miércoles, 9 de marzo de 2016

Agente Contrainteligente (2016)

 
-La gentuza como nosotros ha conseguido que se sigan haciendo secuelas de Fast to Furious.

Sacha Baron Cohen es muy particular. Por no decir que está como una puta regadera. Su humor bebe de eso. De esa locura y enajenación mental. Y si hay algo con la que le gusta jugar son los estereotipos. Lo hizo en Ali G, en Borat y en El Dictador. No podía ser menos en Agente Contrainteligente, aunque yo prefiero el nombre original: Brothers Grimsby, donde la sátira recae sobre la población de extraradio de obreros y estribadores ingleses.

El perfecto escenario para su crítica es contrastarlo con la sofisticación de las películas de espías del estilo de James Bond. La elegancia y flema británica ve su reverso más oscuro y descubre con cierto horror que es su hermano. 
 
Eso es lo que le pasa a Sebastian Grimsby (Mark Strong). Grimsby es uno de los mejores agente del MI6 y tiene la misión de investigar a uno de los grandes sindicatos internacionales del crimen. Sin embargo, su hermano Nobby se interpone en su camino. Nobby le ha estado buscando desde hace 28 años y se muestra muy entusiasta con el reencuentro. El problema es que Sebastian no solo falla en su misión sino que hiere a varias personas y el MI6 piensa que es un traidor. Ambos se verán metidos en una carrera para salvar el mundo, la reputación de Sebastian y volver a restituir su relación de hermanos.

 
La caracterización de Sebastian es muy buena. Desde el principio vemos a un tipo que es un perfecto bad ass. Eso si, luego capea como puede todo el desastre al que le lleva su hermano. Pero es la de Nobby la que se lleva la palma. Vestido con su camiseta de Inglaterra, se comporta como un hooligan palurdo que sigue con atención el Mundial que dispute Inglaterra. Y no solo él, sino su familia y todo el barrio que, para desgracia de Sebastian, le acoge con los brazos abiertos.

El humor es bruto desde el comienzo. Sacha Baron Cohen no tiene freno alguno. Lleva al extremo al humor negro incluyendo chistes sobre el SIDA, Donald Trump, o el cáncer y no duda en torturar a un niño palestino. También el humor escatológico está presente. Cohen deja a Adam Sandler como un adolescente estúpido e inmaduro que no lleva al extremo sus chistes soeces. Sacha Baron Cohen lo hace a lo grande. ¿Quieres chistes de pedos? Eso es de aficionados. Mejor uno de mierda mencionando además Two Girls, One Cup. ¿Qué Adam Sandler hace chistes de zoofilia con burros? Aficionado, Sacha lo hace con JODIDOS ELEFANTES. Y además que todo sea en primer plano y cuanto más desagradable mejor. Los chistes sexuales sobre hombres evidentemente también están incluidos.


La química entre los dos personajes principales es vital. Mark Strong combina a la perfección la seriedad con su parte cómica que ha explotado ya en películas como Kingsman, la sátira de películas de espías del año pasado. Encaja a la perfección todas las putadas, creo que esa es la palabra exacta de lo que son muchas de esas escenas, que rueda junto a Sacha Baron Cohen. Por supuesto, aquí los actores protagonistas no muestran vergüenza propia ni ajena en ningún momento a pesar de todo.

El guion no es solo un sucesión de chistes sino que también cuenta una historia sobre la reconciliación de dos hermanos y lo importante que es la familia. La historia quizá es algo apresurada y personajes como el de Rebel Wilson se diluyen. Pero seamos sinceros, no es lo que más importa. La trama de espías es bastante correcta, en la que figuran nombres como Ian McShane, Penélope Cruz o Annabelle Wallis. También hace un cameo Daniel Radcliffe. Es absurda y exagerada. Eso si, se deshace del encanto que sí que mantenía Kingsman.


La dirección corre a cargo de Louis Leterrier, un especialista en películas de acción como El Increíble Hulk o Transporter. Y eso se nota, ya que la acción es bastante destacable, mientras vemos escenas en primera persona como si fueran de Guy Ritchie o un videojuego. La escena de acción inicial, de hecho, homenajea las aperturas trepidantes de James Bond. El ritmo, por otro lado, no permite un momento de aburrimiento, ya sea a través del humor o de la acción.

Hay muchas gilipolleces. Gilipolleces muy brutas. Pero no solo da ciertos momentos de vergüenza ajena (controlada, eso sí), sino que provoca intencionadamente, este matiz es importante, una gran cantidad de risas.

Por cierto, posiblemente lo más raro del film sea ver al equipo de Inglaterra no dando pena en una competición de selecciones.

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¿Tengo que ver esto?: Solo si te gusta el humor de brocha gorda.

¿Cuál es el mejor momento?:  Voy a elegir el más bestia de todos, él de los elefantes.

¿Dónde debería ver esto?: En un pub inglés

Me ha gustado, ¿dónde hay más?: Todas las películas de Sacha Baron Cohen, como las que enuncié en el primer párrafo.

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