domingo, 17 de enero de 2016

La chica danesa (2015)



"Fuimos a tomar un café, y después... lo bése. Y fue algo muy extraño. Fue como besarme a mí misma"



¡Ya tenemos nominaciones para los Oscar de este año! ¿Tendremos una ración de buenos títulos? ¿Habrá sorpresas? ¿Tongos? ¿Conseguirá por fin Di Caprio la ansiada estatuilla? En un mes saldremos de dudas, pero lo cierto es que desde el blog vamos a empezar a analizar desde ya las películas que tendrán protagonismo en la gala.

Una de ellas es este drama del director de El discurso del rey o Los miserables. Teníamos curiosidad por ver qué sería lo próximo del ya asentado Tom Hooper, y lo cierto es que en su último trabajo da un paso atrás en cuanto a dirección y calidad de guion, pero a la vez ofrece unas excelentes interpretaciones y una historia que, sin ser redonda, sí que contiene momentos para recordar.




La chica danesa está basada en la vida del primer transexual que se sometió a una operación de cambio de sexo. Y digo basada porque, como en todo, Hollywood siempre aporta su "granito" a la historia, para bien o para mal, que la separa de los hechos auténticamente reales. La cosa es que en 1926, el matrimonio de pintores formado por Einar (Eddie Redmayne) y Gerda Wegener (Alicia Vikander) sale adelante como puede gracias al éxito del primero, si bien su esposa no ceja en su empeño de conseguir que alguna de sus colecciones agrade a algún museo. Tras ser rechazada por enésima vez, Gerda busca inspiración usando a su marido como modelo, para lo cual este empieza a vestirse como una mujer. Al principio, todo parece un juego divertido y en el que ambos toman un rol de confianza, pero lo cierto es que Einar ha empezado una transformación que ya no podrá pararse: su yo masculino se marchita poco a poco, y el verdadero ser humano que habita en su cuerpo, Lili, no puede esperar más para salir a la luz. 



Así pues, las dos horas de película transcurren en una vorágine de emociones y decisiones realmente valientes y dignas de orgullo, tanto por el tesón de Lili por querer ser ella misma (a pesar de todas las barreras sociales y políticas) como por la inspiradora actitud de Gerda, quien lejos de abandonar a su marido, lo ayuda durante su proceso de cambio y lo apoya en todo lo que haga falta, dándole la maravillosa sensación de vivir una vida plenamente normal y en un ambiente de total y absoluta aceptación de sus circunstancias, pese a que esto rompa completamente el corazón del personaje al que da vida Vikander.

Y lo cierto es que, entrando a valorar el asunto, la cinta funciona y se deja ver bastante bien. El ritmo, como es habitual en Hooper, no es lento en absoluto y hace que no nos perdamos ningún detalle. La historia, a pesar del impacto que produce la transformación de Einar, no ofrece muchos más alicientes, ya que el guion tiene más de un altibajo que le resta puntos. Eso sí, las escenas clave muestran una fuerza maravillosa, y se nos hace un nudo en la garganta ponernos en la situación del matrimonio.



A nivel interpretativo, las nominaciones de Vikander y Redmayne están plenamente justificadas. Leí en su momento varias críticas demoledoras contra la actuación del británico, y lo cierto es que no tienen demasiada justificación. Obviamente, su papel tiende a ser el de un transexual confuso y eso resultar chocante (a veces cayendo en una cierta sobreactuación), pero lo cierto es que el chico está sobresaliente, creíble y destila talento por los cuatro costados. Y más cuando tiene que interpretar a dos personalidades completamente diferentes (Einar y Lili) en un mismo cuerpo. ¿Que no es tan brillante como su trabajo en La teoría del todo? Desde luego, pero que hay que reconocerle también su mérito en esto es algo que está fuera de toda duda. 

En cuanto a Vikander, pues más de lo mismo. Ofrece naturalidad en todas sus escenas, y se muestra notable a la hora de afrontar las difíciles situaciones por las que atraviesa el matrimonio Wegener. Su presencia en la pantalla siempre es tan o más poderosa que la de Redmayne. Los secundarios se muestran más que convincentes y todas las escenas son importantes para entender el desarrollo de los acontecimientos.



El apartado técnico, por otro lado, presume de un espectacular diseño de vestuario y ambientación, así como de una correcta banda sonora que conecta con cada situación. La dirección de Hooper es más modesta y huye de planos memorables (no en vano, estamos ante un mero biopic), pero el británico realiza su trabajo con mano maestra cuando se requiere, especialmente en algunas escenas realmente duras.

Lo más criticable que le encuentro a La chica danesa es precisamente su tono extremadamente ñoño y cursi cuando se requiere. Vale que lo que hizo Gerda fue un gran acto de amor y compasión, pero lo cierto es que algunas escenas huyen de la naturalidad y nos ponen frente a un toque demasiado optimista de una situación, a todas luces, que pocos podrían aguantar (cosa que también pasa, por poner un ejemplo, en La teoría del todo). Otra cosa es que la protagonista real de la historia lo hiciese, pero un tono más reivindicativo del personaje de Vikander y una menor retahíla de diálogos empalagosos habría convertido esto en un trabajo a tener verdaderamente en cuenta.



Más allá de sus fallos, la cinta no dejará indiferente a nadie, se ofrece como un buen vehículo en cuanto a reivindicaciones por parte de colectivos gays y transexuales y plasma, con sus más y sus menos, la difícil situación que muchas personas tienen que afrontar al no reconocerse en su propio cuerpo. Entiendo que pueda tener sus detractores, pero no es, ni mucho menos, una película del montón. Destaca a su manera y nos deleita con algún que otro momento de grandeza. Recomendable, que no memorable.

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LO MEJOR: excelentes interpretaciones y ambientación, gran trabajo en el vestuario, buena banda sonora y especial intensidad en ciertas escenas.

LO PEOR: su tono a veces roza la cursilería y el "buenismo" ante un situaciones nada fáciles de lidiar. El guion no es nada destacable.

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VALORACIÓN: 7,25/10. Como La teoría del todo el año pasado, La chica danesa pasará desapercibida entre los títulos de los Oscar que realmente valdrán la pena, pero eso no desmerece el buen trabajo de Hooper en el biopic hollywoodiense de todos los años.

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