Sigue el festival
de cine alemán de Madrid en el cine Palafox. Este jueves ha seguido
ofreciendo títulos de gran calidad. Hoy nos encontramos con Refugio,
un brutal drama de niños en un correccional, el reencuentro tras
Good bye, Lenin! entre Wolfang Becker y Daniel Brühl en Yo
y Kaminsky, una comedia protagonizada por un viejo pintor y su
biógrafo; y el thriller Nosotros los monstruos, donde vemos
los límites de lo que haría un padre por sus hijos.
Refugio nos
cuenta la represión a la que eran sometidos los jóvenes en un
correccional católico de los años setenta. Todo bajo la mirada de
Wolfang, un niño que llega ahí por culpa de su padrastro. Palizas,
trabajos forzados, castigos sumarísimos, períodos prolongados de
hambre. Eso es solo una pequeña cantidad de lo que tuvieron que
soportar los presos.
Las
interpretaciones son magníficas, incluso por parte de los jóvenes.
Destaca la del protagonista Louis Hofmann pero también la de los
cuidadores y los demás presos tanto de su amigo inseparable o la del
líder que ha perdido la esperanza en salir y prepara con dureza a
sus compañeros para lo peor.
En definitiva un
drama sin tapujos sobre cárcel. No tiene nada en especial ni
novedoso pero si consigue crear imágenes y escenas que impacten
al espectador.
Yo y Kaminsky es
una road movie inspirada en una novela de Daniel Kehlmann. La base está en la relación
entre un pícaro periodista (Daniel Brühl) que busca la fama con la
biografía de uno de los grandes pintores de los años 20, Manuel
Kaminsky (Jesper
Christensen). Para ganarse su confianza y que le desvele sus secretos, le
ofrece realizar un viaje desde Suiza hasta la costa norte de Francia para reencontrarse con su amor de
juventud.
Sin embargo, es un viaje accidentado y lleno de personajes excéntricos. Predominan las conversasiones repletas de
ironías sobre qué es el arte y la vida. El montaje es magistral,
tiene un buen ritmo y el director demuestra un gran ingenio tanto en
las situaciones que les sobrevienen hasta en los créditos finales.
Es divertida de principio a fin sin perder ni un solo momento la
perspectiva y el buen gusto cinematográfico.
La química entre ambos interpretes es
inmejorable. Jesper Christensen aúna todas las manías de viejo con
toda la sabiduría que atesora el ser humano en el ocaso de su vida. En cambio, Daniel Brühl
encarna a la arrogancia y la ambición de la juventud que
quiere todo y no le importa el precio. Sin embargo, durante su camino
va viendo que se desvela una nueva meta que no había previsto.
Otra película
imprescindible, sobre todo para los amantes del arte. Una sátira
deliciosa que se funde con el drama que hay en todo proceso creativo.
La última obra de
la que hablaremos hoy es Nosotros los monstruos. La película empieza
con la confesión de una adolescente a sus padres de que ha
asesinado a su mejor amiga. A partir de ahí los padres caen en una
espiral de demencia al intentar encubrir todo para proteger a su
retoño.
Es un thriller con
alguna escena buena pero generalmente es algo mediocre, sin nada realmente destacable. Es un film
previsible, plano y las actuaciones no me parecen gran cosa. No es que sea una mala película pero la verdad es que le falta chispa.
Tiene un par de giros de guión, algunos se pueden ver a kilómetros. El tema es bastante actual y es la desafección entre miembros de la familia. Malentendidos, engaños, falta de comunicación y también necesidad de llamar la atención son algunos de los síntomas de la enfermedad que sufren los núcleos familiares a día de hoy que se pueden contemplar en el film.
Esto ha sido todo por hoy. Otro gran día de cine en una edición que está resultando ser de bastante nivel. Esperemos que eso se mantenga.
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