“Sometimes we must fight in order to be free”
Como
seguro que no sorprende a estas alturas a nadie, entre mis aficiones asín
hipsterianas está la de los documentales. No solo los de la 2 para echar la
siesta y que hacen que Tom Wilkinson se empalme en Full Monty, no: me gustan los documentales asín en general, y los
de temática musical en particular. No he ocultado mi predilección nunca por
obras como el Francisco Sánchez… Paco de
Lucía, o aquel fabuloso 20.000 Days
on Earth de Nick Cave que para mí estuvo en un top 5 de los estrenos en España en 2014.
Siguiendo
esa línea, y dado mi también archiconocido cariño por 30 Seconds To Mars, no
resultará un misterio el amor que me ha despertado Artifact, el documental sobre la banda dirigido por el propio Jared
Leto (como Bartholomew Cubbins) que vió la luz hará tres años. Si acaso
sorprende algo será mi tardanza en haberlo visionado.
Es un
amor este que sitúa la obra entre mis documentales favoritos de temática
musical. No ya por la predilección natural que sentía hacia él, sino sobre todo
por el buen ritmo con que se desarrolla y su capacidad para incidir en diversas
temáticas muy diferentes pero interconectadas, que se plantean al espectador
con total naturalidad.
Y es
que la historia tras el documental es fascinante. Ya existía la idea, y se
estaba rodando material para ello, de grabar un making of del disco This Is War. Fue entonces cuando 30
Seconds To Mars decidió abandonar EMI porque no les hacía mucha gracia el trato
recibido: la decisión de EMI fue tan simple como demandarles por 30 millones de
dólares. Y de ahí para arriba todo. No desgrano detalles porque es más
interesante verlos en la cinta.
La
historia, aunque obviamente esté de parte de la banda californiana en todo
momento, no deja de plantear los problemas a que se enfrenta la industria
musical en general. Peca de mostrar solo el punto de vista de uno de los lados
afectados, sí, pero siendo sinceros… son el lado más afectado. EMI no perdía un
duro con el tema ni arriesgaba su carrera, ergo tampoco es que pierdan mucho
por no haber aparecido en pantalla.
Como
digo, y a pesar de centrarse en la historia de la demanda a 30 Seconds To Mars,
la película no comete el error de quedarse ahí, y va más allá. El documental se
nutre de entrevistas de distintos implicados en la industria, que dejan
bastante claro cómo, en general, tras las ventas de un disco, por millonarias
que sean, las bandas terminan debiendo dinero a las discográficas; cómo solo
pueden ganar dinero con merchandising o conciertos (de los que ya las casas
intentan sacar tajada también); y cómo a menudo toca tragarse el orgullo o la
lucha por un mercado más justo, en contratos abusivos, para que tu música
llegue a la gente.
Esas
entrevistas que van poniendo cara al problema son uno de los platos más fuertes
que ofrece la película. Al menos para mí: no es ya ver a ejecutivos de
discográficas o psicólogos que traten el tema, sino que por allí desfilan
Chester Bennington, Serj Tankian o Amanda Palmer, que son así como ídolos en mi
vida, sin despeinarse. Amén de los integrantes del grupo, claro. Y da gusto.
El
otro gran condimento no puede olvidarse, y tiene que ver con aquello que
originara la idea del documental. Aunque se estructura en torno a la demanda
(van apareciendo los días, contando el 1 como el día de la demanda, de manera
siniestra) y el litigio legal, se adereza todo con las sesiones de grabación
del disco, y con la música de este.
Así,
al cabo el resultado final es una suerte de retrato de la historia de la
formación del grupo, o de la infancia de Shannon y Jared Leto hasta llegar ahí;
del proceso de grabación de un disco que vendió copias a puñados demasiado
incontables; o de cómo la industria puede aplastar o ahogar a los artistas que
no se conformen con ello. Y la amalgama funciona a la perfección.
Para
todo lo demás, Master Card.
No, en
serio, es un documental fabuloso. Altamente recomendado. Incluso para quien no
sea fan de la música de estos jovenzuelos. Uno de los documentales más interesantes, incisivos y completos que exploren los entresijos tras el éxito de una banda de rock.
Allez-y,
mes ami!
Buenos
días, y buena suerte.
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¿Tengo que ver esto?: reitero
que sí, con fuerza.
¿Cuál es el mejor momento?: las escenas de grabación de las canciones, y ver cómo
desarrollan el proceso creativo, son geniales.
¿Dónde debería ver esto?: en
Nueva York, que Jared dice que le pone.
Me ha gustado, ¿dónde hay más?: pues reitero los dos recomendados más arriba, aunque estén
ambos muy centrados en la figura que hay tras las leyendas: por un lado el Francisco Sánchez… Paco de Lucía, y por
otro, el 20.000 días en la tierra que
nos muestra lo loco que está Nick Cave.
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P.D: el uso de "City of Angels" en el tráiler... ¿qué? ¿Por qué, vamoh a veh?
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