martes, 27 de marzo de 2018

I, Tonya (2017)


A Nancy le golpearon una vez y todo el mundo perdió la cabeza. A mí me golpeaban todo el tiempo.

La historia del deporte incluye numerosos ejemplos de superación, relatos de decadencia deportiva, narraciones de caídas en desgracia y también de injusticia social que sufrieron los hombres y mujeres que competían. La vida de Tonya Harding incluye todas y cada una de ellas. La patinadora salida de los suburbios de Portland, pobre, con una vida que la empujaba a ser basura blanca y con un talento único para patinar. Ese don que una madre decidió explotar a conciencia con crueldad para que diese lo mejor de sí. Tampoco mejoró estar casada con un hombrecillo acomplejado y maltratador. Aún así, se convirtió en la primera mujer estadounidense que consiguió el triple axel. Sin embargo, nadie recuerda eso, ya que Tonya es famosa por la agresión de un matón a su rival Nancy Kerringan antes de los Juegos Olímpicos de Invierno.

Con todos estos ingredientes alguien tenía que sacar una película sobre ella. I, Tonya humaniza a una de las grandes villanas del deporte estadounidense, presa de su situación, personal y de unos imbéciles con ínfulas de espías que acabaron con su carrera. Aunque esto es una película y no un juicio o la realidad, posiblemente su imagen pública mejore en esta película, y quien sabe, puede que realmente se aproximen a la verdad (se han inspirado en las entrevistas reales a los protagonistas, por muy surrealistas que sean).


La historia ha señalado a Tonya como la gran villana. Como ella misma dice en la película: América. Ellos necesitan a alguien para amar, ellos necesitan a alguien para odiar. Ella fue la gran perjudicada ya que finalmente no pudo volver a competir tras el veredicto del juicio sobre la agresión. Su última actuación fue un decepcionante y mediático (una de las mayores audiencias en la historia del deporte estadounidense) octavo puesto en los Juegos tras superarla por completo la presión. La película decide tener una estructura de documental, simulando entrevistas a sus protagonistas – como he dicho muchas de ellas sacadas de la realidad, por mucho que nos sorprenda – y todos los pasos de la patinadora son comentados por ella misma, su madre, su esposo, el amigo tarado del esposo y periodistas.

Ya se puede decir que es una de las grandes actrices de su generación

La película no duda en ensalzar sus logros deportivos tanto con escenas de gran factura de sus momentos patinando o de como consiguió el triple axel, pero como la misma Tonya reconoce en la película, hemos ido a ver a su situación personal que tanto la marcó como la relación con una madre explotadora y abusadora totalmente carente de cariño hacia ella mientras la agrede de todas formas posibles para sacar lo mejor de ella en la pista de patinaje (muy al estilo de Whiplash). Totalmente desastrosa en todo lo que estaba fuera de la pista de patinaje, se casó con el primer hombre que le dio algo que pudo entender como cariño, en lo que fue una una relación tóxica marcada por las peleas y los malos tratos. Como ella misma dice al final, se convirtió en boxeadora – sí, su vida dio para mucho – y la razón fue: ¿Por qué no? La violencia era todo lo que yo conocía.

Por si fuera poco, dentro de las pistas también sufría desprecios ya que no pudo huir de la despiadada mirada de los jueces que la despreciaban por ser pobre, por ser basura blanca. Como bien le dice un juez, no es la imagen familiar que quieren dar al país. Se la rechaza por su actuación rebelde, por usar a ZZ Top como música mientras patina y por protestar airadamente cuando es discriminada aunque evidentemente es la mejor. Tonya ve como su carrera queda empañada por el racismo clasista y ni siquiera cuando trata de enmendarse es capaz de sacarse ese estigma.

Llevar a un personaje al matrato para dar lo mejor de sí es sinónimo de Oscar como prueba ella y J.K. Simmons

Y todavía no he hablado del incidente. Como concluye Tonya: todo el mundo tiene su verdad y la vida solo hace lo que ella quiere. ¿Qué pasó exactamente? Según la película una sucesión de chapuzas protagonizados por mentecatos empezando por su marido, un amigo que confesó en su momento en televisión trabajar de espía a pesar de que la periodista negaba el dato una y otra vez y unos matones a los que vino grande todo. ¿Y quién fue la gran perjudicada? Tonya que vio como su sueño se desvanecía con todo el mundo señalándola. Por lo menos hasta ahora.

I, Tonya no tiene a un director prestigioso pero sí a uno que hace muy bien su trabajo. Craig Gillespie sabe contar la historia con un montaje espléndido de gran ritmo y dinamismo y sin entrar en un caos narrativo entre los personajes del presente y del pasado, realizando un film entretenido pero que no se queda en la anécdota, aderezado con humor negro y un excelente trabajo sustentado por un guión avispado. Las escenas de patinaje son realmente épicas y el drama es protagonista en su mayor parte de la película.

La Academia siempre ve con buenos ojos a los actores que son capaces de transformarse.
 
La mayor responsable de que la película funcione es Margot Robbie, que realiza una actuación espléndida. Robbie hace un trabajo excelente en todas las facetas de su personaje tanto en los momentos cómicos como en los violentos o dramáticos. Su escena en los juzgados es desgarradora y obtiene una nominación realmente merecida. Además demuestra una gran química con el resto de intérpretes como Sebastian Stan (el marido) o Allison Janney, que hace otro gran papelón como la madre de Tonya que le dio la estatuilla dorada.

Por supuesto no me quiero olvidar del otro gran personaje de la película: el guardaespaldas gordo amigo del marido que se creía de verdad un espía antiterrorista y que por su propia voluntad organizó todo el incidente al que da vida de forma extraordinaria Paul Walter Hauser. Porque a veces en la realidad está la peor y más surrealistas de las locuras. 

I, Tonya es un drama deportivo realmente sobresaliente, con una historia que explora en su totalidad una de sus figuras más controvertidas de su historia y nos da una nueva perspectiva suya y de todos los villanos deportivos a los que no dudamos de condenar en Twitter mientras la prensa, ávida de carroña, les rodea para sacar la mejor foto aunque tengan que hacer juego sucio. A veces nos olvidamos que detrás hay vidas y que es mejor que la masa se calle por una vez de vez en cuando.

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¿Tengo que ver esto?: Sí.

¿Cuál es el mejor momento?: Las escenas de patinaje y la escena de los juzgados.

¿Dónde debería ver esto?: En una pista de patinaje con heavy metal de fondo.

Me ha gustado, ¿dónde hay más?: Los villanos deportivos tienen las mejores películas como Toro Salvaje de Scorsese sobre Jake La Motta. Veo ciertas similitudes con Tres Anuncios en las Afueras.

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