jueves, 13 de noviembre de 2014

Perfect Blue (1996)


-¿Qué quién soy? Soy un ídolo. No es necesario que existan dos Mimas.
-¡Yo soy la verdadera!

No soy un ferviente admirador del anime, y por ello me da algo de reparo criticar una película de ese estilo, sobre todo cuando colaboro en un blog donde escriben Pablo y Jorge que han sido quienes me han forzado a ver este tipo de películas, con mayor o menor acierto, pero dejando que ellos fuesen quienes escribiesen y sobre ellas. Sin embargo, me veo obligado a publicar la reseña de una película que me ha atrapado por completo y sin riesgo a exagerar, es una de las películas que más he disfrutado.

El ejecutor es Satoshi Kon, que tuvo una corta pero intensa y brillante carrera antes de que un cáncer de estomago se lo llevase por delante. Perfect Blue fue su debut en solitario, al que le seguirían obras como Millenium Actress, Paprika o Tokyo Goodfathers, consideradas por muchos obras maestras.


Una cantante ídolo juvenil, Mima, decide dar un paso adelante y convertirse en actriz.  Minetras se enfrenta a una nueva realidad nada fácil, una serie de asesinatos se da a su alrededor mientras en internet su identidad es usurpada. Todo acaba con una sucesión de paranoias y locuras en la que ella, y el espectador, no sabe que demonios pasa o si lo que ve es real o no. La confusión en la que vive al personaje protagonista se traslada a nosotros, que se nos vemos arrollados por el tornado en el que se ha convertido la mente de Mima.
I'm your dream, make you real. I'm your eyes when you mest steal. I'm your pain rhen you can't feel. Sad but true.

La clave de todo es el increíble montaje en el que el director consigue volvernos locos. No es una película fácil para los que estamos frente a la pantalla, con momentos absolutamente delirantes. Especialmente en el último tercio, la realidad y su reflejo luch entre sí. A Satoshi Kon le encanta jugar así con nosotros de una forma que bien que aprendió Christopher Nolan para hacer Origen, especialmente con Paprika.

Nolan no fue el único que se quedo prendado de este autor nipon en Hollywood. Darren Aronofsky copió para Réquiem por un sueño una escena de Perfect Blue. Incluso llegó a comprar sus derechos con la intención de rodar un remake, idea que evolucionó hasta convertirse en Cisne Negro.

Porque rajarse las venas de la muñeca es muy mainstream.

Los personajes están bien construidos y consiguen tener varias caras distintas que cambian sin parar. Por ejemplo, en un momento aparece una Mima asustada que se arrepiente de ser actriz para después dar paso a otra Mima valiente dispuesta a hacer lo que sea para lograr su sueño. Esto, que se puede ver como algo incoherente, es un acierto, ya que las personas somos sobre todo miedos e inseguridades que nos convierten en seres incoherentes dispuestos a traicionarse a si mismos. Además pasar de ser una niña a una mujer es un paso que puede ser traumático.

En conclusión, seas aficionado al anime o no, es una película obligatoria de ver. A pesar de su brevedad, apenas 80 minutos de metraje, te sumerge en la mente de una chica frágil que busca su lugar en un mundo difícil, hostil y nada amable. Alguien que ve que para seguir progresando como persona tiene que sacrificarse y dejar de ser una niña inocente para madurar y poder enfrentarse a la oscuridad que rodea a este macabro mundo.

Lo mejor: La increíble locura que consume al espectador.
Lo peor: Es fácil perderse en la locura que es la película.
Nota: 8'75

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