martes, 15 de marzo de 2016

Dragon Ball Super (Saga de la Resurreción de Freezer) (2016)




ATENCIÓN: EL SIGUIENTE ARTÍCULO CONTIENE SPOILERS DE LA PELÍCULA DRAGÓN BALL Z: LA RESURRECCIÓN DE FREEZER Y DE DIVERSOS CAPÍTULOS DE DRAGON BALL SUPER. LEER BAJO PROPIA RESPONSABILIDAD.


Dragon Ball Super es una mierda. Me gustaría intentar decirlo con palabras algo más sutiles, pero ya han pasado casi ocho meses desde su estreno, tiene más de 30 capítulos a sus espaldas y la broma ya no nos parece tan graciosa. Yo, desde luego, no tengo ni la más remota idea de por qué sigo visionándome los nuevos episodios una semana sí y otra también. Quizás porque tengo la curiosidad de observar cómo pueden caer aún más bajo. Sí, debe ser eso. Necesito un psicólogo.

En este trecho de 12 capítulos (todo transcurre a una velocidad 4 veces superior a sus predecesoras) se aborda la historia de la resurrección de uno de los villanos más icónicos del universo Dragon Ball: el tiranísimo Freezer, quien, por cosas de la vida y de las leyes de la incoherencia más absoluta, vuelve del infierno gracias a que unos soldados perdidos en el espacio y nostálgicos de su amo, deciden, because patata, traerlo de vuelta gracias a las Bolas de Dragón que se encuentran en la Tierra. ¿Que por qué han tardado tanto, decís? Esperad, que ahora viene lo bueno...






Resulta que un tal Sorbet, que no conoce ni su padre, ha heredado los maltrechos restos del ejército de su ex-jefe. Y digo maltrechos porque estos "cuerpos de élite", evidentemente, ahora dan risa comparados con el resto de enemigos a los que se han enfrentado Goku y demás gentío. Como para Sorbet 20 años y pico no son nada, decide resucitar a Freezer utilizando las esferas del dragón de nuestro planeta, para lo cual cuentan con la ayuda (con coacción, claro está) de la banda de Pilaf... que vuelve a salir de la nada, sin venir a cuento, sólo para ayudar a provocar putos desastres o para hacer algún chiste sobre comida, dinero o ropa interior femenina.

Y Freezer vuelve del reino de los muertos, aunque eso sí, en el mismo estado en el que lo dejó Trunks en su momento: en trocitos desperdigados por el monte, por lo que no queda otra que meterlo en una cápsula de regeneración a base de super-glue instantáneo. El emperador galáctico, una vez repuesto, se informa de la situación, poco halagüeña: el que una vez fue su imponente ejército ahora carece de una mínima organización, y los pocos fieles a su causa son dirigidos por Sorbet de forma poco exitosa. Para colmo, el saiyan que le pegó la paliza de su vida en Namek sigue vivito y coleando, aunque, como siempre, ha vuelto a abandonar a su familia en favor del pasatiempo favorito de todo padre y marido entregado a sus seres queridos: las artes marciales.

<3

Sí, ahora resulta que Vegeta y Goku se han ido a entrenar al planeta de Bills, el Dios de la Destrucción, y el misterioso Weiss les está impartiendo clases magistrales. Todo muy bonito, salvo por el hecho de que Freezer, en cuatro meses, ha superado de golpe el nivel de poder de Célula, Bu y el Super Saiyan 3 juntos gracias a un entrenamiento intensivo. Sí, resulta que toda su vida Freezer se vio a sí mismo como un prodigio de la naturaleza, por lo que pasó de entrenar, y ahora que su potencial latente ha salido a la luz hemos descubierto que se trataba de la amenaza viva más peligrosa del universo (exceptuando a Bills, claro está). Y ahora tiene ganas de vengarse de forma chunga.

En la Tierra, la familia de Goku ha aceptado de muy buena gana la partida del patriarca por enésima vez. Gohan y Videl han concebido a la pequeña Pan, a la que Piccolo cuida y hace reír mientras se van de compras (no me puedo creer que esté escribiendo esto). Bulma, por su parte, recibe la visita de Jaco, el patrullero galáctico. Esta especie de Jar Jar Binks de la Vía Láctea se ha pasado la vida patrullando nuestra galaxia, bastante ajeno, eso sí, a las chorrocientas amenazas que la Tierra ha sufrido a lo largo de Dragon Ball y Dragon Ball Z, pero eso ahora da igual: resulta que Bulma lo conoce desde que era una niña (!?!?), que es un cobarde sin remedio y que sólo ha venido para avisar de que Freezer se acerca con un ejército de soldados y que llegarán al planeta en una hora. Cosas que pasan.

PERO QUÉ

Así, todos los Guerreros Z de la Tierra se preparan para el combate: Gohan, Krilin (que ahora es Mosso d'Esquadra en sus ratos libres), Piccolo, el maestro Roshi (?) y Tenshinhan, obviando completamente a la Androide 18, a Goten y a Trunks (Yamcha y Chaoz no cuentan) se enfrentan a hordas de tropas muy pedorras a las que derrotan en un santiamén. En estas también hace un cameo estúpido y sin sentido el capitán Ginyu, que en su momento fue convertido en rana, para apoderarse del cuerpo de uno de los esbirros más fuertes de Freezer. Y hay batallas en masa con una animación terrible. Pero vayamos por partes.

Freezer se da cuenta de que Gohan tiene que tener algún parentesco con Goku cuando ve que el joven se transforma en Super Saiyan, así que decide hacerle sufrir de lo lindo a base de rayos que lo dejan al borde de la muerte. Y cuando está a punto de rematarlo... ¡Piccolo se sacrifica para salvar a su gran amigo! Espera, ¿no habíamos visto ya esto en su momento? ¿Toriyama se ha quedado tan vacío de ideas que ha tenido que recurrir a esto? Al menos, eso sí, nos da un momento de dramatismo que no le llega ni a la suela de los zapatos a todos los que vimos en los 80 y los 90, pero otorga algo más de chicha a la trama que la película en la que se basa (La Resurreción de Freezer), de la que ya hablaré si eso en otra entrada. Algún día. Por qué no.

"Why... didn't... you... DOOOOOOOODGE?"

Gohan se enfada mucho y, para hacer que su padre pueda captar su energía, desata todo su poder de forma bastante suicida, ya que poder en sí mismo, digamos, mucho no tiene, y el esfuerzo para que alguien capte su aura lo deja bastante mal. Freezer se dispone a rematarlo, y en esas llegan Goku y Vegeta, usando la transmisión instantánea, para salvar el día. ¡La batalla por el destino del universo va a dar comienzo!

Una lástima que Freezer, con todo su entrenamiento y su transformación dorada, en realidad no sea más que un saco de punching ball con patas cuando Goku y Vegeta se transforman en un estado que Toriyama, cuyas neuronas han quedado más que tocadas después de tanta ingestión de caballo, es incapaz de explicar. Goku dice algo así como "mira, esto es como el Super Saiyan Dios (el kaio-ken anoréxico, pa que nos entendamos), pero transformado a su vez en Super Saiyan. Llamémoslo Super Saiyan Dios Super Saiyan". O, como dejó caer la cuenta oficial de la serie, simplemente Super Saiyan Blue. Para gustos los colores.

¿Y lo bien que habría quedado este tema de fondo durante la pelea?


Golden Freezer, por un momento, parece haberse adueñado de la situación, hasta que su irresponsable falta de control sobre su transformación acaba haciendo que Goku recupere la iniciativa. Mamporros y cachiporrazos se suceden hasta que Goku da por terminado el combate, riéndose en la cara de Freezer y dándole, por puta enésima vez, la posibilidad de escapar de forma noble. Además de recurrente mal padre, recurrente gilipollas.

En esas, Sorbet, del que nos habíamos olvidado completamente, le lanza a un desprotegido Goku un rayo de mierda que haría cosquillas a Yamcha, pero por la lógica de los niveles de poder de Toriyama el disparo deja a Goku gravemente herido, cosa que aprovecha Freezer para torturarle sin ningún tipo de piedad. Hasta que Vegeta, que se había mantenido al margen, pasa a la acción. ¡Esto era lo que queríamos ver, al príncipe de los saiyans obteniendo su ansiada venganza como Dios manda! ¡Al final la conclusión va a ser épica y disfrutable! 


¿Y lo bonito que habría sido?



Pues no. Resulta que, en un dramático (y bastante sin venir a cuento) giro de los acontecimientos, Freezer usa la poca energía que le queda para reventar la Tierra de un disparo justo antes de que Vegeta lo remate. Goku y los demás, que han escapado gracias a la ayuda de Weiss, se quedan en el espacio con una cara de tonto que no pueden disimular, y no hay Bolas de Dragón para resucitar a nadie. THE END.

¡TOMA OSCAR!

Bueno no, qué demonios, aún nos queda tiempo para joder la serie un poco más. Al parecer, Weiss (no) tiene la habilidad (no me jodas) de DAR MARCHA ATRÁS EN EL TIEMPO (no podéis hacer esto) UN MÁXIMO DE 3 MINUTOS. Una conveniente y feliz noticia que me va hacer estar cagándome en los muertos de Toriyama durante un tiempecito, y eso que ya bastante tuve con esa abominación hecha manga llamada Dragon Ball Minus. Goku se aprovecha, pues, de la ventaja, y acaba con Freezer justo antes de que este lance su mortífero ataque. Todo el mundo está vivo, Trunks hace un chiste no intencionado referente a cortar a Freezer en pedazos si se lo vuelve a encontrar (¿lo pilláis?), a Piccolo lo resucitan con las Bolas de Dragón y Gohan le dice al namekiano que le entrene, que quiere volver a ser el de antes. Próxima parada, Saga de Champa. Si la audiencia sigue tolerando todo esto, claro.

Los problemas referentes a esta tanda de episodios son probablemente aún más graves que en la Saga de Bills, ya que aquí se recupera a un villano con un peso y un carisma muy altos para hundirlo en la miseria más absoluta. Freezer sigue teniendo, por supuesto, momentazos y ataques de ira muy poco sutiles, pero su entrenamiento de cuatro meses y sus ansias de venganza nos hacen preguntarnos... ¿por qué no hizo lo mismo cuando se transformó en Mecha Freezer? Un poco de esfuerzo y Trunks no le habría durado ni medio segundo, pero supongo que tuvieron que cortarlo en rebanadas para que se diese cuenta del asunto.


Estampa digna de Tiziano. Uso sublime del manierismo en todo su esplendor

Las escenas de acción, por otro lado, brillan por su carencia de espectacularidad. Comparada con la película, la animación se resiente cosa mala, con errores muy cantosos, diseños poco cuidados y los mismos fallos que vimos en los primeros episodios. Se suponía que la calidad de los dibujos mejoraría, pero nada más lejos de la realidad. Y eso por no hablar de las peleas, sosas, limitadas a golpes muy cutres y repetitivos y, para colmo, sin mostrar una puta gota de sangre. Está claro que Toei está lanzando la serie en un horario infantil para hacerla más accesible al público, y eso no sólo la está arruinando en su más pura esencia, sino que también hace que los animadores tengan menos razones para esforzarse a la hora de mostrar sufrimiento y dramatismo en los combates.



Y, por otro lado, las transformaciones tampoco tienen mucho sentido. Se supone que Goku y Vegeta "aprenden" a usar el Super Saiyan Blue durante su estancia de unas horas en una sala creada por Weiss, sólo para descubrir posteriormente que la transformación tampoco es nada del otro mundo. La muerte de Piccolo, por su parte, es una idiotez reutilizada y carece de emoción (a la falta de sangre y a la mala animación me remito), y Gohan no es que apeste, es que es un luchador directamente de séptima fila. Cuánto daño le hizo el instituto...

Hay episodios de relajación o de relleno en esto, todo sea dicho, que dan mucha vergüenza ajena. Ver a Vegeta cocinando torpemente sólo para que Weiss se lo lleve a entrenar o ser testigos de un intento de invasión alienígena cutre desbaratado por Mr. Satán son algunos ejemplos, por no hablar de la cada vez más patente inutilidad del sexo femenino en la trama y algún que otro comentario machista de muy mal gusto. Y es que ver a Krilin diciéndole a su mujer "ten la cena preparada para cuando vuelva" es, cuanto menos, chocante, y más cuando la lógica reacción de 18 podría haber sido tal que así:





Por lo demás, esta saga es como la peli homónima, pero alargada torpemente y sin arreglar ninguno de los serios problemas que tenía el film. Cierto que hay cambios que están hechos para bien y que tratan de darle seriedad a la historia, pero la animación pedorra, conversaciones sin chicha y giros torpemente ejecutados lastran mucho el resultado. Weiss y Bills, por su parte, no aportan absolutamente nada a la trama (todo lo contrario que en los capítulos actuales), y se dedican a ser meros espectadores de la contienda salvo para utilizar ese terrible y vago recurso argumental que no pienso repetir para conservar la dignidad que me queda.



Los secundarios, eso sí, al menos hacen más cosas que los primeros capítulos. Siempre se agradece ver luchando al maestro Roshi, y parece que Gohan quiere redimirse y ha entendido que un buen entrenamiento evitará que se carguen a su querida familia. Eso sí, esperemos que busque un término medio que no implique abandonarla durante largos periodos de tiempo... Oh, y también está Jaco, que no hace nada útil (de momento) y representa mejor que nadie la muerte de la comedia japonesa.


"Déjienme pasar, missa Jaco Binks, missa estoy en una misión diplioimática"

Por decir una última cosa, lo que sí estamos notando y no sabemos si es bueno o malo es que la rapidez a la hora de solventar un combate o situación es notoria. Por ejemplo, en un único episodio Vegeta lucha con Freezer, éste destruye la Tierra, Weiss vuelve atrás en el tiempo, Goku mata a Freezer y da tiempo hasta para hacer una fiestuqui en la mansión Briefs. Supongo que se agradece ese afán de ir al grano y que podríamos afirmar que con una animación de altura y una trama épica, estaríamos ante un muy digno sucesor de Dragon Ball Z.



Por desgracia, la única conclusión a la que estoy llegando ahora mismo es que, si nadie lo remedia, los 65 capítulos que le restan a la serie (se anunciaron 100 en su momento) se nos van hacer muy largos y dolorosos. La crucifixión hecha anime, oiga. Y yo aquí, al pie del cañón, tragándome lo intragable y analizándolo con todo lujo de detalles. De seguir así, al tiempo me veréis viendo cosas como esta, aunque parece que los últimos capítulos (no basados en pelis ni mierdas varias) están introduciendo una trama que PODRÍA dar bastante de sí. Crucemos los dedos...





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