Mostrando entradas con la etiqueta A24. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta A24. Mostrar todas las entradas

viernes, 21 de julio de 2023

American Honey (2016)

 

Yo cuando escojo pelis para ver yo sólo las saco al azar de una lista, lista que ha dado en proveerme con ya dos cintas maratonianas con presencia inevitable de imbéciles con un presunto historial delictivo para con artistas pop geniales; primero Lars von Trier y su (a regañadientes) admitiré que muy meritoria Dogville y ahora el tonto'l higo de Shia LaBoeuf, que coprotagoniza este American Honey, del que conozco poco ahora (antes de verlo), pero que apunta a una especie de Miedo y asco en Las Vegas solo que pasado por un filtro a lo Harmony Korine que me da un poco de repelús así de entrada. Pero fiémonos de la directora, Andrea Arnold, que tiene un fantástico repertorio de películas (Fish Tank) y series (la segunda temporada de Big Little Lies) que a decir verdad no he visto. Más confianza aún, si queremos, podemos depositar en la ya casi legendaria productora A24 (aunque por aquel entonces sobre todo distribuidora... justo unas semanas después saldría a cines su primera producción, una tal Moonlight), que ya apuntaba a garantía de éxito con lanzamientos recientes: Ex Machina, La habitación, La bruja, Enemy, Under the Skin... Poca broma con estos.

De American Honey han dicho de todo: "picaresca millennial" (lo que yo quería, el Lazarillo de Tormes con los Airpods), "road movie sin mapa", "gloriosa parranda de mezcal", o "historia racista que romantiza el abuso y las microagresiones" (oh boy). Pero no hagáis caso a necedades, también conocidas como las opiniones de cualquiera que no sea yo. Sé lo que pide la gente: una narración de las mías.

sábado, 20 de mayo de 2023

Moonlight (2016)

Cuando Todo a la vez en todas partes empezó a sonar como una seria candidata a llevarse premios de renombre, elegí no ilusionarme. No porque crea que estos galardones sean totalmente irrelevantes, que un poco sí, si no porque Hollywood ya me había dado la espalda antes. Primero, mi obsesión por Boyhood se vio recompensada con una traición, al elegirse Birdman como la mejor cinta de ese año (en retrospectiva, una decisión más que aceptable). Pero la gota colmó el vaso un par de años después, cuando, tras haberse leído su nombre después de las palabras "and the Oscar goes to...", el equipo de La La Land, peli que me encandiló como pocas, se fue sin la recompensa final, optando la Academia en su lugar por... Moonlight. Una película que, siete años después, no había visto, pero que ando más que predispuesto a aborrecer por vendettas inanes. 

Del autor Barry Jenkins sí que he tenido el placer de degustar El blues de Beale Street, una historia sobre un romance asediado por el racismo institucional que se desarrolla a la velocidad de la manteca. Está fantásticamente filmada y dirigida, con una fotografía sensacional, pero el ritmo es tan glacial que hay que estar un poquito mentalizado antes de verla. Por lo que sé, la temática de Moonlight no se desvía en demasía de esto, aunque añade el ingrediente LGBT a la ecuación, y a Mahershala Ali, que siempre se agradece.