"La selva ya no es un lugar seguro para ti. Sólo los hombres pueden protegerte ahora"
En 1967, Wolfang Reitherman dirigió para Disney la última producción que tito Walt pudo ver antes de estirar la pata. Y lo hizo con elegancia, trayéndonos personajes frescos y carismáticos, canciones extremadamente pegajosas y una historia (basada en el libro homónimo) de la que sacar felices lecciones de vida. Y todo eso sin contar con la presentación de uno de los mejores villanos de toda la factoría, el temible Shere Khan. De modo que, con el paso del tiempo, no le ha costado mucho convertirse en un clásico instantáneo.
Ahora, casi 50 años después, Disney ha cambiado mucho. Tiene muchos más ingresos, ha comprado infinidad de marcas y tiene una crisis de creatividad sonrojante. Maléfica, Alicia y su próxima secuela, Cenicienta o la futura Dumbo (WTF?) son ejemplos de la batería de "remakes" que parece no tener fin, pero que nosotros, gustosos y felices, aceptamos ir a ver al cine aun sabiendo que poco o nada aportarán respecto a las originales, salvo una presunta "profundidad" en los personajes o cambios completamente innecesarios y sin venir a cuento.
En el caso de El libro de la selva, por suerte, todo lo que se podía pulir se ha pulido, y se ha sacado el máximo partido a la historia para hacerla redonda, entrañable y disfrutable. Ya nos impresionaron sus primeros tráilers, así como un reparto envidiable (con nombres como Idris Elba, Giancarlo Esposito, Bill Murray, Ben Kingsley, Christophen Walken, Lupita Nyong'o o Scarlett Johansson), pero preocupaba, como siempre, si el guion y la actuación del joven Neel Sethi estarían a la altura. La respuesta es un sí rotundo a casi todo, porque a pesar de no ser perfecta, la nueva adaptación de las historias de Rudyard Kipling es realmente recomendable para que aquellos que busquen ver algo más que un simple "live-action" sacacuartos.
La historia ya os la sabréis a estas alturas, pero para los despistados, un pequeño recordatorio: Mowgli es un pequeño humano que, tras la muerte de su padre, es encontrado por una pantera, Bagheera (Ben Kingsley), que a su vez lo entrega en adopción a una familia de lobos, que tienen a Akela como líder supremo. La loba Raksha lo cuida junto a su camada de cachorros, hasta que Mowgli empieza a crecer y la convivencia con el resto se hace más difícil debido a sus peculiaridades. Para empeorar las cosas, la llegada del tigre Shere Khan, cuyo odio al hombre es infinito, pondrá a Mowgli en serio peligro, decidiendo que lo más sensato es abandonar a los lobos y quedarse con Bagheera, que lo devolverá a la aldea de los humanos. Pero el camino será duro y los peligros acecharán en cualquier esquina para el joven, aunque también tendrá tiempo de conocer a su gran amigo Baloo (Bill Murray) o interactuar con el salvaje y bizarro clan del rey mono Louie (Christophen Walken).
Los cambios respecto a la original han sido inteligentes respecto a la trama y a los personajes. Bagheera sigue siendo un pozo de sabiduría y de compañerismo cuando las cosas van mal, Baloo es el gran amigo que todos querríamos tener y posee mucha más dignidad que en la película animada... y Mowgli, para mí el principal problema del film de 1967, es un muchacho digno, valiente y con una gran determinación a la hora de enfrentarse a los problemas. Ya no es un criajo malcriado, repelente y al que abandonan cada dos por tres por quejica, sino que confluyen en él un formidable espíritu de nobleza, amistad y superación de obstáculos cuando las cosas se ponen feas. O lo que es lo mismo: Mowgli sabe que sus "habilidades" humanas son una rareza en la selva, pero siempre busca usarlas para sacarle partido a situaciones peliagudas.
Otros secundarios como Kaa (Scarlett tiene que estar celebrando todavía cobrar el cheque que le habrán dado por tener tan poco tiempo en pantalla), Louie o la camada de lobos (donde el papel de Raksha es aquí muchísimo más valorado) cumplen con creces, mostrando sus peculiaridades y dándolo todo en pantalla. En lo referente a Shere Khan, es un villano más complejo, alejado del prototipo de Disney de bicho chungo y aterrador because patata. El tigre tiene razones de peso para perseguir a los humanos (simples, pero contundentes) y a la vez se muestra como un ser cruel, alejado de todo tipo de formalismos, buscando hacer siempre el máximo daño posible e imponiendo su brutal y despiadado método todo el que se interponga en su camino.
La historia es entretenida, con un ritmo muy dinámico que hace que se nos pase volando. Mowgli tiene tiempo suficiente como para desarrollar su personalidad en muchos aspectos, aunque a veces la trama parece ir algo apresurada. Un ejemplo es ver cómo Baloo se encariña con el chico en apenas tres o cuatro escenas, con la canción correspondiente entre medias para crear un "vínculo" que no parece ser tan real como el que tiene con Bagheera o los lobos, aunque sigue siendo notable.
Y a este punto quería llegar, por cierto: el musical. No sería muy descabellado decir que ha sido de lo que menos me ha gustado de la película, y por razones evidentes. Es cierto que las canciones siguen siendo tan buenas y tan pegadizas como en su tiempo y que meter los temas más reconocibles de la original (Quiero ser como tú y Busca lo más vital) no es ningún pecado, pero... ya podrían haberse esforzado un poco más, porque los números parecen salir de la nada y sin venir a cuento. Y lo que es peor, no utilizan ningún tipo de coreografía, con un gusto por lo estático bastante raro y poco cuidado si recordamos las míticas versiones de los 60. La adaptación de las letras en castellano, por otro lado, es más que correcta, aunque podría estar mejor.
Para redondear la aventura, el guion utiliza chistes a veces infantiles, pero que funcionan en la mayoría de los casos y son capaces de sacar una sonrisa a cualquier adulto. El clímax de la peli, no obstante y pese a su espectacularidad, también parece ir apresurado en ocasiones, y quiero pensar que el final invita a una futura secuela, lo cual, visto el buen trabajo presentado en esta, me parece una mala idea...
Técnicamente, El libro de la selva es un prodigio técnico descomunal, con escenarios coloridos y detallados y un CGI muy logrado en personajes y entornos. La mezcla de animación y acción real da como resultado un espectáculo al que sólo se le puede sacar el máximo partido en una sala de cine, y el sonido tampoco se queda atrás, con una banda sonora que capta perfectamente el espíritu de la trama, remezclando en algunos momentos melodías clásicas. El doblaje en castellano, por un lado, tiene sabias elecciones en las voces (Bagheera, Mowgli) y otras con bastante menos chicha. No digo que la voz del doblador de Shere Khan sea mala, pero es que Idris Elba es mucho Idris Elba...
Puede decirse, visto lo visto, que no estamos ante un "reboot" más, ni mucho menos. Se nota que el equipo técnico y narrativo de Jon Favreau se lo ha currado mucho para ofrecernos una experiencia que de verdad merece la pena. Con una historia madura y oscura en algunos tramos, grandes personajes y sobresalientes efectos, podríamos estar ante la mejor adaptación "live-action" que Disney ha hecho hasta ahora. Si aún no la has visto, estás a tiempo de revivir tu infancia de forma espectacular, divertida y con la mejor puesta al día.
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LO MEJOR: apartado técnico de ensueño, el joven Neel Sethi, muy buen ritmo narrativo, grandes secundarios, banda sonora...
LO PEOR: a veces parece que la trama se apresura, las canciones parecen estar ahí por obligación y alguna voz poco contundente en el doblaje al castellano.
VALORACIÓN: 8/10. Si Disney quiere que nos tomemos en serio sus "remakes", debería utilizar como espejo esta entretenida y espectacular aventura.
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La voy a seguir tomando con cautela a pesar de todo porque me gusta demasiado la de animación, pero puede que tenga otro ánimo tras vuestra crítica.
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