Para todos los
soñadores, tontos sin remedio, por los corazones que sufren, por el
caos que provocamos.
A
estas alturas de la vida creo que ya todo el que lea estas líneas
tiene una idea preconcebida de La La Land. Sobre todo desde
que triunfó en los Globos de Oro y se llevó una tonelada de
nominaciones a los Oscar, empatando en 14 con Titanic y Eva
al Desnudo. Ya hay unos fans que se han rendido al nuevo musical
de Hollywood y, al mismo tiempo, unos haters que la niegan hasta el
oxígeno que respira.
Damien
Chazelle ya es conocido a pesar de una juventud que asusta. Ahora
tiene 32 años, pero es que tenía 26 años cuando empezó a escribir
el guión de La La Land. Todo ello mientras llevaba tres años
en Los Ángeles sin comerse un rosco profesionalmente hablando. Es
curioso que sus dos primeras películas - la primera es Whiplash
que también tuvo su hueco en los premios de la Academia - sean sobre
la búsqueda desesperada del éxito.
Mia
es una actriz que vive de audición en audición mientras sirve café
a estrellas. Sebastian es un pureta algo insoportable del jazz que
quiere rescatar su local favorito de la samba y las tapas. Tras unas
cuantas coincidencias va surgiendo una relación de amor al tiempo
que se apoyan para cumplir sus sueños.
Lo
que más me ha gustado de la película es la tragedia que hay en la
película, a pesar de los colorines y la luz. Podía ser un pastiche
insoportable, pero vemos que Chazelle introduce las obsesiones
personales, el fracaso, la humillación tras las críticas y el tener
que realizar sacrificios para ser quien deseas ser. Es la cara B de
Whiplash, es la verdadera realidad de los creadores y el arte.
Pero
si en su opera prima nos encontramos con tonos oscuros, solos
endiablados de batería y planos cortos para sumergirnos en la
opresión en la que era sometido el protagonista, aquí nos
encontramos con colores brillantes, luces de neón, bailes,
constantes travelings y planos generales para mostrarnos a la ciudad
de Los Angeles, y por supuesto la música, aunque para ser un musical, la música
no es tan protagonista como podría suponerse.
El
repertorio de canciones es algo corto, y en ocasiones algo reiterativo con el tema
principal. La calidad es buena y tiene grandes momentos como cuando
se conocen Mia y Sebastian. Aunque precisamente el momento en el que
el sonido es mejor utilizado es en una escena que decide prescindir
totalmente de él. La música se reserva para unas cuantas secuencias especiales.
La
historia es típica. Sabe donde tiene que ir para gustar y no tiene
reparos para adecuarse al gusto del espectador. Otra de las
diferencias con Whiplash. Es un drama, que sabe cuando ser
amable y cómico, y que referencias hacer y cuando meterlas – como
ejemplos Casablanca o Rebelde sin Causa-. También
tiene su lado oscuro, lo suficientemente escondido para pasar
desapercibido para algunos y solo ser visible para quienes lo buscan.
Hay
cosas muy particulares que la distinguen. Por ejemplo, la película
prescinde casi por completo de los secundarios hasta el punto de despreciarlos. Más
allá de los personajes de Mia y Sebastian, no hay nada más. Incluso
en ocasiones se les limita a una frase en el guión o que apenas haya
planos sobre ellos. Incluso un veterano como J.K. Simmons apenas se
le utiliza más allá para ser borde o para bailar. John Legend es
quien más sale como compañero de banda de Sebastian.
La
película es ellos dos, Mia y Sebastian, Emma Stone y Ryan Gosling.
Especialmente es ella. Emma Stone se luce y se come a Ryan Gosling
que en ocasiones se excede en la inexpresividad pasota que le
caracteriza. Pero su actuación tampoco es mala. Emma Stone es
encantadora al mismo tiempo que sufridora. También tiene un
personaje mejor; es una actriz que vive en el fracaso. Mientras
Gosling es un tipo con talento que solo quiere tocar jazz puro y no
rebajarse a hacer otras cosas que no sea resucitar su local.
Una
cosa que me gustaría comentar son ciertos aspectos del final. Leo
que hay cierta controversia, ya que depende de con que ojos se miren
puede verse de forma más o menos agridulce. Y creo que así debe de
ser visto el film. Hay escenas verdaderamente mágicas, como el
irreal baile en el observatorio, y otras más trágicas, como una
cena entre los dos. La última escena, esa alternativa de la
película, ese ¿y qué pudo pasar?, me parece sublime. Es una
película más compleja de lo que parece, y que a diferencia de
Whiplash ofrece un debate sobre que hacer para cumplir tus sueños.
No
todo es luz en Hollywood, no nos debemos dejar confundir por los
focos. Tampoco por los libros de autoayuda. Desgraciadamente, muchos
sueños que tenemos hay que cumplirlos con sacrificios personales y
morales. Ya nosotros debemos saber si merecen la pena. O no.
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¿Tengo
que ver esto?: Sí, aunque el
hype la perjudique.
¿Cuál
es el mejor momento?: El final
¿Dónde
debería ver esto?: Bailando
bajo una farola o en un local de jazz.
Me
ha gustado, ¿dónde hay más?: La
perspectiva sobre alcanzar el éxito, especialmente en el tema
artístico, por parte de Chazelle es peculiar. De hecho Whiplash es
su hermana malvada. También hay que destacar la influencia de
musicales de Grace Kelly como
Siempre hace buen tiempo o
la citada por el autor Los
Paraguas de Cherburgo. Una película con la que veo certos paralerismos es Begin Again, aunque esta es más sencilla.
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