miércoles, 20 de junio de 2012
Un día de furia (1993)
"¿Yo soy el malo?"
En 1997, Joel Schumacher tuvo éxito en algo que gente tan capaz como el Joker, Harvey Dent o Bane fracasaron: consiguió matar a Batman. Lógicamente, no le mató del todo, porque vino un tal Christopher Nolan y lo resucitó, pero cuando salió "Batman y Robin", la crítica no estaba preparada para tomas y tomas de los pezones del caballero oscuro.
La carrera de Schumacher está compuesta de eso: pocas películas buenas ("El cliente", "Última llamada", unas cuantas regulares ("Verónica Guerin", "St. Elmo's Fire") y bastantes tumores malignos ("El número 23", "9 días" o la propia "Batman y Robin"). La pregunta es: ¿dónde queda "Un día de furia"?
Antes de responder, obviamente, conviene mirar un poco a la película. Tenemos a un ciudadano anónimo (yo no he visto su nombre hasta el final de la película, casi) al que contemplamos en el momento en que se le rompen los circuitos: durante un horroroso atasco, decide bajarse del coche y largarse a casa andando, y no va a dejar que nada se interponga en su camino.
El problema es que realmente no va a casa: donde quiere ir es a la casa de su ex-mujer (que le ha puesto una orden de alejamiento, pero sólo por ponerse plasta), a ver a su hija por su cumpleaños.
Lleva años soportando una sociedad corrompida, y decide que eso tampoco va a ser un obstáculo. En una mañana destroza el local de un coreano por tener precios altos (y no darle cambio), se ve envuelto en un tiroteo con una banda latina, arma un escándalo en una hamburguesería y destroza con una metralleta una cabina telefónica, entre otras cosas.
En lo que tienen éxito Schumacher y Michael Douglas, en el personaje de lunático que ha tenido suficiente, es en que el público se siente inevitablemente identificado con William, que así se llama. Es evidente que es el malo (al fin y al cabo amenaza a su esposa con que va a ir a su casa, con frases como "¿Sabes que en algunos países de Sudamérica es legal matar a tu esposa si te insulta?"), pero se nos muestra en situaciones cotidianas que conocemos bien, y al fin y al cabo él no tiene la intención de hacer daño a nadie siempre que no se pongan en su camino. Por lo menos al principio.
Por otro lado tenemos a sargento Prendergast, interpretado por el siempre fantástico Robert Duvall, que está en el último día de trabajo en la policía, de camino a una jubilación aburrida en Arizona. Sin embargo, nunca ha pintado nada en el departamento, así que atrapar a un loco que anda suelto disparando sin ton ni son puede ser su última oportunidad para obtener el respeto de sus colegas.
La interpretación de Douglas es sensacional: podría haberme quedado horas y horas viéndole ir de puerta en puerta, poniendo al descubierto la hipocresía de todo ciudadano de Los Angeles antes de meterle un tiro en la frente. Su personaje es maravilloso, complejo, un... ¿héroe? Posiblemente igual de héroe que Travis Bickle.
Y le vemos intentando que la gente se levante y ponga freno a todo, como en la escena de la hamburguesería (brutal), preguntando a los clientes si creían que era decente que en la foto se enseñara una hamburguesa jugosa y enorme mientras que se vendía una basura de dos centímetros de grosor. La película le pertenece por completo.
El trabajo de Schumacher es colosal: no se me ocurriría sacarle un pero al film. Totalmente fantástica, en general.
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LO MEJOR: Bill paseando por la ciudad, básicamente durante toda la primera hora de la película. Eso y... "fuck you, captain Yardley, fuck you very much". Muy bien, señor Duvall, muy muy bien.
LO PEOR: El hecho de que simpatice con el protagonista puede significar que soy un psicópata en potencia. Eso y la mujer de Prendergast, es insufrible.
NOTA: 9,5/10.
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TRÁILER
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"Arma un escándalo en una hamburguesería"... Creo que es una forma muy suave de decirlo xD
ResponderEliminarPor otra parte, coincido con todo. Y añado, como ya te dije el otro día, que gana puntos por inspirar un videoclip de los Foo Fighters xD
Yo la vi otra vez hace dos semanas, así que la tengo fresca.
ResponderEliminarY también coincido con todo... menos con el ancho de la hamburguesa. Como mucho llegaría a un tercio de centímetro. XD
Vaya, gracias a ambos xD. Y sí, está claro que la hamburguesa es ridículamente pequeña xD
ResponderEliminarLa tengo muchas ganas desde que vi el vídeo de los Foo Fighters. De ahí las ganas han ido aumentando.
ResponderEliminarBuena crítica. Cuando la veo ya diré mi opinión.