“El tiempo no
espera a nadie”
Continuando
con el ciclo de animación (se interrumpirá durante unas críticas, pero no os
preocupéis, volverá, y con más de un clásico, de hecho) que dejamos en suspenso hace mes y medio junto con el resto de críticas (tengo excusa, ahora trabajo como loco en una revista de cine), me animé a ver esta
cinta que me habían recomendado bastantes veces y que tenía en DVD desde que me
la regalaron en Expomanga hace un par de años. O en la Japan Weekend. Bueno,
donde fuera, en un tugurio otaku de esos que tanto me gustan.
La
película, premiada como la mejor cinta de animación en Sitges, nos presenta la
historia de Makoto, una chica que tras un accidente en el laboratorio del
instituto (entiéndase “accidente” como “caída”, no le pica una araña radiactiva
ni nada similar) y encontrarse a las puertas de la muerte poco después,
descubre que tiene la capacidad de viajar en el tiempo. A partir de ahí, usará
su poder sin ton ni son para una serie de hechos bastante banales y cotidianos,
entretejiendo una historia romántica con tintes de humor (ese humor japonés un
tanto infantil que yo jamás he comprendido) que se enmarca en una base de
ciencia ficción.
La
narración es más propia de una serie que de una película, algo curioso teniendo
en cuenta que Mamoru Hosoda apenas ha dirigido un par de episodios para series
de TV (uno para Digimon, por cierto,
de la que también hizo la primera película), enmarcándose el resto de su
filmografía en el cine. Como sea, esa concepción lleva a un ritmo quizás
demasiado lento por la gran cantidad de cosas triviales que se narran, aunque
en ningún caso se haga pesado.
Los
personajes, por otra parte, son por lo general bastante tópicos, con la posible
excepción de la tía de Makoto, una restauradora de arte que ejerce un papel
similar al de mentora para su sobrina, y que contrariamente a lo que parecería
por la historia, se cree sin dudarlo desde el primer momento que la chica pueda
viajar en el tiempo. Es un personaje que, de hecho, permite interpretar la
historia en una clave muy diferente al final, y que dota de mayor profundidad
al guión.
Tanto
es así que el guión se complica precisamente a raíz de ese final, dando un par
de giros inesperados pero muy lógicos (si echas la vista atrás puedes llegar a
intuirlo), que permiten enfocar desde una perspectiva diferente a algunos
personajes (que no mencionaré para no destripar la historia); la última escena,
eso sí, no solo es algo que te esperas, sino también algo que en mi fuero
interno deseaba que no ocurriera, por su intrínseca ñoñez. A pesar de estos
giros del final, el resto de la cinta se desarrolla de forma bastante
predecible en base al personaje, y presenta esa banalidad de la historia que
decíamos antes, ya que, como comenta la tía de Makoto, ésta no usa el poder
para nada importante.
En
cuanto al dibujo, hay que reconocer el enorme cuidado y el mimo que presenta,
aunque no es algo especial. Bien es cierto que es una imagen preciosa, y que
está muy bien trabajado (especialmente en escenas como la que sigue al
accidente del laboratorio, que es maravillosa), pero no alcanza ese toque
personal que tienen por ejemplo las cintas de Studio Ghibli.
Por
último, el doblaje, al igual que la banda sonora, es correcto, pero no
destacable. Cumple sin problemas con su cometido, pero no ofrece nada en
especial, y pasa por tanto un poco desapercibido.
En
general, la cinta presenta una historia bonita, bien contada a pesar de sus
altibajos en ciertos puntos, pero que no ofrece nada de especial. Es una
película que merece la pena ver, pero que tampoco deja huella. Te quedas, eso
sí, con las ganas de ver una segunda parte, que sí podría prometer mucho si
girará un poco más en la dirección de la ciencia ficción.
Allez-y,
mes ami!
Buenos
días, y buena suerte.
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LO
MEJOR: escenas concretas (las de los viajes en el tiempo, especialmente) y el
personaje de la tía.
LO
PEOR: la banalidad de la primera mitad de la cinta, y el hecho de que pudiera
ofrecer más de lo que realmente es.
NOTA:
7/10. No sé si se merece esta nota, teniendo en cuenta que le di casi lo mismo a Nausicaä… Pero tampoco merece menos, la
verdad. Es correcta, entretenida y bonita. Y punto.
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