-Había
una vez un hombre invisible que se había cansado que no le vieran. -
¿Y qué hizo el hombre invisible? -Llamó a un monstruo.
Juan
Antonio Bayona se ha convertido en uno de los directores más
taquilleros de nuestro cine, incluso rebasando las fronteras de
nuestro país ya sea para rodar series como Penny Dreadfull
junto a Eva Green, la próxima entrega de Jurasic World junto
a Chris Patt y a Bryce Dallas Howard y la taquillera Lo Imposible
junto a Naomi Watts y Ewan McGregor. Su nombre se ha convertido
en sinónimo de éxito desde su debut con El Orfanato e
incluso cuando previamente rodó el videoclip de Cuando Zarpa el Amor de Camela.
Porque
la vida es caprichosa y en ella puedes grabar a Raphael cantando
Maldito Duende y años después llenar día sí y día también
las salas de cine. El éxito es así, te lleva donde menos te lo
esperas. Pero lo que no hay duda es que Bayona conmovió a todo un
país en Lo Imposible y lo ha vuelto a hacer en Un Monstruo Viene
a Verme.
La
trama no es para menos. Conor es descrito nada más empezar la
película como demasiado mayor para ser un niño pero demasiado joven
para ser un adulto. Él vive junto a su madre, enferma terminal de
cáncer. Siempre tiene la misma pesadilla hasta que un monstruo, un
tejo gigante, se le aparece y le anuncia que le va a contar tres
historias y después él va a contar su verdad, el contenido de esa
pesadilla.
Es
una película no tanto sobre la pérdida sino sobre la soledad que
deja. En muchos casos vemos como las familias se unen ante una
tragedia, pero no es el caso de Conor. Su padre vive al otro lado del
Océano, en los lejanos Estados Unidos, y apenas puede estar unos
días de visita. Además Conor no congenia con su abuela. El niño
pronto solo tiene una esperanza vana, sus dibujos, recuerdos de una
madre sana y un monstruo nocturno para consolarse por las noches.
Finalmente
hay una catarsis, las historias le enseñaran a Conor que no todo es
lo que parece, que hay muchos matices y podrá afrontar con mayor
aplomo ese traumático paso, y sobre todo, perdonar. A los demás, al
mundo, a la vida y a si mismo.
Los
personajes intentan ser complejos y tener varios puntos de vista,
pero en lo práctico no dejan de ser algo simples, dominados por las
pasiones más auténticas y reconocibles de una persona. Las
actuaciones ayudan a dar forma de los personajes. Sin ser algo
extraordinario, consiguen que sus personajes conecten emocionalmente
con el espectador. Lewis MacDougall no está mal para una actuación
infantil, Felicity Jones vuelve a demostrar porque es uno de los
rostros más relevantes dentro del panorama cinematográfico actual
con la mejor actuación del film mientras que Sigourney Weaver
demuestra un gran poso de experiencia actuando. También es reseñable
la voz de Liam Neeson que grabó la voz del monstruo entre rodaje y
rodaje de películas de secuestros.
El
guión se desarrolla bien y se muestra perfecto para lo que se
propone: conmover. Es su principal objetivo y lo consigue. Pocas
veces he visto a tanta gente llorando en la sala de cine. Todo
recurso narrativo va orientado a ello, especialmente durante el
tercer acto. Para muchos resulta excesivo, pero hay que reconocer el
buen hacer de Bayona en este aspecto. La película debe ser fiel a la
novela que la originó, ya que el mismo escritor, Patrick Ness, firma
el guión.
La
dirección combina las técnicas propias de la fantasía con una gran
desarrollo de aspectos técnicos notables que dejan en buen lugar al
monstruo, aunque el diseño sea demasiado similar a Groot de
Guardianes de la Galaxia o a un Ent de El Señor de los
Anillos. Pero si algo es realmente sobresaliente en Un
Monstruo Viene a Verme es su animación. Las dos primeras
historias no solo cuentan lo más interesante del film, sino que nos
ofrece los momentos más bellos e impresionantes de toda la película.
Bayona
ha vuelto a reventar la taquilla española. El público y la
publicidad de Mediaset aúpa Un Monstruo viene a verme, como
paso con Lo Imposible, destacando el lado sentimental. Si te
pasa como a mí, y solo lloras con Bruce Willis y Michael Bay en
Armageddon, te recomiendo ir sobre todo las espectaculares
historias de animación y porque tampoco es tan empalagosa, y también
porque es divertido ver como una persona puede pasar de rodar el
videoclips de OBK a hacer que todo un país llore.
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¿Tengo
que ver esto?: Para los que les
guste llorar y no les avergüence.
¿Cuál
es el mejor momento?: Las escenas de animación.
¿Dónde
debería ver esto?: Con muchos
pañuelos en tu mesilla.
Me
ha gustado, ¿dónde hay más?:
La obra más similar en el sentido sentimental es Lo
Imposible pero
también se ve a Spielberg en su forma narrativa y el uso de la
fantasía, como se puede ver en la reciente Mi
Amigo el Gigante.
Joder.
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