"- ¡Deje de perseguirme!
- No puedo. Es mi trabajo."
- No puedo. Es mi trabajo."
Si
hay algo en lo que existe un amplio consenso en este polifacético mundo que es
el cine, es la opinión de que Steven Spielberg (“El Rey Midas”) es uno de los pilares
fundamentales del Hollywood de los últimos 40 años, y uno de los directores más
importantes de la historia, merced a su capacidad para agradar a público y
crítica por igual y de forma reiterada durante toda su carrera (algo que muy
pocos han conseguido).
Ese aprecio se lo debe Spielberg a cintas como esta. Sí, es cierto que el
director de Tiburón, E.T., Indiana Jones o Parque
Jurásico tiene cintas más flojas (os estoy mirando a vosotras, La guerra de los mundos y Caballo de batalla), pero ni tan
siquiera cuando más flojea llega a ser malo. Y por si el nivel general no fuera
ya alto, a veces decide superarse... y ya no hay quien quede indiferente.
Es
eso lo que le ocurre en Atrápame si
puedes, una de las cintas para mi gusto más pulidas, perfectas y trabajadas
del director, que cuenta la historia real de Frank Abagnale Jr., un famoso
falsificador que siendo aún menor de edad se hizo rico estafando a la mitad del
país mediante cheques falsos, y haciéndose pasar por piloto comercial, médico y
abogado.
La
cinta, basada en la autobiografía de Abagnale (que vendió los derechos de esta
en los 80, cuando comenzó a fraguarse la idea de llevarla al celuloide), sigue
la historia de este y su curioso pulso con el agente del FBI que lo persiguió
durante años, Carl Hanratty; se narran los hechos mediante flashbacks que
parten de un presente donde encontramos a Frank ya en la cárcel (tras unas
imágenes un tanto raras de un programa de televisión), aunque el último cuarto
de película abandona los recuerdos para seguir narrando los hechos tras su
detención.
El
reparto elegido es, sencillamente, espectacular. No me he parado a ver fotos
reales de los protagonistas (prefiero no hacerlo, de hecho... el verdadero Frank Abagnale Jr. hace un cameo por aquí, pero apenas se le ve bien la cara), pero la
interpretación que dan es fabulosa. Spielberg rescata a un DiCaprio que,
después de un tiempo de flojera post-Titanic
y tras el desastre que le supuso La playa,
brinda aquí una actuación inmaculada, que sería el punto de partida para que
empezara a interpretar personajes adultos en películas de verdadera
importancia. Si a alguien tiene que agradecerle Leo su éxito, es sin duda a
Spielberg.
Pero
por muy bien que esté DiCaprio como Abagnale, no sería lo mismo sin Tom Hanks,
que no tiene que hacer muchos esfuerzos para superarle con un Hanratty que le
va como anillo al dedo. De igual modo que Christopher Walken, como Frank
Abagnale Sr., ni se despeina a la hora de dejarlos a ambos, así como al gran
plantel de secundarios (Martin Sheen, Amy Adams, James Brolin, Frank John
Hughes...) a la altura del betún, devorando la pantalla en cada plano.
Y
luego está la banda sonora, esos acordes ya míticos de, cómo no, John Williams,
que acompañan a una secuencia de créditos que sirve de homenaje a aquellas que
tan populares fueron en la Edad Dorada de Hollywood, y que eran una obra de
arte por sí mismas (a alguno a lo mejor le recuerda a la de cintas como Bond, a
la de La hora de Alfred Hitchcock, o la
pythonesca La vida de Brian). En este
caso, de hecho, es tan icónica que supone el elemento más identificable de la
cinta, y núcleo de los homenajes o parodias (como el de Los Simpson) que ha
conocido.
El apartado técnico no tiene ni un solo fallo, lo que ayuda a crear una coraza bastante impenetrable a una obra ya de por sí bien construida
en el aspecto artístico. El ritmo es ágil y muy rápido, contando la historia de
forma bastante fluida y con cambios en los personajes suficientes como para
hacer los rótulos temporales (que aparecen tras las elipsis) casi innecesarios.
La narración es, de hecho, tan fluida, y juega tanto con la intriga y la tensión, que las dos horas y media que duran la
peli, plenas en contenido, se pasan volando.
En
general, no es una de las cintas más conocidas de Spielberg (es muy conocida,
obviamente, pero me temo que pocos la mencionarían si revisaran mentalmente
toda la filmografía del director), y sin embargo es una de sus obras mejor
acabadas y más interesantes desde todos los puntos de vista. Un clásico desde
el primer día.
Y
recomendable 100%, claro.
Allez-y,
mes ami!
Buenas
noches, y buena suerte.
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LO
MEJOR: la banda sonora es genial, así como las actuaciones (con puntos extra
para Walken). El guión destaca mucho, y tiene escenas (incluyendo la secuencia
de créditos iniciales) emblemáticas.
LO
PEOR: la verdad es que no se me ocurre qué decir malo de la película... Quizás
que hay cosas que resultan un tanto extrañas, como la escena del concurso. Pero
no mucho más.
NOTA:
9,25. Si algo malo se le puede achacar, y es lo que le roba la matrícula, es
que no goza la historia de la misma magia que otros clásicos de Spielberg. Pero
en todo lo demás es perfecta, de principio a fin.
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Yo no recordaba que era de Spielberg. Me gustó mucho cuando la vi. ;)
ResponderEliminarYo no lo sabía la primera vez que la vi... A eso me refiero, es una peli conocida, pero muchas veces olvidamos que es suya ;)
ResponderEliminar¡Gracias por pasarte, como siempre!