jueves, 2 de febrero de 2017

La La Land (2017)


Para todos los soñadores, tontos sin remedio, por los corazones que sufren, por el caos que provocamos.

A estas alturas de la vida creo que ya todo el que lea estas líneas tiene una idea preconcebida de La La Land. Sobre todo desde que triunfó en los Globos de Oro y se llevó una tonelada de nominaciones a los Oscar, empatando en 14 con Titanic y Eva al Desnudo. Ya hay unos fans que se han rendido al nuevo musical de Hollywood y, al mismo tiempo, unos haters que la niegan hasta el oxígeno que respira.

Damien Chazelle ya es conocido a pesar de una juventud que asusta. Ahora tiene 32 años, pero es que tenía 26 años cuando empezó a escribir el guión de La La Land. Todo ello mientras llevaba tres años en Los Ángeles sin comerse un rosco profesionalmente hablando. Es curioso que sus dos primeras películas - la primera es Whiplash que también tuvo su hueco en los premios de la Academia - sean sobre la búsqueda desesperada del éxito.


Mia es una actriz que vive de audición en audición mientras sirve café a estrellas. Sebastian es un pureta algo insoportable del jazz que quiere rescatar su local favorito de la samba y las tapas. Tras unas cuantas coincidencias va surgiendo una relación de amor al tiempo que se apoyan para cumplir sus sueños.




Lo que más me ha gustado de la película es la tragedia que hay en la película, a pesar de los colorines y la luz. Podía ser un pastiche insoportable, pero vemos que Chazelle introduce las obsesiones personales, el fracaso, la humillación tras las críticas y el tener que realizar sacrificios para ser quien deseas ser. Es la cara B de Whiplash, es la verdadera realidad de los creadores y el arte.

Pero si en su opera prima nos encontramos con tonos oscuros, solos endiablados de batería y planos cortos para sumergirnos en la opresión en la que era sometido el protagonista, aquí nos encontramos con colores brillantes, luces de neón, bailes, constantes travelings y planos generales para mostrarnos a la ciudad de Los Angeles, y por supuesto la música, aunque para ser un musical, la música no es tan protagonista como podría suponerse.




El repertorio de canciones es algo corto, y en ocasiones algo reiterativo con el tema principal. La calidad es buena y tiene grandes momentos como cuando se conocen Mia y Sebastian. Aunque precisamente el momento en el que el sonido es mejor utilizado es en una escena que decide prescindir totalmente de él. La música se reserva para unas cuantas secuencias especiales.

La historia es típica. Sabe donde tiene que ir para gustar y no tiene reparos para adecuarse al gusto del espectador. Otra de las diferencias con Whiplash. Es un drama, que sabe cuando ser amable y cómico, y que referencias hacer y cuando meterlas – como ejemplos Casablanca o Rebelde sin Causa-. También tiene su lado oscuro, lo suficientemente escondido para pasar desapercibido para algunos y solo ser visible para quienes lo buscan.




Hay cosas muy particulares que la distinguen. Por ejemplo, la película prescinde casi por completo de los  secundarios hasta el punto de despreciarlos. Más allá de los personajes de Mia y Sebastian, no hay nada más. Incluso en ocasiones se les limita a una frase en el guión o que apenas haya planos sobre ellos. Incluso un veterano como J.K. Simmons apenas se le utiliza más allá para ser borde o para bailar. John Legend es quien más sale como compañero de banda de Sebastian.

La película es ellos dos, Mia y Sebastian, Emma Stone y Ryan Gosling. Especialmente es ella. Emma Stone se luce y se come a Ryan Gosling que en ocasiones se excede en la inexpresividad pasota que le caracteriza. Pero su actuación tampoco es mala. Emma Stone es encantadora al mismo tiempo que sufridora. También tiene un personaje mejor; es una actriz que vive en el fracaso. Mientras Gosling es un tipo con talento que solo quiere tocar jazz puro y no rebajarse a hacer otras cosas que no sea resucitar su local.




Una cosa que me gustaría comentar son ciertos aspectos del final. Leo que hay cierta controversia, ya que depende de con que ojos se miren puede verse de forma más o menos agridulce. Y creo que así debe de ser visto el film. Hay escenas verdaderamente mágicas, como el irreal baile en el observatorio, y otras más trágicas, como una cena entre los dos. La última escena, esa alternativa de la película, ese ¿y qué pudo pasar?, me parece sublime. Es una película más compleja de lo que parece, y que a diferencia de Whiplash ofrece un debate sobre que hacer para cumplir tus sueños.

No todo es luz en Hollywood, no nos debemos dejar confundir por los focos. Tampoco por los libros de autoayuda. Desgraciadamente, muchos sueños que tenemos hay que cumplirlos con sacrificios personales y morales. Ya nosotros debemos saber si merecen la pena. O no. 
 
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¿Tengo que ver esto?: Sí, aunque el hype la perjudique.

¿Cuál es el mejor momento?: El final

¿Dónde debería ver esto?: Bailando bajo una farola o en un local de jazz.

Me ha gustado, ¿dónde hay más?: La perspectiva sobre alcanzar el éxito, especialmente en el tema artístico, por parte de Chazelle es peculiar. De hecho Whiplash es su hermana malvada. También hay que destacar la influencia de musicales de Grace Kelly como Siempre hace buen tiempo o la citada por el autor Los Paraguas de Cherburgo. Una película con la que veo certos paralerismos es Begin Again, aunque esta es más sencilla.

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