“No quiero hablar de putos viajes en el tiempo, porque si
nos liamos a hacerlo estaremos todo el día haciendo diagramas y te juro que es
un coñazo.”
El
primer recuerdo que guardo de Looper
es, por algún motivo, haber querido verla en el cine y no haber podido. El
segundo recuerdo es el de verla por fin y arrepentirme de no haberlo hecho
antes.
Aunque,
si lo pienso bien, puede que esos recuerdos estén cambiando ahora mismo porque
mi yo del pasado haya tomado decisiones diferentes, y mi recuerdo original sea
el de haber visto la película en el cine, y haber decidido… bueno, da igual.
Looper, decíamos. Rian Johnson,
el señor que dirigió Brick y que
escribirá y dirigirá Star Wars Episode
VIII decidió que molaría mucho enfrentar a Joseph Gordon-Levitt y a Bruce
Willis. Y para ello, la mejor manera era crear una historia de un futuro donde
se inventa el viaje en el tiempo, se prohíbe, e inmediatamente pasa a
convertirse en un método de asesinato clandestino con el mecanismo de enviar al
condenado al pasado y hacer que un asesino (looper)
se lo cargue y se deshaga del cuerpo.
La
premisa parece, a priori, sencilla, pero como en toda historia de viajes en el
tiempo bien contada, las reglas se explican muy claramente en el minuto uno:
los prisioneros se envían maniatados y encapuchados, con un paquete de lingotes
de plata atados a la espalda; los loopers
no saben a quiénes matan; y en algún momento, ellos mismos “cierran el bucle”,
eufemismo que viene a decir que matan a su yo de treinta años más tarde y ganan
un pastón en oro.
Las
reglas, por supuesto, están para romperlas. Y ahí se desencadena toda la trama.
La
cinta tiene un guión… complicado. Y que se puede analizar desde dos puntos de
vista: por un lado, todo, en general, está bastante bien hilado, salvo matices
que le haremos ahora. Por otro, no tiene mucho interés, como indica la frase
inicial de esta crítica y que pronuncia Bruce Willis a lo largo de la cinta, en
explicar su concepción del espacio-tiempo.
Algo
que, la verdad entiendo, porque, y aquí viene el duende verde de los SPOILERS A
LO BESTIA.
Resulta
un tanto extraño eso de que en la línea temporal 1 Joe (Gordon-Levitt) cierra
su bucle, ahorra un pastón, se va a China, envejece hasta convertirse en Joe
viejo (Bruce Willis), que se enamora y se echa una churri asiática, lo que
provoca que cuando treinta años después de cerrar su bucle vayan a buscarle los
malos, la joven muera, haciendo que Joe viejo decida cambiar su pasado matando
a un llamado Enviado (antes de que crezca para convertirse en dicho tipo) que
está cerrando bucles a lo loco, para lo cual escapa de Joe joven creando la
línea temporal 2, que concluye cuando Joe joven se da cuenta de que los actos
de Joe viejo están llevando a ese futuro negro con el Enviado y decide por ende
pegarse un tiro para así crear la línea temporal 3.
Vale,
pongámoslo punto por punto, a ver si es menos confuso:
1) Joe
cierra su bucle. Se hace mayor. Ahorra. Se va a China. Se enamora. Su churri
muere.
2) Al
morir su churri por culpa del llamado Enviado, Joe decide matar al Enviado
antes de que provoque la muerte de su churri. Para ello, logra evitar que su yo
joven le mate.
3)
Provocan un desaguisado fuerte en el pasado. Al final, Joe joven se da cuenta
de que los actos de Joe viejo son los que van a llevar a que el crío en
potencia de ser el Enviado pase a dicho acto, por lo que se suicida para que
Joe viejo desaparezca y así nada haya pasado.
Parece
claro. Supongo. ¿Tiene puto sentido? No lo sé, sinceramente, y me da igual.
Voy a
asesinar al pequeño duende verde de los SPOILERS A LO BESTIA.
¡Pum!
Ya está.
Volviendo
al presente sin spoilers, dejemos de lado lo más o menos imposible que pueda
resultar la trama, pues es en torno a lo que pivota toda la idea, y pocos
cambios podemos hacer… amén de que nos quedaríamos sin disfrutar escenas fastuosas
como esa en la que mutilan a un looper
joven para destrozar a su looper viejo,
que quita el hipo. Dejémoslo en que hay una curiosa mezcla entre concepción de
tiempo circular, y concepción de tiempo en un mundo de universos paralelos. Y
ahí quede.
Sí
creo menester destacar, aunque sea brevemente, algunos cabos sueltos que se
muestran. Por ejemplo, el tema fijación de recuerdos con los cambios temporales
(que también se toca en Terminator: Génesis, por cierto), y que aquí no termina de cuajar con toda lógica. O el
hecho de que no se explique en ningún momento cómo saben los jefes si un looper ha cerrado o no su bucle.
Con
todo, el error más grave probablemente sea que la afirmación de que en el
futuro no se puede matar a nadie (punto que desencadena todo el sistema de
asesinatos temporales) quede en nada cuando se mata a un personaje en el futuro
cuya muerte no tiene sentido más allá del ser un deus ex machina que desencadene la acción.
Errores
y complejidad aparte en la narrativa, la película es una delicia, lo que
explica su arrollador triunfo tanto en taquilla como entre la crítica. Da pie a darle muchas vueltas (y a hacer diagramas) a los conceptos
espacio-temporales, como no hacíamos muchos desde nuestras primeras cervezas
con un T-800 o un Condensador de Fluzo. Y las dos horas que dura son puro
entretenimiento tanto para el que desee una cinta sesuda como para quien quiera
ver tiros y ya.
Ese es,
de hecho, uno de los mayores aciertos de la película: no se enmarca claramente
en ningún género. Tiene acción, a raudales. Tiene ciencia ficción, por
supuesto, y vaya si la tiene. Tiene escenas que parecen sacadas de cualquier
cinta de terror americana. Tiene dilemas morales a rabiar…
Todo
ello lo permite un par de hechos claros: primero, que aunque parezca tener
muchas aristas, la trama central es única y medida, y en ella se vuelca la
búsqueda de todos los personajes. La única subtrama con cierto protagonismo (no
hay por ejemplo un romance para distraer, queda la cuestión en un polvo y
adiós) se plantea con sutileza hasta alcanzar el clímax en el final del film,
donde resulta vital.
Segundo,
la construcción de personajes. El personaje central, doblemente interpretado,
es un delicioso retrato de cómo la madurez en ciertas cosas lleva a perder de
vista otras. Al mismo tiempo, tanto ese protagonista como todos los secundarios
son perfectamente humanos, y están llenos de matices y sombras que hacen del mundo futurista que se crea un
lugar perfectamente creíble.
De las
actuaciones, por supuesto, ni media queja. Levitt hace un trabajo perfecto
enfrentando e imitando a un Willis con una muy sana madurez, y a ambos les da
réplica una Emily Blunt que quizás sea lo más flojo no por interpretación, sino
por personaje menos facetado que los otros. Destacable para mal quizás sea un
maquillaje (para que Levitt y Willis se parezcan más) que a veces resulta
demasiado extraño, o un doblaje (el de Ramón Langa, especialmente, que resulta
muy poco natural), que no está en todo momento a la calidad que se le debería
exigir.
Técnicamente,
tampoco hay reproches. Visualmente cumple con creces; en el apartado de sonido,
se cierra con una buena banda sonora y un juego con los silencios muy
agradecido y poco habitual. Mejorable, eso sí, la mezcla... pero nada es
perfecto.
No sé
si mi yo del pasado quedó contento y decidió verla de nuevo. O si mi yo del
futuro viajo atrás para convencerme de que era buena. Ni siquiera sé si esto lo
leeréis antes, después, o durante el visionado. Los viajes en el tiempo cansan
la mente demasiado. La recomendación de que la veáis, sin embargo, queda firme.
Después
de todo, ¿qué consecuencias malas iba a tener para vuestro futuro el verla?
Allez-y,
mes ami!
Buenos
días, y buena suerte.
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¿Tengo que ver esto?: Sí.
Personalmente, considero que funciona muy bien a todos los niveles de géneros
que toca. Si no te quieres freír el cerebro pensando en los viajes, te lo
puedes ahorrar.
¿Cuál es el mejor momento?: La decisión que toma Joe al final… Es una escena demasiado
genial. Aunque la tortura de Seth no se queda atrás.
¿Dónde debería ver esto?: En
una granja. En campos de cereal. Donde sea. Pero no vayas al futuro, la mierda
que consumen es mu chunga.
Me ha gustado, ¿dónde hay más?: Terminator. Regreso al futuro. X-Men: días del futuro pasado. Primer.
Doce monos (también con Bruce Willis).
Frequency. El sonido del trueno… No sé. Hay mucho donde elegir.
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