lunes, 20 de agosto de 2012

3x1: Leyendas de pasión / Diamante de sangre / El último samurái

Ya he hecho en el blog un par de críticas dobles de películas relacionadas temáticamente. Llevaba un tiempo con ganas de hacer otro artículo similar con dos películas que, en este caso, pertenecen al mismo director, Edward Zwick. Sin embargo, el otro día vi Leyendas de pasión, también suya y me dije “¿por qué no hacer una crítica triple?”. Y eso es lo que voy a hacer, intentando que sea todo lo breve y ligera posible (podía haber sido peor, podía haber añadido a estas tres otra de las grandes de Zwick, En honor a la verdad, y si no lo hago es porque la vi hace ya cosa de un año, y suelo criticar cintas que tenga más frescas).

En general, Edward Zwick es uno de esos directores que pasan relativamente desapercibidos, pero que tienen en su haber unas cuantas obras bastante aclamadas tanto por la crítica como por el público en general. Además de las que os traigo hoy, y de la ya mencionada En honor a la verdad, ha dirigido películas como Tiempos de gloria o la más reciente comedia romántica Amor y otras drogas. Si hay algo en común en la mayoría de ellas (ignoremos la última, por favor) es un predominio de temas muy clásicos (la tragedia épica, el honor…), una fotografía preciosa y una banda sonora (una ambientación, en general) contundente. Hay quien considera que sus obras son demasiado “americanadas”, y puede que tengan razón, pero lo que es innegable es que a la hora de realizar una buena cinta con grandes dosis de épica, Zwick es una apuesta segura. Y las tres cintas que analizo hoy son un claro ejemplo de ello.

Leyendas de pasión (1994)

"Siempre" resultó ser demasiado tiempo

Siendo una de sus primeras grandes películas, Leyendas de pasión está basada en una novela homónima de Jim Harrison. Protagonizada por Anthony Hopkins, Brad Pitt, Aidan Quinn y Julia Ormond, narra la tragedia de una familia que poco a poco se va destruyendo a sí misma por las diferencias entre los tres hermanos que la forman y su padre, un coronel retirado del ejército. Enmarcada en la Primera Guerra Mundial y los años posteriores, el foco se centra sobre todo en la figura de Tristan (Brad Pitt), que encarna la libertad y el “desenfreno”, siendo Alfred (Aidan Quinn) el hermano sensato de la familia.

El ritmo de la película es genial, alternando los pasajes del narrador, un nativo americano (Gordon Tootoosis, en una magnífica interpretación) que cría a Tristan, con las cartas que se intercambian los personajes, y que van centrando la atención en cada uno de ellos según el momento de la historia en que nos encontremos. El final, la última escena sobre todo, es genial, y hay varias secuencias con una fuerza conmovedora.

LO MEJOR: la escena en la que Tristan queda un tanto trastornado (por algo que no contaré) y se dedica a cortar cabelleras alemanas en la guerra es sencillamente brutal.

LO PEOR: el sentimiento de fatalidad que respira la película se resuelve casi al final de forma un tanto brusca. Y bastante absurda, sobre todo.

VALORACIÓN: 7/10. Interpretaciones sólidas, un apartado técnico magistral y una historia aunque típica, bien contada. Eso sí, no es de lo mejor de Zwick, ni mucho menos.

Leyendas de pasión - Tráiler (en inglés)

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Diamante de sangre (2006)


¿A quién crees que le importa? ¡Yo ya estoy muerto!

Durante los últimos años, las guerras intestinas en África han dado lugar (desgraciadamente) a algunas películas bastante interesantes y, sobre todo muy duras, entre las que se cuentan cintas como Hotel Ruanda (que vi el otro día, por cierto, y que es maravillosa), o Invictus (una de mis obras favoritas de Eastwood, y eso que no soy muy fan del director). Diamantes de sangre es una de ellas; ambientada en la guerra civil que asoló Sierra Leona a finales de los noventa, está protagonizada por un traficante (Leonardo DiCaprio), un pescador de diamantes (Djmon Hounsou) y una reportera estadounidentes (Jennifer Connelly), cuyas vidas se cruzan en torno al descubrimiento de un extraño diamante rosa. Embebido cada uno de los personajes en sus propios intereses, se embarcan en la búsqueda de la piedra juntos, en un juego de traición y desconfianza que mantiene la tensión (y el odio a DiCaprio, ya de paso) hasta el último momento.

La película estuvo nominada a cinco Óscars, y no es para menos: las actuaciones de DiCaprio y Hounsou son geniales, la fotografía (como siempre) espectacular, y el final un auténtico mazazo al espectador. La única pega que le pongo, quizás, es que es demasiado larga (o más bien, tiene un ritmo demasiado lento).

LO MEJOR: el final, sin duda, alguna de las últimas escenas es genial.

LO PEOR: el ritmo es un poco lento durante la mitad de la película, y quizás sobra algo de metraje.

VALORACIÓN: 8/10. Una de las mejores películas sobre los conflictos africanos que he visto jamás.

Diamante de sangre - Tráiler

El último samurái (2003)


-Contadme cómo murió.
- Os contaré cómo vivió


También de guerra trata mi obra favorita de este director, si bien ahora nos remontamos al Japón de finales del siglo XIX, donde el Capitán Nathan Algren (Tom Cruise) es contratado para acabar con la rebelión del samurái Katsumoto (Ken Watanabe), que se opone a la revolución Meiji que el emperador está llevando a cabo en el país. La historia, la ambientación, la profundidad de los personajes…: todo está cuidado hasta el último detalle, consiguiendo un resultado increíble. Las actuaciones son magníficas: si Tom Cruise está en una de sus mejores interpretaciones (por no decir la mejor), Ken Watanabe se come la pantalla cada vez que aparece (y aún me sigo preguntándome como no logró el Óscar, por muy buena que fuera la interpretación de Tim Robbins en Mystic River); la fotografía, que en otras cintas de Zwick ya era buena, aquí te deja sin aliento, sobre todo en las escenas en las que Tom Cruise recorre el poblado samurái de las montañas. Por último en el apartado técnico, una banda sonora de esas que hacen historia (a cargo de Hans Zimmer) logra convertir el resultado final en una delicia audiovisual.

La dirección, además, es perfecta, con un guión muy bien trabajado (no demasiado original, es cierto, pues es fácil saber cómo va a terminar la historia) y un ritmo genial a lo largo de toda la cinta. La única pega, como digo, es que el guión sea tan lineal y fácil de prever, pero así y todo el resultado final es más que satisfactorio. La verdad, cada vez que la veo no puedo más que acordarme de Ran de Kurosawa en muchos aspectos y, si bien la del japonés es infinitamente superior, está es un auténtico homenaje a la altura.

LO MEJOR: la escena de la batalla final. Si hay que definir la épica con una secuencia, sería esa.

LO PEOR: la falta de originalidad en el guión. Por otra parte, el doblaje en español de Watanabe (a cargo de un japonés) resulta un tanto desconcertante (en todas sus películas, de hecho).

VALORACIÓN: 9/10. Desde que la vi, una de mis películas favoritas. Y creo que queda bastante claro el motivo.

El último samurái - Tráiler (en inglés)

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