¡No nos dejaron ganar!
El efecto que tuvo la llegada de Reagan al poder en la moral estadounidense está fuera de
toda duda. Después de sentirse humillado en Irán y culpable por las atrocidades en
Vietnam, el país enfocó los años 80 de forma muy distinta, y el cine fue reflejo de ello. Es importante recordar que Reagan fue actor antes que político, de modo que su sintonía con
el cine producido en su mandato no resulta trivial.
Javier Memba, en su Historia del cine universal, también señalaba que el cine estadounidense,
desde mediados de los 70, comenzaba a presentar síntomas de agotamiento que
cristalizaron en la década de los 80, en los que “la inventiva empezó a ser sustituida
sistemáticamente por el alarde de efectos especiales y los derroches en producción”.
Sumémosle estos rasgos al patrioterismo característico de ésta década, y tenemos como
resultado el cine de acción típico de los años 80.
Sin embargo, es necesario conectar con la piedra de toque que permitió la transición de un
cine crítico con la política exterior norteamericana hacia la celebración, de nuevo, de la
guerra y de lo militar. Estamos hablando de Acorralado (Ted Kotcheff, 1982), protagonizada
por Sylvester Stallone, que también intervino en el guión.
De esta forma, John Rambo (Sylvester Stallone) es el joven americano derrotado pero
honrado del que hablábamos con anterioridad en referencia a Rocky Balboa, también
encarnado por Stallone. Con la excepción que Rambo es un boina verde que ha vuelto de
Vietnam, un soldado de élite, una máquina de matar. Como hemos visto en films
anteriores, Rambo tiene problemas para reincorporarse a la vida civil, por lo que no puede
hacer otra cosa sino vagabundear por Estados Unidos.
Así pues, Rambo llega al pueblo de Hope (“esperanza” en castellano, denominación no
casual), donde no es bien recibido por su pasado militar. El sheriff del lugar, Will Teasle
(Brian Dennehy) le invita a irse, y ante la negativa de Rambo, le detiene por vagabundear y
resistencia a la autoridad. En el calabozo, Rambo es golpeado por los agentes, lo que le
hace recordar sus traumas de cuando fue prisionero de guerra.
Rambo escapa a las montañas, donde se ve obligado a usar sus técnicas de guerrilla ante la
persecución de la policía local. Al no conseguir capturarle, el sheriff Teasle llama a la
Guardia Nacional. El antiguo superior de Rambo, el coronel Trautman (Richard Crenna),
trata de disuadir a las autoridades de intentar capturarlo dado lo peligroso e inútil de la
empresa, pero es ignorado.
Acorralado por las autoridades y atacado con armamento explosivo, cuando es dado por
muerto, Rambo roba un camión de la Guardia Nacional y regresa al pueblo de Hope, con
el fin de vengarse por lo ocurrido. Rambo se convierte en un ejército de un solo hombre,
provocando graves destrozos en el pueblo, y trata de dar caza al sheriff Teasle.
En el momento en el que va a culminar su venganza, el coronel Trautman da con él, lo que
depara en un emotivo soliloquio de Rambo en el que expresa cómo la sociedad lo ha
maltratado y el ejército se ha olvidado de él. “No nos dejaron ganar”, exclama Rambo
entre sollozos. Finalmente, Rambo es abrazado por su coronel y decide entregarse,
perdonándole la vida al sheriff.
Acorralado es una bola de rabia contenida que explota en un clímax final abrumador para el
espectador. Este film abrió la puerta a la venganza y al desquite de los años 80, y permitió
que el cine norteamericano se deshiciera de sus “complejos” pacifistas, herederos de la
etapa de Carter. El público empatizó con el personaje de Stallone, hasta el punto de
provocar la creación de una saga donde nunca había estado prevista.
En palabras del crítico
estadounidense James Bernadelli:
“En el libro [First Blood, de David Morrell, en el que se inspiró la película], Trautman, su mentor,
mata a John Rambo. El final de la película se desvió del material original porque fue considerado
demasiado oscuro. En el momento que Acorralado se rodó, no había intención de hacer secuelas,
pero los realizadores creían que la audiencia había hecho una gran inversión emocional en el
personaje principal como para eliminarlo, especialmente de la mano de Trautman, la única persona
en la que él confiaba. Cuando la película hizo el suficiente dinero como para justificar su secuela, los
ejecutivos de Orion debieron de estar satisfechos de haber dejado a Rambo vivo”.
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Aquí andamos, pastoreando hippies... |
Así pues, la secuela de Acorralado se estrenó tres años después, en 1985. La premisa de
Rambo II (George P. Cosmatos, 1985) consiste en que Rambo (Sylvester Stallone, obviamente) es
liberado de prisión por el gobierno para formar parte de una operación encubierta de alto
secreto en Vietnam, siendo requerido por su mentor, el coronel Trautman (Richard
Crenna).Dicha misión consiste en localizar un campo de prisioneros en el que todavía
habría presos estadounidenses.
Si bien en la primera película vemos a un Rambo exorcizando sus demonios frente a su
antiguo coronel, en esta película los aniquila por completo. No en vano, la cifra de muertes
en pantalla asciende hasta 64 (habiendo sólo una muerte en Acorralado). Rambo II incluye
escenas de acción de enorme vigor y eficacia, una gran cantidad de violencia, e incluso un
romance con una chica vietnamita (que es asesinada por soldados del Vietcong hacia el
final de la película, lo que hace arder todavía más la llama de la venganza dentro de
Rambo).
El film fue un rotundo éxito de taquilla, solamente superada en ese mismo año por Regreso
al futuro (Robert Zemeckis, 1985), si bien no tanto de crítica. Rambo conectó de nuevo con
el sentir de la sociedad estadounidense y con su presidente, Ronald Reagan. No en vano,
Reagan elogió a Stallone por ser la personificación del ejército de Estados Unidos, llegando
a afirmar que “tras ver Rambo anoche, ya sé lo que haré la próxima vez”, tras anunciar la
liberación de 39 rehenes estadounidenses en Beirut. Es decir: los conflictos se solucionan
mejor y más rápido por la fuerza y por la vía militar.
Continuando con la línea de este cine de venganza, algo menos de un año después se
estrena Delta Force (Menahem Golan, 1986). En esta película realidad, ficción y pirotecnia se
entrelazan sin ningún pudor bajo la imponente presencia física de Chuck Norris. La acción
comienza en el año 1980, momento en el que la Operación Garra de Águila, que tenía
como objetivo rescatar a los rehenes de la embajada de Teherán, resulta un fracaso.
En medio del caos y de la evacuación del equipo de Delta Force que estaba desarrollando la
operación, el Capitán Scott McCoy (Chuck Norris), desobedeciendo órdenes, rescata a su
compañero Peterson (William Wallace) del helicóptero en el que se encontraba, a punto de
saltar por los aires. McCoy, poco después, se retira de los Delta Force mostrando su
disgusto por los políticos y la jerarquía militar que forzó esa misión, dados los riesgos
implícitos en ella (poco sutil crítica a la administración Carter).
Cuatro años después, el ahora Mayor Mc Coy es requerido por el Coronel Nick Alexander
(Lee Marvin) para intervenir en el rescate de un avión secuestrado. La película está vagamente inspirada en el rescate de los 39 rehenes de Beirut del que hemos hablado en
párrafos anteriores. Si el avión secuestrado en los sucesos reales pertenecía a Trans World
Airlines (TWA por sus siglas), en la película la aerolínea recibe el nombre de ATW. Un
anagrama de lo más sutil.
¿Peli basada en hechos reales? Check. ¿Chuck Norris en una moto con cohetes? Check. |
La revista Variety afirmaba lo siguiente de la película de Menahem Golan: “dirigida con el
acelerador bien abierto, sienta sus raíces firmemente en nuestra historia reciente, luego
procede a reescribirla bruscamente, convirtiéndose a sí misma en un ejercicio de
satisfacción para aquellos que prefieren el uso de la fuerza frente a la diplomacia”.
Delta Force va un paso más allá en la sintonía con Reagan. Si bien Rambo II está ambientada
en un campo de prisioneros ficticio, Delta Force se permite abrir con un dardo envenenado a
la administración Carter, para a posteriori celebrar el uso de la fuerza para resolver una
crisis que sucedió poco menos de un año antes de que se estrenara la película. El tono de
docudrama, en algunos casos similar a lo que vimos en Boinas Verdes de John Wayne,
subraya su labor cercana a la propaganda.
En este contexto debemos situar también Águila de Acero (Sidney J. Furie, 1986) película
que fue estrenada el mismo año de la intervención militar en Libia, tristemente célebre por
la crudeza de los ataques de la Fuerza Aérea norteamericana. Doug Masters (Jason
Gedrick), piloto civil, quiere seguir los pasos del legendario piloto de caza Ted Masters
(Tim Thomerson), coronel de la Fuerza Aérea de Estados Unidos y que resulta ser también
el padre de Doug.
Doug es rechazado por la academia de la Fuerza Aérea, pero todo cambia cuando su padre
es derribado en el estado árabe ficticio de Bilia (sí, otro sutil anagrama, en este caso de
Libia). El coronel Charles “Chappy” Sinclair (Louis Gosset Jr.) está reuniendo un equipo
de élite con el fin de organizar una misión de rescate para el coronel Masters, y decide
confiar en Doug.
El resentimiento hacia Carter sigue vigente.
No obstante, la película está interpretada en
clave de drama familiar, con Doug revelándose como un vástago digno de su apellido.
Ciertamente, Doug pilota mejor cuando está escuchando rock & roll, de modo que la
película regala algunas secuencias de combates aéreos con música rock de fondo. Aunque el mensaje de la película es claro, y su tono continúa cerca de lo propagandístico, Águila de
Acero no resultó tan convincente como su homóloga protagonizada por Tom Cruise ese
mismo año, de la que hablaremos en la siguiente entrada. I feel the need, the need for speed...
REFERENCIAS
Memba, J. (2008). Historia del cine universal Madrid: T & B Editores
Bernadelli, J. (2009) First Blood (United States, 1982). Reelviews, 10 de marzo. Disponible aquí.
Prieto, C. (2010). Rambo, el brazo armado de Reagan. Diario Público, 13 de agosto.
Disponible aquí
Variety (1985), Review: The Delta Force. 31 de diciembre. Disponible aquí.
jose manuel carnero gonzalez, el rambo de castrelo de miño.....¿primo de jose antonio carnero vazquez?
ResponderEliminar"guardia civil woke del sanchismo"
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