-No es fácil para mí
reconocer que he estado estancado en el mismo lugar durante dieciocho
años.
-Bueno, ¡Yo he
estado contigo! ¡Te he dado dieciochos años de mi vida para estar
en el mismo lugar que tú!
Todos tenemos en mente a
Denzel Washington como actor pero en su última película no solo es
el protagonista delante de las cámaras sino también detrás de
ellas. Washington se ha asegurado su papel en la ceremonia con una
nominación que le permitió estar en primera fila y oficiar una boda
cuando unos turistas se colaron en la ceremonia.
Washington
ha decidido que su tercera película – su anterior trabajo como
director es de hace diez años si no contamos un episodio de Anatomía
de Grey – sea Fences, la adaptación de una obra teatral ganadora del
Pulitzer. La verdad es que no se complica en la tarea de la dirección
y se centra en que todo gire sobre él mismo actuando con el resto
del reparto orbitando en torno a él.
La
trama se centra en los años cincuenta donde un afroamericano padre
de familia llamado Troy Maxson intenta cuidar de su familia. Eso si,
a su manera autoritaria de firmes principios que luego quebranta y
demostrando ser un cabronazo con los que le rodean. Pero es un
personaje que va más de eso, ya que encarna la desilusión tras
soportar toda una vida llena de racismo que le he impedido seguir
progresando con su vida.
El
tema central es un retrato del ser humano que entra en la edad madura
totalmente desilusionado y cabreado con el mundo. Desprecia a su hijo
mayor por ser músico y no ganar dinero de verdad, prohíbe a su hijo
seguir su prometedora carrera deportiva porque él fue rechazado en
las grandes ligas de beisbol por ser negro – o eso dice él - y a
pesar de proclamar que su esposa es lo mejor que le ha pasado en su
vida, le provoca un gran sufrimiento.
Más
que una película, es una obra de teatro filmada. La adaptación es
casi literal y los cambios parecen ser casi nimios. Washington no se
complica la vida y no sale de la casa familiar. Lo más complejo de
grabar es la escena inicial de Troy hablando con su compañero de
trabajo detrás del camión de basura. El resto de su trabajo se
limita en seguir a Denzel Washington con la cámara.
August
Wilson es el autor de la obra teatral original y el encargado del
guión. Lo escribió antes de morir hace más de 12 años. Siempre
quiso llevarla al cine y que el director fuese un hombre
afroamericano por razones culturales. Imagino que habrá adaptado
alguna escena o diálogo pero mantiene la esencia teatral que está
viva en cada fotograma. Lo cual es bastante contradictorio y ha
provocado críticas. Destacan los monólogos como el que Troy desafía
a la muerte. Los diálogos son inteligentes, ingeniosos y siempre
tienen chispa. Con ellos vamos desentrañando un drama que va a hacer
explotar la felicidad de esta familia.
Pero si por
algo funciona la película es por el trabajo de los actores. Todos y
cada uno de ellos demuestran estar preparados para un proyecto que
les exige tener ciertas tablas de teatro además de soltura
cinematográfica. Los que más destacan son el binomio Denzel
Washington y Viola Davis, que están permanentemente en el centro del
huracán. Porque sin su esposa Rose no se puede explicar la
trayectoria de Troy. Troy es la voz pero Rose es el corazón de la
obra. Viola Davis ha ganado un merecidísimo Oscar a mejor actriz de
reparto.
Fences
es uno de esos dramas que huye de sentimentalismos baratos y que
realmente penetra en el espectador. Más allá de su estética
excesivamente teatral estamos a una obra con otras grandes cualidades
como el guión. Una buena opción si se quiere ver lo que ha sido
galardonado en la última ceremonia de los Oscar
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¿Tengo
que ver esto?: Si te van los padres conflictivos.
¿Cuál
es el mejor momento?: Cuando Troy confesa a su esposa un acto
fatal.
¿Dónde
debería ver esto?: Debajo de
un porche con la cerca a medio hacer.
Me
ha gustado, ¿dónde hay más?: Voy
a sugerir un drama que en su momento fue olvidado de la Academia como
El Mayordomo.
También voy a sugerir El
Color Púrpura de
Spielberg o La Casa de mi Vida.
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