Toda Grecia caerá, y tan sólo robustos barcos de madera podrán salvarlas. Barcos de madera y un mar de sangre de héroes.
Pocos podían imaginar el éxito que
tendrían en las salas de cines unos 300 espartanos musculados
dirigidos por un gritón Gerard Butler. Pero triunfaron. Más allá
de la venta de entradas y palomitas, su estética fue algo novedoso que, para bien o para mal, ha marcado tendencia y se hizo un hueco en la cultura popular. Frases como “solo los recios, solo los fuertes”, clásicos como “esta noche cenaremos en el infierno” o el mitificado en remix de youtube “¿Locura? Esto es Esparta” fueron pronunciadas por una juventud que por un momento
recordó las virtudes de los guerreros como el honor, la valentía o
el sacrificio. Incluso cuando España ganó el Mundial.
Un Hollywood ansioso de negocio no
tardó en presionar para que la gallina pusiese otro huevo de oro, o
por lo menos de algo que se pudiese vender como la parodia Casi
Trescientos o su secuela, la
obra que me dedicó a reseñar, 300: El origen de un
imperio.
Había
ciertos problemas para conseguir una secuela. De hecho el marco narrativo se establece antes, durante y después de la batalla de las Termópilas. 300 es la adaptación
de un comic de Frank Miller, en el que no hay continuación, aunque Frank Miller está ultimando una precuela sobre Jerjes. Otro gran
problema es la muerte de gran parte de los protagonistas, entre ellos
el propio Leónidas que encarnaba Gerard Butler; además de las bajas de Zack Snyder como director, ocupado con la nueva irrupción en el cine de
Superman, limitándose a su puesto de productor y guionista, dejando la
dirección en manos de Noam Murro.
La película parte
en la batalla de Maratón donde Temístocles (Sullivan Stapleton)
vence a los persas y mata al rey Dario, provocando la locura de su
hijo, Jerjes (Rodrigo Santoro) que se convierte gracias a hechicería
en una especie de ser divino. Junto a su almirante, Artemisia (Eva
Green), prepara la venganza sobre Atenas.
Lo primero que
quiero comentar es el absoluto desprecio por la historia. No es que
la primera fuera excesivamente fiel, pero que en esta se concentran autenticas
burradas, que al final solo pueden verse con una sonrisa de “bueno
chicos, o Herodoto se está removiendo en su tumba; o está orgulloso
que sigáis con su escuela de jugar con los hechos.”
Para los profanos de la materia, Dario no murió en Maraton ni en
ninguna batalla; Artemisia era una reina de Caria y sobrevivió a la invasión; y hasta bien avanzadas las guerras del Peloponeso,
los espartanos no tuvieron una verdadera flota de guerra.
La estética de la
película sigue la estela de la primera, usando tanto la cámara
lenta como la iluminación para resaltar el efecto dramático de los
combates. Sin embargo, pierde bastante en la comparación. Ya han pasado varios años y varias imitaciones como Inmortals desde 300, y lo que era antes algo novedoso ha pasado a ser poco sorprendente. A pesar de eso, el apartado estético es bastante bueno. También quiero remarcar el ataque a caballo de Temístocles
en Salamina, hay que tenerlos bien puestos para meter caballos en una batalla naval, secuencia absurda y además visualmente pobre que
recuerda al God of War debido a un CGI descarado y algo chapucero.
Lo mejor de la
película es Eva Green y no solo por su belleza. Es el único personaje que tiene cierta profundidad, y en
cada una de sus acciones demuestra su ambición, su crueldad y su odio a Grecia. La verdad es que es una actuación bastante notable y me dan más ganas de ver la próxima de Sin City. En el
polo opuesto está Sullivan Stapleton, que va a donde le dirige la
película sufriendo los ataques, algunos sexuales, de Eva Green. Rodrigo Santoro y Lena Headey apenas aparecen en unas cuantas escenas, aunque por lo menos ésta última hizo de narradora de la historia.
Es una ¿secuela?, ni siquiera tiene claro lo que es, que
no aporta realmente nada que no sea entretenimiento, ya que todo se
resume en hombres matándose y tetas, pero aún así para una tarde
aburrida en casa puede cumplir a la perfección. Eso sí, vacía como ella sola. 300 te daba un desarrollo mínimo para enseñarte el modo de vida espartano. En fin, no le busques tres pies al gato, da violencia y cumple su promesa. No te tomes la historía en serio, porque si no acabaras muy cabreado. Así ríete de los fallos históricos y aplaude como los atenienses intentan ser espartanos. Perdónalos, en el fondo no son soldados.
Lo mejor: Eva
Green. Violencia a mansalva.
Lo peor: Falta de
carisma del protagonista, que desde luego no es Gerald Butler. Poca
profundización de la historia en general.
Nota: 5'25
Deseando ver esta nueva película de 300, aunque había oído por más sitios también que esta no era tan buena.
ResponderEliminarPor cierto, muy bueno el título de tu blog, creo pillar la referencia a I drink your blood. Me he partido de risa.
Saludos