Puede que baste con que el mundo
crea que soy una heroína. A lo mejor si me esfuerzo mucho consiga
engañarme a mi misma.
En
el cine de superhéroes Marvel es la pionera. Así que es natural que
haya sido Marvel quien haya liderado la carrera de las series de esta temática tan en boga últimamente. La compañía ha dado un paso de gigante en el que ha
adelantado a todas sus competidoras al aliarse con una garantía de
éxito y de calidad, siempre que no se cruce Adam Sandler en su camino,
como es Netflix. La jugada está resultando perfecta. La formula del
universo cinematográfico está completamente afianzada. Pero para
reinar también en la pequeña pantalla se necesita ser diferente, mostrar otra cara.
Ya hay series de Marvel que han ampliado la historia de los
Vengadores, sea Agentes de S.H.I.E.L.D. o Agente Carter.
Pero ha sido cuando los Vengadores se han hecho a un lado para dar el protagonismo a Daredevil y Jessica Jones donde
realmente los productos televisivos de Marvel han conseguido un estilo propio y distintivo. Alejados de la
armadura de Iron Man, del escudo de Capitán America y de toda la
pompa que les rodea, estos héroes permanecen escondidos en una
ciudad en la que descubrimos su parte más sucia y oscura. El
verdadero crimen callejero lleno de robos, asesinatos y violaciones.
Escenas comunes en un barrio tan sórdido como la Cocina del
Infierno.
Y
ese trauma tiene rostro en uno de los mejores villanos que han pasado
por la pequeña y gran pantalla, siendo capaz de mirar de tú a tú a
grandes colosos como al mismísimo Joker de Heath Ledger. Killgrave (David
Tennant) tiene el control sobre todos los que le rodean con solo usar
su voz. Incluso sobre Jessica Jones. Por eso ella le teme. Consiguió
rebelarse y huir pero Killgrave se ha obsesionado con ella y todos
sus movimientos se disponen a enamorarla. Eso si, su amor es
enfermizo y próximo a la violación. En el villano también hay una
dualidad. Es sumamente elegante y tiene clase, pero también es un
caprichoso que quiere algo y no le importa las consecuencias sobre
los demás con tal de obtenerlos. De hecho, disfruta de sus desgracias y se muestra cruel.
El
duelo entre ambos es implacable. Todos son continuos planes para
atrapar al otro. Los dos personajes tienen una química fantástica.
Tanto cuando ambos comparten espacio en pantalla, en el que se
disparan los dardos envenenados que les suministra el guión, como
cuando están alejados uno del otro pero aún así se nota que ambos
están pensando e incluso dirigiéndose contra el otro.
Aunque
la serie se sustenta en estos dos pilares, los secundarios tienen su
importancia y cumplen a la perfección. Esta la abogada sin
escrúpulos que colabora por puro interés con Jessica (Carrie-Anne
Moss), el vecino yonki (Eka Darville), el policía Simpsons (Wil
Traval), la mejor amiga de la protagonista: Trish Walker (Rachael Taylor) y
por supuesto Luke Cage (Mike Colter), con quien Jessica protagonizará
un romance tórrido lleno de vaivenes.
Las
actuaciones son todas de nivel. Sobre todo David Tennant que
demuestra que por algo ha sido el Doctor Who. Tampoco se queda atrás
Ritter. Ella es quien da constancia a toda la trama. Killgrave es
más de apariciones concretas en las que se come la pantalla mientras
Jones es quien está constantemente en escena, dando sentido a todo. Lo que podía ser un personaje cliché de
detective alcohólico y cínico se convierte en uno de los personajes
de ficción del año. La fragilidad es patente en cada momento de
escena. Duda muchas veces y en otras cuantas quiere huir y dejarlo todo
atrás. ¿Hará finalmente lo correcto?
El
guión teje a la perfección la trama y las relaciones entre los
personajes. Es una serie de personajes y las relaciones entre ellos.
Para que ellas funcionen se apoyan en un guión que hace una buena
introspección y evolución de personajes. Los diálogos son
ingeniosos y cínicos. La serie no se regodea en el tenebrismo ya que hay espacio para
el humor e incluso el amor. Pocas veces un te quiero ha significado
tanto como el que se da lugar durante el último capítulo. El ritmo es perfecto, siempre avanzando sin
grandes caídas y debates sobre lo que está bien o mal como pasa en ocasiones en Daredevil. Apenas hay capítulos de relleno y los
flashbacks son cortos y van al grano.
Estéticamente
sigue bastante la senda de Daredevil. Por compartir, comparte barrio e
incluso aparecen viejos conocidos. Se representa una ciudad oscura
repleta de delincuencia e incluso los ciudadanos corrientes suelen
ser de la peor especie como se ve en el capítulo de los 99 amigos.
Bebe también mucho estéticamente de Sin City y de las películas
noir.
Si
acaso tiene un problema es que en ocasiones es poco espectacular y
falta algo de adrenalina. No es lo mismo que Daredevil donde hay unas
majestuosas coreografías de lucha. Aquí no son numerosas, son
cortas y dejan bastante de desear. Es verdad que los poderes son algo
secundario y que la superfuerza en un cuerpo delgado como el de
Ritter no queda muy creíble. Pero una cosa es eso y otra es un total
descuido en este apartado.
Es
el único lunar que pongo a una gran serie que gana a la primera
temporada de Daredevil. Es algo más que una serie de superhéroes y
espero que la alianza de Marvel y Netflix siga trayendo productos de
este calado. De momento llega otra temporada de Daredevil mientras
por el horizonte asoman el spin-off de Luke Cage y la continuación
de esta serie. Y quizá algun día les veamos con los Vengadores o
montando su propio equipo.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------
¿Tengo
que ver esto?: Si solo buscas acción no. Pero si buscas algo más
allá de los superhéroes de mallas es una buena elección. Y algo
imprescindible si eres adicto al suspense y al cine noir.
¿Cuál
es el mejor momento?: El
momento donde Jessica y Killgrave viven juntos.
¿Dónde
deberías ver esto?: Por la noche bebiendo whisky barato.
Me
ha gustado, ¿donde hay más?: Daredevil es la otra gran serie de
la alianza Marvel -Netflix a falta que desembarquen el resto de
ideas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario