viernes, 15 de enero de 2016

Bajo la Misma Estrella (2014)


Pasan los años pero no dejamos de hacer críticas. Hoy le damos la bienvenida a 2016 con el cine troll que tanto nos gusta por aquí. Vale, muchos diréis que Bajo la Misma Estrella no cumple ese canon. Que por muchos defectos que tenga no se la puede comparar con The Room o el Especial Navideño de Star Wars. Puede que tengáis razón pero sinceramente me da igual. La Nochebuena consistía en hacerme sufrir y el público ha acertado de pleno. De hecho, prefiero ver El Tuno Negro que una comedia romántica. Si encima esa comedia romántica mezcla cáncer (del de verdad, no el que propaga Yonay Boix) y muchas lágrimas, solo me queda darme cabezazos contra la pared, lamentándome no tener una botella de whisky al lado o una pistola para volarme los sesos.

No he leído a Nicholas Sparks, tampoco a John Green y prefiero un martillazo en los huevos que leerme un libro de Federico Moccia. Si busco literatura sobre mujeres buscando el amor me quedo con Madame Bovary y Anna Karenina. Si nos metemos en el campo del cine, no me gusta ni Love Actually. Así que soy una persona que prefiere escuchar en bucle todas las canciones de las Flos Mariae - ya lo hice una vez – así que quiero cagarme en la estampa de la panda de cabrones que votaron esto. 

La película empieza confesándonos que es más triste que un gol de Ramsey en la Isla de los famosos. Por si fuera poco te lo dice una depresiva (Shailene Woodley) que tiene cáncer de pulmón o al revés. La verdad es que el arranque no es del todo malo, ya que la protagonista tiene razones para estar depresiva. Tiene veinte años y la mitad de su vida se lo ha pasado en quimio para encima seguir en un estado casi terminal. Puede ser algo interesante.

Entonces la nación del fuego atacó con la llegada de Edward Cullen (Ansel Ergort). Bueno, no es él pero se parece. Reúne una amasijo de virtudes como ser joven pero a la vez maduro, deportista, ingenioso, optimista a pesar de que le han amputado una pierna, guapo y además virgen. ¿Qué más puede pedir una chica adolescente o alguien con su mentalidad? Que sin ningún motivo aparente, se fije como solo lo haría un acosador depravado. Pero está bueno así que es adorable. 

No fuma, solo se lo pone en la boca como metáfora. Yo tampoco le vi mucho sentido.

A su favor hay que decir que se lo curra. La invita a su casa, escucha todas sus movidas y hasta lee su libro favorito, que tiene pinta de ser un tostón infumable. Para poder avanzar de base consigue que el escritor, o eso pone en el correo, se ponga en contacto con ellos para que les cuente qué pasó con los personajes que sobrevivieron después de la novela. Como si saber el futuro de los personajes cuando se ha cerrado el telón fuese buena idea. El mundo no está tan ansioso de secuelas – Star Wars aparte - y NADIE quiere una Blade Runner 2, por poner un ejemplo. Afortunadamente, el escritor empieza a trolearles ya que les dice que solo les contestará si van a visitarle a Ámsterdam, donde vive recluido entre porros, alcohol y putas.

Pero Edward Cullen no se rinde. Llega al extremo y regala a la depresiva su deseo de moribundo, que nunca ha gastado ni le va hacer falta porque lleva mucho tiempo sano. Ella no lo tiene porque cometió el pecado de querer ver a Mickey Mouse con 12 años antes de morir. Pero una panda de médicos malvados e insensibles desaconsejan el viaje ya que puede palmarla en cualquier momento y, de hecho, pocos días antes del viaje le da un ataque. Pero su madre (Laura Dern), que está para llorar con nosotros y hacer que una actriz de 25 años parezca algo más adolescente, la lleva al final porque la felicidad no entiende de problemas de salud.

No escribo como Hemingway, pero al menos bebo como él.

Mientras, Edward sigue preparando el plan para salir de la friendzone como si fuese un boina verde. Primero se gasta un fondo solidario destinado a niños moribundos en alquilar una limusina y recoger a su ligue con estilo. Luego nos conmueve demostrándonos que es vulnerable al tener miedo de volar. Ya en una de las ciudades más locas de Europa decide no ir al barrio rojo o a un coffee shop, sino a una cena en un restaurante de lujo con la complicidad de la madre de la depresiva. Finalmente van a visitar al dichoso escritor, que es el personaje que mejor me cae de la película. Interpretado por ni más ni menos que William Dafoe, es sorprendentemente un borracho con muchos traumas que quiere que le dejen en paz de una vez mientras escucha hip hop sueco. Le hacen unas preguntas, muestra que ellos le molestan en su retiro para lograr la paz interior y les dice un par de verdades sobre cómo es la vida en realidad. Aquí es algo capullo pero sinceramente lo prefiero al vitalismo idiota de Cullen. Ellos se sienten ofendidos y hay muchos insultos hacia el pobre Dafoe que les manda a la mierda.

La secretaria de Dafoe fue la instigadora del encuentro a la espalda del escritor. Tras estafar a un par de moribundos y molestar a un pobre diablo que trata de conciliarse consigo mismo, se siente culpable y les lleva a un sitio perfecto para recuperarse de un mal trago. Un Cofee-shop claro. PUES NO. VAN A LA CASA DE ANNA FRANK. PORQUE ES EL MEJOR LUGAR AL QUE IR CUANDO ESTÁS DEPRIMIDO. ¿Podría ser peor? SÍ, SE PODRÍAN LIAR EN UN LUGAR DONDE SE HACE UN HOMENAJE A LAS VÍCTIMAS DE UN GENOCIDIO. Pero nadie en su santo juicio haría eso. Mierda, lo hacen. Seguridad, llévense a estos jóvenes vándalos e irrespetuosos con una tragedia humana que llevo a la tumba – bueno mejor dicho al horno- a millones de personas. ¿PERO POR QUÉ LA GENTE APLAUDE? ESTO ES MÁS OFENSIVO QUE LOS TUITS DE ZAPATA.

Suit up

Y llega el momento donde ambos follan. Edward Cullen ha conseguido mojar pero no todo es felicidad en su vida. Esto es una tragedia que ni Shakespeare. Al día siguiente, el tío le dice a la depresiva que oportunamente se le ha vuelto a detectar el cáncer, que por si fuera poco se ha extendido por el resto de su cuerpo y en apenas unos días la va a palmar. Esto nos lleva a escenas con muchas lágrimas intercaladas con una escena donde un amigo ciego por el cáncer quiere vengarse de la novia que le dejo antes de la operación tirando huevos a su coche. Ella le escribe un discurso fúnebre muy emotivo y se lo lee cuando todavía sigue vivo. Aquí es donde cuando todo el público llora. Bueno, yo no lloro. Solo lloro con Armageddon. En el entierro viene Dafoe para demostrar que tiene sentimientos o algo así y le entrega el epitafio que le escribió él a ella. VOY A VOMITAR.

Es una película terriblemente pretenciosa, artificial y manipuladora. Todo en la película está hecho para provocar las lágrimas del espectador. Sin un solo escrúpulo ya que no dudan de utilizar al propio Holocausto. Es pueril y repugnante. Hay muchas formas de enfocar el tema del cáncer. Ahora mismo estoy escuchando el último disco que publicó David Bowie. Es estremecedor sabiendo que lo compuso mientras era consciente que se le estaba escapando el último aliento de vida. Quiso morir haciendo lo que realmente le llenaba, no un viaje estrambótico a Europa. Cada nota de Blackstar o Lazarus es estremecedora y más de un fan no habrá podido escapar de las lágrimas. Eso sí que es un epitafio y no una sucesión de palabras ñoñas y pretenciosas destinadas a adolescentes que no tienen ni puñetera idea de la muerte.

I'll be free just like a blue bird


Como puntos a favor es que no está mal hecha. A diferencia de otros productos destinados al público adolescente femenino, se ve que se tomaron en serio las cosas. Los personajes están bien dibujados excepto el de Edward, el guión es decente y cumple su propósito por mucho que éste nos parezca deleznable, las actuaciones son potables y la música cumple su papel de conmover. Tiene un par de escenas que no están del todo mal. Pero esta manipulación sobre un tema tan serio y que ha hecho sufrir a tantas familias irrita hasta un ser frío y sin corazón como yo.

Por último quería dedicar unas últimas palabras hacia tres genios que en las últimas semanas han sucumbido al cáncer: Lemmy Kilmister, David Bowie y Alan Rickman. Porque vosotros si que habéis hecho arte.



¿Tengo que ver esto?: No.

¿Cuál es el mejor momento?: Cuando William Dafoe se desata como un escritor amargado.

¿Dónde debería ver esto?: En el espacio con Mayor Tom.

Me ha gustado, ¿dónde hay más?: Prueba con Ciudades de Papel. O a beber lejía. Es el mismo sabor que me ha dejado.

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