Q: El pasado 4 de abril, el
crítico de cine más querido y valorado de América, Roger Ebert, sucumbió al
cáncer. Este es nuestro humilde intento de honrar su memoria, analizando sus 10
películas preferidas de todos los tiempos al viejo estilo Siskel and Ebert. Y,
para acompañarme en tal empresa, mi compañero Spartan George ejerce el papel de
“el otro crítico”.
SG: Ola k ase, soy el otro.
Q: La primera de ese conjunto de cintas a
analizar es la epopeya histórica de Werner Herzog, Aguirre, la cólera de
Dios, en la que una expedición española hará frente a nativos, accidentes
naturales y, sobre todo, el ansia viva de encontrar El Dorado y ser felices y
ricos por siempre jamás.
SG: Hay que decir que la historia
es real. No sé si muy fiel a cómo ocurrió en realidad, pero es real en la
medida en que el señor Lope de Aguirre fue un soldado que decidió, por su
cuenta y riesgo, ir a buscar El Dorado cuando Pizarro ya había dado por perdida
la expedición, y que se quiso independizar de la corona española y fundar su
propia dinastía. O sea, que el señor Herzog partía de una base bastante
interesante para la historia, mucho no tuvo que inventar.
Q: Solo necesitaba que los
personajes fueran tan interesantes como esa base. Y francamente, cuando Klaus
Kinski interpreta a tu personaje principal, es difícil fallar. Kinski está
brillante, reconozcámoslo, como Lope de Aguirre, un maniaco dispuesto a
cualquier cosa, incluido asesinar, manipular y amenazar a sus compañeros, con
tal de poner sus manos en el oro. Pero claro, hay que saber donde empieza Lope
y dónde acaba Kinski... ¿Podemos decir que es una interpretación, o más bien un
simple recitado del guión por un tipo sin duda carismático? Un poco Downey Jr.
pero en asesino psicopático.
SG: Precisamente el ejemplo de
Downey Jr. iba a poner. A Aguirre le llamaban de todo, empezando por cosas tan
bonitas como “El Loco”, “El Tirano”, “El Traidor” (éste último es un apodo que
se puso él mismo)... Creo que, al menos los dos primeros, son adjetivos que
concuerdan bastante bien con el señor Kinski, que un poco desequilibrado sí que
estaba. El problema que le veo a la película es el mismo que le veo a otra de
las películas favoritas de Ebert (de la que ya hablaremos, aunque los más
avispados sepan ya por donde voy), y es que la película es Aguirre. Y ya. Es el
único personaje con una mínima profundidad, al parecer (salvo quizás Fernando
de Guzmán, “El Gordo de la expedición”), estando todos los demás representados
de forma bastante plana... Sí, ya sé que el título hace referencia directa al
personaje, pero no sé hasta qué punto es bueno dejar que un solo actor, un solo
personaje, se coma todas y cada una de las escenas.
Q: Comprendo tu comparación
con... venga, digámoslo, Ciudadano Kane. Aunque en el clásico de Welles si veo
más desarrollo en cierto modo de los personajes que rodean al magnate: el
interpretado por Jospeh Cotten, sin ir más lejos. Pero estoy de acuerdo: todo
el film de Herzog está rodeando a Aguirre. Y no hay ni uno solo del resto de
personajes que llame la atención. Ni siquiera Guzmán, como “nuevo emperador que
ni siquiera sabe como ha llegado allí”. O el fraile que nos relata la historia.
Es un poco pobre en ese aspecto. Es además una película bastante corta en
diálogo, muy visual. Eso supongo que tendrá sus cosas buenas, pero a veces
llega a cansar, a lo que podemos añadir el confuso doblaje al español, muy
setentero él. Pero eso es adicional.
SG: No sé si tendrá algún
fundamento mi opinión, pero el sacerdote me recordaba un poco a Hugh Jackman
demacrado en Los Miserables. A saber por qué. El caso es que lo que dices es
cierto, el diálogo brilla por su ausencia, y el doblaje por lo plano que es
(pero, ¿y el encanto que tiene? Para mí al menos, aunque sea mucho peor que los
doblajes actuales...), y la película intenta centrarse más en lo visual... que
es bastante espectacular sin ninguna duda. Ahí Herzog se lució bastante,
gracias a rodarlo todo en mitad de la jungla (aunque no sé si a los actores les
hizo demasiada gracia). Por otra parte, es curioso, porque normalmente cuando
la película destaca visualmente tiende a destacar también en música, y aunque
coincido con Ebert en que la pieza inicial, en la primera escena, mola
bastante, en el resto de la película ese apartado me pareció muy flojo...
Q: En referencia a lo primero que
dices, tengo que reconocer que Herzog debe ser uno de los mejores directores de
todos los tiempos. No por el guión, no porque sea un visionario (que no lo voy
a discutir porque no estoy en disposición de hacerlo), sino por la enorme
capacidad de liderazgo que tiene que acarrear llevarse a todo un equipo de
rodaje a la jungla peruana, lidiar con los actores (y no con cualquier actor:
con Klaus Kinski, que comía seres humanos vivos) y grabar en esas balsas que
parecen capaces de hundirse en cualquier momento o quedar atrapadas en un
remolino... Sin duda, es un tipo con personalidad. Respecto a la música, de
hecho no recuerdo más ejemplos que ese tema inicial, de Popol Vuh... y el indio
que toca la flauta de pan, que es un punto álgido de la película. Debemos
hablar un poco de él.
SG: El indio aquel, sin duda,
merecía el Óscar. Aunque estaba en dura pugna con la voz de la balsa que
gritaba cosas como “Ate’ quieto con el caballoh!”, que también se come la
pantalla (el audio) cuando aparece... Por cierto, ¿qué ocurre con los indios,
que de repente desaparecen todos hacia el final de la película (incluyendo al
flautista)? Esa parte no me quedó clara, la verdad... Hay demasiadas cosas sin
explicar en la cinta.
Q: No sé si el tipo que gritaba
era doblado o el actor de verdad, pero era bastante hilarante. De hecho, si
tengo que destacar algo de la película, son esos momentos totalmente
inesperados pero muy, muy graciosos. No sé si son intencionados, pero como yo
esperaba algo serio, me sorprendieron. Como aquel tipo atravesado por una
flecha que dice, justo antes de morir, “las flechas largas se han puesto de
moda”. Es pythonesco. En cuanto a lo de los indios desapareciendo... Supongo
que serán los caníbales, también. En realidad, muere mucha gente pero no se ve
en escena. Cuando se ve, los resultados son humorísticos también... Me pregunto
lo que pretendía Herzog.
SG: El tipo podía ser actor de
pantalla, había varios españoles metidos en el reparto. En cuanto a los
momentos sorprendentes e hilarantes estoy de acuerdo, no hacen más que aparecer
una y otra vez. Es más, las pocas líneas de diálogo que hay, como comentábamos
antes, son casi siempre algo que, cuando menos, te saca una sonrisa (salvo
cuando quien habla es Kinski, que da miedo). Quizás por eso hay tan pocas... Lo
visual de la película (incluso quizás esa repetitividad en la música) te crean
una sensación por una parte, un tanto agobiante, y por otra, de desazón, porque
están en un sitio salvaje del que no sabes qué te puedes esperar... Y de
repente un moribundo dice “las flechas largas se han puesto de moda” y te saca
por completo del ambiente que se había creado. No sé si el guión es de Herzog,
pero la verdad, el resultado es bastante extraño.
Q: El guión es totalmente suyo...
La verdad es que no he visto nada más de Herzog, creo, así que no tengo ninguna
referencia de si es así en el resto de sus películas también. Desde luego, me
hizo reir mucho, pero... The Room también. No me puedo creer que acabe de
comparar ambas cosas.
SG: Tampoco yo me lo creo... El
caso es que tengo pendiente Rescue Dawn, con ganas de verla, pero por el
momento, Aguirre es la única que he visto de Herzog, así que no sé si es
igual siempre... Más que a The Room, lo que le ocurre me recuerda a Evil Dead de Raimi (que tampoco es comparable, pero bueno, ya se acerca más)... Tiene
momentos muy cómicos sin pretenderlo, sí, pero ello no te impide evaluar la
película en su conjunto como la buena obra que es. De hecho, cuesta tomársela
en serio (sobre todo para un público como nosotros... no pensaba decir esto,
pero tengo que reconocer que las referencias sexuales cada vez que Aguirre
miraba fijamente al indio y le decía “tócame la flauta para mis hombres”, pues
me parecían muy evidentes), pero haciendo un esfuerzo, se puede.
Q: Eso ya es problema de cada uno
y su mente calenturienta. No sé si te has contradicho un poco al decir primero
que no te impide evaluarla como una buena obra, y luego que cuesta tomársela en
serio. A mí personalmente me costó. No me enganchó del todo. Me pareció
entretenida, adjetivo que parece bastante inusual en el contexto de una obra
del “Neue Deutsche Cinema” o como leñe se diga. Y visualmente buena. Y con un
Kinski imponente. Pero más allá de eso... Entiendo que no tengo la autoridad ni
la competencia necesarias para criticarla, pero no le veo la gracia.
¿Sobrevalorada?
SG: Hombre, he dicho que cuesta
tomársela en serio, pero que se puede, si haces un mínimo esfuerzo. Aunque ya
digo que creo que eso es más problema nuestro, que llevamos mucho cine a
nuestras espaldas (no solo nosotros, la cultura actual, en general) y nos
resultan chocantes esas escenas. Por otra parte, a todo lo que has comentado
añadiría una historia (ojo, historia, que no guión) que me parece excelente,
pero que está un tanto desaprovechada. Quizás por ese afán de centrarse solo en
la locura de Aguirre-Kinski y poco más. Y en general... pues me parece una
buena película, desde luego, pero sí que opino que está un poquito
sobrevalorada.
Q: El momento clave será el de
darle nuestro pulgar arriba o nuestro pulgar abajo, a la vieja manera de Siskel
y Ebert. Empieza tú, anda.
SG: Hmmm, veamos. Como decíamoss,
me parece buena en historia, en lo visual y en la “interpretación” magnífica de
Kinski. Y en la dirección también, por cierto. Un poco floja en el guión, en la
música y en lo que son los personajes... En el resultado final, sin embargo, le
daré pulgar arriba, porque creo que los aspectos en los que destaca son tan
buenos que superan a los fallos que tiene.
Q: Bien. Es justo que equilibre
yo la cosa. La verdad es que pese a que estoy de acuerdo en casi todo lo que
dices, me pareció algo carente de interés, algo vacía. De hecho, pese a que
tiene un significado evidente, todo eso de la corrupción debida a la avaricia,
y tal... no me pareció muy convincente. Tal vez porque ningún personaje
permanece vivo el suficiente tiempo como para ser desarrollado. Y como no estoy
seguro de que lo que me gustó realmente, los momentos graciosos, sean
intencionados pues... pulgar abajo.
SG: Pues como dices, estamos de
acuerdo en prácticamente todos (por no decir todos) los aspectos... salvo en la
valoración final. Lo cual resulta muy interesante, la verdad, porque demuestra
lo bonito que es que dos personas entiendan el cine de maneras muy diferentes.
Así que con este empate técnico, nos despedimos hasta la semana que viene,
creo, en que criticaremos... ¿Qué criticaremos?
Q: Eh... no lo sé. ¿Ciudadano
Kane?
SG: La lista era tuya. Tú tienes
el poder de decisión. Así que tú dirás...
Q: Se perdió. Así que Ciudadano
Kane.
SG: Perfecto. Releere la hiriente
crítica que le hice al pobre Welles para prepararme. Hasta entonces, un saludo.
Buenas tardes, y buena suerte.
Q: Goodbye.
Van a haber ostias cuando reseñéis Ciudadano Kane. Jeiters que sois.
ResponderEliminarCon suerte saldrá la semana que viene, o la otra. Pero el único jeiter de Welles es George. Yo defenderé Ciudadano Kane como la obra maestra que es. Así que la mala leche irá dirigida hacia George, no hacia la película xD.
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