Martin
Scorsese es uno de los mayores genios que ha dado la industria del
cine. Polémico, atrevido y visceral y con una mano sensacional para la narración audiovisual.
Sin embargo, hasta en 2006 la academia no le había otorgado el
merecido premio que su trayectoria reclamaba. Pero finalmente lo
consiguió por Infiltrados, que consiguió los Oscar a mejor
película, mejor director, mejor montaje y mejor guión adaptado.
No
es su mejor película ni mucho menos. Toro Salvaje o Taxi
Driver son autenticas obras maestras. Pero es una obra bastante
notable, mejor que la reciente El Lobo de Wall Street. Está basada en Infernals Affairs, una película asiática, concretamente de Hong Kong.
Frank Costello (Jack Nicholson) es el capo de la mafia y domina la ciudad de Boston. Para continuar con sus actividades delictivas tiene un confidente en la policía, Colin Sullivan (Matt Damon) que gracias a su mentor ha conseguido ascender con rapidez. Pero Costello empieza a sospechar que también se la han jugado y que tiene una rata en su equipo de confianza, William Costigan (Leonardo Di Caprio), un policía irlandés al que el jefe de policía Queenan (Martin Sheen) y su ayudante Dignam (Mark Wahlberg) le obligan a realizar esta misión para demostrar que es un hombre de fiar debido a sus sospechosos orígenes.
La
película se puede resumir en una sucesión de intentos de cazar a
sus correspondientes ratas. Todos se saben gatos, todos tienen un objetivo
concreto. Pero mientras acechan a sus presas, son las ratas perseguidas y ocultas en las alcantarillas de Boston que
tienen que estar atentas a las trampas del camino.
La
película va de menos a más. El prólogo, que es la voz de Jack
Nicholson contándonos como ha sido su ascenso, te mete ya a la
película. Tras ello, Scorsese prepara el camino de forma académica,
salteada por escenas más propias de él como el caso de la escena de
la bota o cuando Dignam se dedica a meterse con Di Caprio o con cualquier miembro de la policía.
Pero
cuando la trama está ya preparada, Scorsese se encarga de darle su
toque personal y una velocidad de crucero. El humor negro,
especialmente por parte de Nicholson, invade la pantalla, al igual que
un montaje increíble, un gran ritmo y una gran clase y calidad en
las escenas de acción.
También
la música es importante para el transcurso de la película. Un par
de veces suena I'm Shipping up to Boston de Dropkick Murphy,
canción que se ha convertido en un clásico para la banda. También
destaca Confortably Numb de Pink Floyd en una de las escenas
más íntimas de la película.
El
guión, ganador al Oscar como ya dijimos antes, corre a cargo de
William Monahan. Incluso se rumoreao en su momento que Jack Nicholson fue quien
escribió sus frases para su personaje. Es un elemento que sufre una cierta
irregularidad, pero que en gran parte del film funciona bien.
El
reparto está absolutamente increíble. Nicholson está en su mundo,
para bien y a veces para mal, y hasta permite lucirse en un cine
porno, homenajeando a la célebre escena de Taxi Driver. Leonardo
Di Caprio, de nuevo en otra película de Scorsese, hace una gran actuación de
un calibre algo inferior al de Matt Damon. Muy meritoria, de hecho le
valió una nominación al Oscar, la de Mark Wahlberg. Posiblemente
las actuaciones sean, junto al montaje, el verdadero motor de la película.
El
final, que en su momento fue satirizado como gran parte del film por
Los Simpsons, es tan bien uno de los puntos fuertes de la
película. Scorsese combina muy bien la injusticia con su moralismo
característico en los finales. No se guarda nada en los
últimos momentos.
-----------------------------------------------------------------------------------------
¿Tengo
que ver esto?: Si
te gustan los thrillers policiales.
¿Cuál
es el mejor momento?: La
penúltima escena.
¿Donde
debería ver esto?: En
Boston o en Irlanda, como fue mi caso.
Me
ha gustado, ¿dónde hay más?: Ponte
con Casino
o Uno de los
Nuestros,
también de Scorsese. Fuera del director puedes elegir Los
Intocables de Elliot Ness de
Brian de Palma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario