Hércules: El Origen de la Leyenda (2014)

"¡Es Hércules! El regalo de Hera"

Apenas he dejado que pase una semana desde la última crítica pero es tal mi nivel de indignación con esta nueva producción que necesitaba prevenir a todos de que NO la veáis ni para torturar a vuestro mayor enemigo. Tiene tantos problemas que no sé ni por donde cogerla, aunque para los que nos guste la mitología clásica ya empezamos a ver fallos con la simple frase que he elegido para rotular el cartel promocional.

Lo mejor es empezar por el principio, es decir, el argumento: En la antigua Grecia, en un intento desesperado por liberar a su pueblo (Tirinto) de la opresión de su esposo, la reina Alcmena dirige sus súplicas hacia los dioses y fruto de sus plegarias nace Hércules, engendrado por Zeus con el permiso de Hera. Este hijo bastardo sufrirá continuamente los desprecios del rey Anfitrión quien favorece a su hijo legítimo, Íficles.

Bien, procedamos a diseccionar este engendro que a alguien se le ha ocurrido grabar...

No quiero incidir en el tema de que blasfeman de mala manera contra el mito griego con cosas como la aparición del León de Nemea así de repente sin venir a cuento de nada cuando nuestro protagonista ni siquiera sabe que es Hércules (obviando así la parte de los 12 trabajos de Hércules para convertirse en Dios completo), o la "bendición" de Hera permitiendo que Alcmena procree con Zeus por el bien de la paz (¡y una porra!), que Zeus en vez de hacerse pasar por Anfitrión sea invisible, que Hércules sea enviado a las arenas de combate en Egipto tras ser apresado... Sino que lo que me llama muchísimo más la atención es el intento de mezclar 300 con Troya y Gladiator, y no sólo eso, sino que encima lo hagan a lo cutre. Sí, cutre, porque no hay otra palabra con la que definirlo. 

La película empieza con un combate cuerpo a cuerpo en el cual la ralentización de la imagen en las escenas menos creíbles (saltos de tres metros o piruetas), repitiéndose durante todo el film, son una copia total y absoluta del método de 300 para hacer más interesante la batalla. Pero no sólo copian eso, sino que la estética intenta seguir su camino: escena triste con colores fríos; escena de amor: colores cálidos (de forma exagerada), a la manera en que en 300 nos mostraban o la batalla con el lobo o el fragor de la batalla, por poner un par de ejemplos.

Ahora vamos con Troya: nos meten una historia de amor (la cual sobra por todos lados) en la cual intentan ser románticos sin conseguirlo, quieren que les cojas cariño a los personajes con historias de familiares y gestos el uno para el otro (cierto collar de piedra) sin conseguirlo y así... Pero ahí dejan esa historia que ni nos va ni nos viene y que carece de lógica al final; y que es la causante de todo el problema que se va a generar.

Y luego está Gladiator. Todos recordamos como a nuestro querido Máximo lo recogen para luchar en la arena como entretenimiento y manera de ganar dinero. Pues bien, lo mismo hacen en Hércules con él pero ¿desde cuando eso le ha ocurrido a Hércules? Y no sólo es similar la historia en ese punto sino que hay una escena en la que el público corea el nombre de Hércules con la cámara girando a su alrededor para ver el jolgorio que es igual que la de Gladiator gritando "Máximo" toda la grada.

Vamos ahora con los actores. En primer lugar seguimos con las comparaciones ya que Sotiris, el compañero de lucha de Hércules en las arenas, (anda! como Djimon Hounsou en Gladiator tan amigo de Máximo luchando juntos) se parece sospechosamente a Dilios en 300 (el narrador sin ojo, o Faramir en El Señor de los Anillos). El look del rey Anfitrión es muy parecido al de Leónidas, aunque hay que reconocer que sobretodo la barba es la clave. Y que decir de Hércules... Todo musculo, pocas dotes interpretativas, sin cuello si quiera, demasiado moreno para el rubio de bote que le han puesto a juego con el blanqueado de dientes que más bien parece un protector dental blanco de boxeador y para rematar en lo ridículo: con cara de estreñido grave cada vez que pelea y gruñe (que dicho sea de paso: le ponen el rugido de un león de fondo en esos momentos).

El único actor que podría salvarse sería quién interpreta a Quirón que es nada más y nada menos que Radagast (ya sabéis, ese mago loco de El Hobbit que va con un nido de pájaros vivos en el pelo) y para el poco protagonismo que le dan más le valdría no haber aceptado el papel... Luego también esta Liam Garrigan que hace de hijo legítimo de Anfitrión y yo no sé que le pasa a este hombre (aunque tampoco he visto mucho suyo) que cada vez que le veo en alguna serie o película hace del típico malo penoso que no da una.

También hay un tema que me dolió en el alma: los decorados. En pleno siglo XXI, tras haber visto maravillas visuales como Avatar que nos pongan un film con decorados de cartón piedra... ¡manda narices! ¡Y encima se nota que son sets malos! Un ejemplo muy claro es cuando les tienen sentados para ponerles marcas de esclavo en un oasis. De noche con un cielo estrellado que parece que es una pared con lucecitas, con un estanque de 5 centímetros de profundidad al lado por dios... Y todo para que en otra escena se ponga a llover de repente a bocajarro en plan diluvio universal en menos de un segundo.

En resumen, tiene delito haber gastado 60 millones de euros en una película mala con avaricia que no pasa de la hora y media de metraje con una historia y actores deficientes; en la que los plagios y símiles se muestran cristalinos para que encima nos la quieran vender como una gran epopeya que desbancará películas como las antes mencionadas. Y luego se extrañarán los productores y demás del fracaso que está teniendo... 

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LO MEJOR: Puuuuuufffffff... Diría que en algunos momentos la banda sonora pero para ser sinceros tampoco se la oye mucho así que creo que me voy a quedar con los efectos especiales que hay a veces en las luchas o en las intervenciones de Zeus con sus rayos.

LO PEOR: todo. Simplemente todo. Los 99 minutos que dura la película créditos incluidos.

NOTA: 2,5/10. La nota está más que justificada y creo que ha quedado claro por qué. Y le doy eso por la pena que me da...

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Para acabar, aquí está el tráiler para aquel que no sepa de que aberración fílmica le estoy hablando; y sí, me he quedado muy a gusto.