Si sangra, podemos matarlo
Cualquiera puede ponerse unas gafas de
pasta, ver una película iraní y salir diciendo que Estados Unidos
destruyo el cine. Pero un verdadero cinéfilo sabe cuando sacar
palomitas y ver a Arnold – o a Stallone, Van Damme o a cualquiera que
haya salido en la saga de Los Mercenarios - dando
hostias como panes. El trasfondo de la pelea puede ser diverso pero no nos
interesa mucho. Como si deciden copiar al Hamlet de Shakespeare.
Los ochenta fueron así. Mucha
testosterona, mucho sudor y muchas balas. Y hoy escribo sobre una de las películas de
acción que más sobresalieron. De hecho, se convirtió en una saga. Pero
esta vez el protagonista no sería Arnold. No, sería un
extraterrestre venido de otro planeta para ser adorado como dios de la
guerra y de la cacería. Si, hablamos de Predator.
El nombre de Predator figura en el
titulo pero no lo nombran así en la película. Lo más parecido a
una conversación que tiene Arnold con él es "¿qué eres hijo de
satanás?" o "eres toda una belleza" Y la verdad es que parece al mismo demonio. Una criatura
armada hasta los dientes con armas blancas y a
distancia, armadura, una gran fuerza física y su sistema de
camuflaje que le hace indetectable en la selva. De hecho ese secretismo
es una de sus señas porque lo que más miedo da es un mostruo que no
podemos ver pero deja cadáveres despellejados por su camino.
Arnold y su cuadrilla son hombres
sacados de lo más profundo de los ochenta. Entre ellos está Shane Black quien ha sido guionista y director de muchas películas de cción de los ochenta y de Iron Man 3 y va a ser el encargado de la próxima entraga de Predator. Están
mazados, están pirados y tienen una ametralladora a la que han
bautizado y todo. Además les guía una especie de Rambo. Lo tienen todo.
Pero no pueden evitar ser víctimas. Una a uno se enfrentan contra el mayor monstruo que ha visto el hombre hasta que despegue la nave Nostromo. ¿Podrán al final abatirlo Arnold y compañía?
El director es un experto de esto. John
McTiernan rodó la mítica Jungla de Cristal. Como ya
demostró en el film de Bruce Willis sabe crear a dos tíos
antagónicos dispuestos a partirse la cara hasta la muerte. Todo
rodeado de una atmósfera asfixiante y frases dilapidarias que da un
subidón de testosterona hasta al más relajado y pacífico de los
seres vivos.
La jungla es otro personaje. Opresiva,
húmeda, repleta de peligros. Es tan salvaje e indomnita como el
mismo Predator. Se puede decir que ambos son el mismo
personaje. La banda sonora cumple con
creces su papel.
Las actuaciones son perfectas para lo
que se requiere: poner cara de badass y disparar metralla a discreción. Todos
están en su punto pero no como Arnold Schwarzenegger que está en su
salsa. Este hombre no es capaz de mostrar sentimientos pero si
necesitas enfrentarte a un monstruo, es tu jodido
hombre.
Así que prepara tu fusil y tus
pantalones militares y sonrie mientras se retuerce tu amigo
gafapastas. Sonrie porque cuando te haga un pedante speech de por qué
las películas de acción están sobrevaloradas, está cavando su
propia tumba. Y tu eres el jodido predator que va a acabar con él.
Hazlo por Arnold.
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¿Tengo
que ver esto?: Si te va la
adrenalina, sí.
¿Cuál
es el mejor momento?: Arnold contra Predator
¿Dónde
debería ver esto?: En la selva
mientras cubres tu cuerpo de barro.
Me
ha gustado, ¿dónde hay más?: No hace falta que sigas con las secuelas de Predator aunque me gustó la última. Mejor Die Hard o
Demolition Man.
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