tan pegados a la butaca en una sala de cine; en raras ocasiones veréis unas interpretaciones tan logradas, con un reparto muy minimalista pero que lo borda en todo momento; la mezcla de géneros de la que se sirve está excelentemente bien llevada; y es probable que, mientras aparecen los créditos, aún tengáis el corazón a 100 por hora.

El guion, en el que ha participado Damien Chazelle (Whiplash) otorga a la película la esencia perfecta para no decaer en ningún momento, y el ritmo y el montaje son magistrales, insanos, sin dejar tiempo al espectador de asumir todos los giros y los momentos impactantes, que se suceden e impresionan de forma magistral. E incluso hay momentos para el humor que te sacarán una sonrisa y te invitarán a relajarte un poco... pero sin bajar la guardia en ningún momento.


La música aparece únicamente en momentos puntuales, pero en ocasiones tiene una presencia hitchockiana excelente y que eleva la tensión a niveles de locura. También tiene algún que otro tramo épico con buenas melodías y los efectos de sonido, como en todo trabajo en el que ande metido Abrams, son de matrícula. 

La única pega que podría ponerle al título (sin hacer ningún tipo de spoilers) son sus cinco últimos minutos, que arruinan un tanto la experiencia debido a su precipitación y su contraste con el resto de la película. Eso sí, para esas alturas, te dará todo bastante igual y te habrás quedado sin uñas. Así que ya sabéis: a partir de este viernes, tenéis una cita con una película que va a dar que hablar, y mucho. De no ser por detallitos sería una obra maestra de su género, pero eso no impide que deje una sensación imborrable. 


Ah, y ojo con Mary Elizabeth Winstead. Si sabe aprovechar sus cualidades, podría convertirse en una actriz más que destacada en un futuro no muy lejano. Dicho queda.

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LO MEJOR: engancha desde su primera secuencia y no ofrece ningún respiro al espectador. Increíble ritmo, banda sonora, montaje y actuaciones.

LO PEOR: un final que decepciona si se compara con todo lo vivido anteriormente. 


NOTA: 8,5/10. Si queréis emociones fuertes y una mezcla de géneros sublime, es la película que estáis buscando.

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